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Narciso de Ametller y Cabrera

Biografía

Ametller y Cabrera, Narciso de. Bañolas (Gerona), 10.IV.1810 – 21.XI.1877. Teniente general, caballero de San Fernando, político, escritor, guitarrista y compositor.

Fueron sus padres don Carlos de Ametller, comerciante, y doña Manuela Cabrera. Estudió primeras letras en Gerona y pasó más tarde a la Universidad de Cervera.

Ingresó en el Ejército en 1829 en clase de cadete del Regimiento de Zamora, con el que guarneció diversas plazas de las provincias de Lérida y Barcelona. En 1832 fue ascendido a subteniente y seguidamente intervino en la primera guerra civil, ganando el empleo de teniente en mayo de 1835 por la acción de Castelar de la Sierra contra el cabecilla Bep del Oli. Sitiado en Berga al año siguiente, rompió el bloqueo de la plaza para buscar víveres. Sirvió en las filas del Regimiento de América con el empleo de teniente de granaderos, siendo en septiembre de 1837 nombrado comandante jefe de uno de los batallones del Regimiento por el barón de Meer, capitán general del Distrito de Cataluña, en premio a su gran valor durante el levantamiento del sitio de San Juan de las Abadesas. Dio fin a la contienda al mando de un batallón del Regimiento de Málaga y con el empleo de coronel, conseguido por la acción de Peracamps y una Cruz de San Fernando de 1ª clase concedida en 1838 por los méritos contraídos durante la guerra civil.

Tenía el empleo de coronel al mando en comisión de un batallón del Regimiento de Málaga cuando le sorprendió la revolución de septiembre de 1840 en la plaza de Lérida, cuyo Ayuntamiento le nombro comandante militar de la provincia y encargado de la jefatura política, dimitiendo de este último cargo a los pocos días y pasando a continuación a presidir la junta formada en la misma en apoyo a la regencia de Espartero.

En febrero de 1841 fue elegido diputado por Gerona y en el mes de julio siguiente se vio involucrado en un asunto que afectaba a su buen amigo, el teniente coronel Juan Prim Prats, quien se sintió ofendido por unos versos aparecidos en el periódico Fray Gerundio y retó a su director, el historiador Modesto Lafuente, siendo Ametller uno de los padrinos. No hubo duelo, pero Prim propinó a Lafuente sendos garrotazos en público, hubo denuncia y se solicitó a las Cortes autorización para procesar a Prim y Ametller, que no fue concedida.

Parte de sus intervenciones en las Cortes durante 1842 fueron dirigidas a exigir al Gobierno un mayor esfuerzo para lograr el exterminio de las partidas que vagaban por Gerona sembrando el terror.

En marzo de 1843 pasó a presidir una junta revolucionaria que se formó en Gerona, donde se pronunció a favor de Espartero en el mes de junio, siendo al mes siguiente ascendido por el Gobierno Provisional al empleo de brigadier y el 10 de septiembre a mariscal de campo por la Junta Suprema Provisional de Barcelona. Seguidamente se dedicó a organizar sus fuerzas, como comandante general de la provincia de Gerona y posteriormente comandante general de operaciones del Bajo Aragón y Cataluña, y al mando de una columna recorrió diversas poblaciones catalanas para alentar el pronunciamiento y se dirigió a Zaragoza.

El día 1 del mes siguiente fue nombrado comandante general de la provincia de Lérida y gobernador militar de la plaza, pero días después el Gobierno Provisional ordenó su detención por haberse pasado a los sublevados en Barcelona. Tras ocupar San Andrés del Palomar y Badalona, enfermó en esta última población y más tarde fracasó en su intento de que se le uniesen los Nacionales del Ampurdán. Se hizo fuerte en el castillo de Montjuic, donde pidió una tregua para que se le permitiese pasar a la ciudad a conocer la verdadera opinión de la Nación respecto al conflicto armado. Dieron fin las conversaciones con la firma de un armisticio para evitar derramamiento de sangre. Fracasado también a finales de septiembre el levantamiento de la Milicia de Gerona, tuvo que dirigirse a la frontera francesa acompañado de una pequeña escolta.

En noviembre ocupó con sus hombres el castillo de Figueras, que fue atacado por el general Prim, provocando el día 8 la firma de un convenio en el que se acordaba la entrega del castillo, y que Ametller rompió el día 13, por lo que se estableció un bloqueo a la fortaleza.

Por fin, el 4 de enero de 1844 firmó Ametller un nuevo convenio, esta vez con el general Ramón de Meer, capitán general de Cataluña, en la que aquél prestaba sumisión, respeto y obediencia a S.M. la Reina y al Gobierno.

