Llorente Solá, Rafael. Madrid, 25.II.1893 – 7.II.1948. Militar y aviador.
Hijo de Rafael Llorente Melgar y de Dolores Solá y Bobea. Ingresó en la Academia Militar de Ingenieros el 1 de septiembre de 1907, ascendió a 2.º teniente alumno el 9 de septiembre de 1912 y a primer teniente de Ingenieros el 26 de junio de 1915.
Al terminar sus estudios fue destinado al Regimiento de Ferrocarriles, al que no llegó a incorporarse, pues dieciocho días después se le cambió el destino al Regimiento Mixto de Ingenieros de Ceuta, concretamente a la 3.ª Compañía de Zapadores. Por disolución de dicho regimiento en 1917, Llorente pasó a la Comandancia Mixta de Ingenieros de Ceuta. En recompensa a su actuación en el sector de Ceuta, a finales del año 1916 se le había concedido la Cruz de 1.ª Clase del Mérito Militar, con distintivo rojo, por el período de operaciones de mayo de 1915 a fin de julio de 1916; y en 1917 se le concedería la Medalla Militar de Marruecos, con pasador Tetuán.
Por Real Orden de 31 de agosto de 1917 fue destinado al Servicio de Aeronáutica, al que se incorporó el 8 de octubre en Guadalajara, donde efectuó dos ascensiones en globo esférico y un vuelo en aeroplano antes de acabar el año. Por Real Orden Circular de 22 de mayo de 1918 se le declaró apto para el ascenso a capitán y ese mismo día inició su participación en la Escuela Práctica de Aerostación, que se desarrolló en dos fases, en Guadalajara y Navarra. Durante 1918 realizó siete vuelos en aeroplano como tripulante y ocho ascensiones en globo esférico (3.ª a 10.ª) y otras varias en globo cautivo; en dos de las subidas en globo libre lo hizo como piloto y en una de ellas yendo sólo en la barquilla, lo que le valió la concesión del título de piloto de esférico de 2.ª categoría.
Promovido a capitán el 8 de marzo de 1919, poco después fue destinado al Regimiento de Zapadores de San Sebastián, al que se incorporó en abril. En diciembre de 1919 superó el reconocimiento médico reglamentario y el 21 de enero de 1920 [Diario Oficial (DO), n.º 26] fue nombrado alumno de la llamada promoción larga de pilotos. Le correspondió efectuar el curso en Zaragoza en donde se incorporó el 1 de abril de 1920 y simultaneó su condición de alumno con la de delegado de la Comandancia de la Escuela en la construcción de las obras del aeródromo. En el mes de noviembre pasó a Alcalá de Henares para terminar su formación, lo que sucedió el 13 de junio de 1921. Pasó luego a la Escuela de Guadalajara como piloto alumno y encargado del taller del aeródromo, posteriormente a la Escuela de Perfeccionamiento de Cuatro Vientos y, finalmente, en octubre, al aeródromo de Getafe, a la 2.ª Escuadrilla Bristol, ya como piloto titulado.
Pronto se manifestó como un destacado piloto en ciernes y fue seleccionado para la especialidad de caza. Comenzó el adiestramiento oportuno en Los Alcázares, en febrero y marzo de 1922, volando en los Breguet Br-14 de ametralladora Breda y motor Fiat, y practicando el tiro sobre blancos remolcados.
El 21 de marzo de 1922 Llorente se incorporó en Melilla a la 2.ª Escuadrilla Bristol y se hizo notar en las operaciones de reconquista de los territorios al oeste del río Kert. El 12 de junio de 1922, llevando de observador a Barberán, descubrieron el avión del capitán García de la Peña, derribado en territorio enemigo dos días antes; aterrizaron en sus proximidades y lo fotografiaron, pudiendo despegar antes de que se acercara un grupo de jinetes enemigos. En 1922 Llorente se hizo cargo del mando de la 2.ª Escuadrilla Bristol, en el período julio-agosto de forma accidental, y a partir del 1 de noviembre en propiedad, en agosto efectuó un levantamiento fotográfico del territorio entre los ríos Kert y Nekor.
En la Orden General de la Comandancia General de Melilla del 13 de diciembre de 1922, se le cita como distinguido en el período de operaciones comprendido entre el 14 de febrero y fin de julio del año en curso. En la primavera de 1923 tuvo una actuación destacada en las operaciones de Tafersit y Tizzi Assa, especialmente en los días 25 y 31 de mayo y 5 de junio. En esta última jornada llevaba de observador al teniente coronel Kindelán; en la tercera pasada a las posiciones enemigas Kindelán fue herido en el brazo, con gran derrame de sangre. Llorente aterrizó a muy corta distancia de las líneas avanzadas y Kindelán fue llevado al equipo quirúrgico de vanguardia.
En el mes de mayo Rafael Llorente realizó treinta y nueve horas y cincuenta y ocho minutos de vuelo, y en el de junio veintitrés horas y treinta y un minutos; en todos los meses desde septiembre de 1922 hasta julio de 1923 voló más de veinte horas. Por su actuación en Marruecos en los años 1921 a 1923 se le concedió la Medalla Militar individual, por Orden del 26 de junio de 1923, que le fue impuesta solemnemente en el aeródromo de Tauima (Melilla) el 13 de julio.