Se vio entonces obligado a huir a Francia, donde pasó a un depósito de refugiados en Perigaux, del que muy pronto huyó. No cesó entonces en sus intrigas, y en octubre se interceptaron cartas que había escrito con disposiciones para la organización de un nuevo alzamiento en las provincias de Gerona y Tarragona. Días después sería arrestado en Perpiñán por las autoridades francesas cuando trataba de penetrar en Cataluña, encarcelado y posterior­mente enviado al Depósito de Chaumont, desde donde solicitaría al ministro del Interior francés pasaporte para trasladarse a Inglaterra o Bélgica. Al mismo tiempo, en España el Gobierno tomaba medidas contra la familia del huido, obligando a su tío, el mariscal Juan Bautista Ametller, a retirarse desde Madrid a un pueblo de La Mancha y a uno de sus hijos, también militar, a Barcelona.

En octubre de 1845 consiguió llegar a Londres, donde residiría los años siguientes. En octubre de 1846 se concedió amnistía a los militares emigrados por causas políticas y en junio de 1847 se iniciaron los trámites para que pudiesen regresar a España, quedando fuera de esta gracia Ametller, que se encontraba enfermo de gravedad, al habérsele acusado de simpatizar con el carlismo, lo cual desmintió ante la prensa, a pesar de lo cual la Embajada en París le denegó el pasaporte.

Por fin, una vez regularizada su situación, el 8 de diciembre de 1847, llegaba a Madrid, aunque enfermo, lo que no sería impedimento para que días después el Gobierno le diese dos horas para salir de la capital y trasladarse de cuartel a Vitoria, plaza que sería reemplazada un mes después por la de Badajoz, de donde desaparecería el 10 de mayo de 1848, obligando al Gobierno a darle de baja en el Ejército cinco días después.

Refugiado de nuevo en Francia y al frente de una partida, realizó numerosas incursiones en España, esta vez en alianza con los carlistas. En febrero de 1849 penetró en el Ampurdán para reunirse con su compañero Marsal en Bañolas, sufriendo un encuentro en Llorona con el general Lersundi, que le rechazó hacia territorio francés, siendo entonces detenidos gran parte de los componentes de la partida y encerrados en las cárceles de Perpiñán, de donde Atmeller fue llevado a la Ciudadela de Tolón y encarcelado en la fortaleza de Lamargue. Este fracaso supondría su muerte política.

Retirado en una casa de campo en Marsella, donde se dedicó a escribir, permaneció en Francia hasta octubre de 1852, retornando entonces a España, donde recibió el indulto y se le reconoció el empleo de brigadier.

En junio de 1854 fue detenido y encerrado en varias prisiones de Madrid. Aceptó el ofrecimiento de O’Donnell de unirse al levantamiento del mes de julio, siendo elegido ayudante general de la junta formada en Madrid y seguidamente comandante general de todas las fuerzas de paisanos armados que formaban las barricadas levantadas en la capital. El 1 de agosto siguiente el ministro de la Guerra, general O’Donnell, firmaba su ascenso a mariscal de campo y en octubre era elegido diputado por Gerona.

Ya en situación de actividad, en 1854 fue designado segundo cabo de Granada, en mayo del año siguiente gobernador en comisión de Madrid y en julio capitán general de las islas Baleares, siendo relevado en septiembre de 1856, tras la caída de Espartero, manteniéndose de cuartel hasta que en julio de 1858 se le encomendó la Capitanía General de las Islas Canarias, en la que cesó en septiembre de 1861 debido a su mal estado de salud, tras ejercer el cargo de gobernador civil durante unos meses e impulsar durante su etapa algunas obras urbanas. De vuelta a Madrid, en 1862 fue elegido diputado por Palma de Mallorca.

Hasta la caída de la Monarquía borbónica se mantuvo en situación de cuartel y tras apoyar la revolución de septiembre de 1868, fue recompensado un mes después con el ascenso a teniente general y a continuación nombrado miembro del Tribunal Supremo de Guerra y Marina, del que el año siguiente fue designado vicepresidente y a continuación capitán general de Granada, hasta que entre junio de 1872 y septiembre de 1873 estuvo al frente de la Inspección General del Cuerpo de Carabineros, pasando seguidamente a la Sección de Reserva y fijando su residencia en Madrid. Fue senador por la provincia de Lérida en la legislatura 1872-1873.

Fue un destacado literato, autor de El monje gris o catalanes y aragoneses en Oriente. Estudio de costumbres de la Edad Media (Barcelona, 1863), sobre la epopeya de los almogávares en el siglo XIV. También fue guitarrista y compositor, autor de la ópera El guerrillero (1863).

Poseía la Grandes Cruces de San Hermenegildo (1872) e Isabel la Católica (1856). Perteneció como socio desde 1842 al Casino de Madrid, del que fue presidente en 1865.

 

Obras de ~: El monge gris o los catalanes y aragoneses en Oriente. Estudio de costumbres de la Edad Media, Madrid, Imprenta de Francisco Abienzo-Imprenta de J. Antonio García, 1862-1864, 4 vols.

 

Fuentes y bibl.: Gaceta de Madrid; Hemeroteca Nacional; Escalafones del Arma de Infantería.

N. David, Narciso Ametller Cabrera. Presidente en 1865. Nuestra historia, Madrid, Casino de Madrid, s.f.

 

José Luis Isabel Sánchez

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