A finales de 1924 asistió en Los Alcázares al curso de jefes de grupo y escuadrilla, que terminó en Cuatro Vientos en febrero de 1925. El 2 de noviembre de 1924 fue seleccionado para asistir en París al curso superior de la Escuela Aeronáutica y de Construcciones Mecánicas, en la que permaneció hasta obtener el título el 27 de agosto de 1925. Poco antes se le había concedido el título de observador de aeroplano y un mes de permiso en Inglaterra para apoyar las demostraciones prácticas del autogiro inventado por el ingeniero Juan de la Cierva.
A su vuelta a España a finales de agosto fue nombrado jefe de la Escuadrilla de la Sección de Experiencias y fue agregado a la Cruz Roja Española para organizar un servicio de transporte de heridos en Marruecos, incorporándose a Melilla el 21 de septiembre, poco después del desembarco en Alhucemas, que marcaría un punto de inflexión en las perspectivas militares españolas.
En noviembre se le ordenó incorporarse al curso de hidroaviones de Los Alcázares, en donde se presentó el 17 de dicho mes. Terminado el curso, el 5 de febrero de 1926 fue destinado al Primer Regimiento de Aviación (Getafe) y el 13 del mismo mes a la base de hidroaviones de Atalayón (Melilla), en donde se hizo cargo de la jefatura de la base y del mando de la escuadrilla Dornier Wal.
Por Real Orden de 8 de mayo (DO, n.º 105) fue ascendido a comandante de Ingenieros por méritos de guerra, reconociéndosele una antigüedad de 1 de julio de 1923.
Por Real Decreto de 13 de julio de 1926 se creó la escala de Aviación, en la que los aviadores se ordenaron por las nuevas categorías aeronáuticas y Rafael Llorente fue clasificado como jefe de grupo.
Vista la nueva situación en Marruecos el gobierno había autorizado tres grandes vuelos de prestigio, a Buenos Aires, Filipinas y Guinea Ecuatorial. Los vuelos del Plus Ultra a Buenos Aires y de la Escuadrilla Elcano a Manila ya se habían realizado, y sólo quedaba por preparar el raid a Guinea. Para ultimarlo Llorente se trasladó el 23 de julio a Cuatro Vientos, donde permaneció hasta el 14 de agosto, y posteriormente durante la primera quincena de octubre.
Por Real Orden manuscrita de 7 de diciembre de 1925 se le concedió real licencia para contraer matrimonio con Daniela Teresa Flores de Vicente.
El viaje a Guinea se había planeado inicialmente a base de la participación conjunta de aeronaves terrestres y navales. Finalmente sólo prevaleció el vuelo de tres hidroaviones Dornier Wal de Atalayón, cuyo mando se encomendó a Rafael Llorente. Sus compañeros fueron los jefes de escuadrilla Niceto Rubio, Antonio Llorente (hermano de Rafael) e Ignacio Jiménez, el oficial aviador Martínez Merino, los oficiales observadores Teodoro Vives, Cipriano Grande y Antonio Cañete, un sargento radio y tres mecánicos.
Llorente programó el vuelo con la idea de que debía ser un viaje colectivo, que habría de iniciarse y finalizarse en patrulla. Dado que se iban a utilizar tres de los hidroaviones existentes en el Grupo de Atalayón, sin mejora alguna, el raid se planeó a base de saltos de longitud menor a los mil kilómetros, con un promedio de setecientos cincuenta kilómetros. Ello condujo a nueve etapas en el viaje de ida, que se elevaron a doce en el retorno.
Para conseguir el éxito final Llorente tuvo que resolver situaciones comprometidas, las más graves de las cuales se produjeron en las islas Canarias, a la ida y a la vuelta. La importancia del viaje fue reconocida internacionalmente, hasta el punto de que a Rafael Llorente se le concedió el II Premio Harmon en el Congreso de la Liga de Aviadores.
Por Real Orden Comunicada de 4 de mayo de 1927 (DO, n.º 100) se le concedió la Cruz de 1.ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo, por el 6.º período de operaciones; y el 1 de octubre se le concedió la Cruz de la Orden Militar de María Cristina por el año que mediaba entre el 1 de octubre de 1925 y el 30 de septiembre de 1926. El 19 de septiembre de 1926 la Jefatura Superior de Aeronáutica le destinó a los servicios de instrucción para el mando y dirección de la Escuela de Tiro y Bombardeo Aéreo de Los Alcázares. En noviembre de 1927 Llorente fue nombrado representante de la Aeronáutica Militar en la comisión técnica encargada del estudio para el establecimiento del aeropuerto nacional en Galicia. El 6 de octubre de 1928, en un vuelo de Los Alcázares a Melilla, tuvo que tomar agua por avería en el motor, cerca del cabo Tres Forcas, permaneciendo en el mar hasta la mañana del siguiente, día en que fue recogido por un barco francés que lo remolcó a Alhucemas. Llorente causó baja en el Servicio de Aviación y en noviembre fue destinado a la Comandancia de Obras y Reserva de Mahón.
El 10 de enero de 1929 volvió al Servicio de Aviación, al Grupo de Hidros de la Península, y en comisión a la Escuadra de Madrid, al mando de su veintiún grupo de reconocimiento. En octubre y noviembre realizó el Curso de Observador de Aerostación y participó en las maniobras tácticas de ese servicio.
El 12 de noviembre de 1930 se le confirió una comisión de servicio para viajar desde La Coruña a Lisboa (Portugal) en el hidroavión gigante alemán Dornier Do X, que desempeñó del 20 al 30 del mismo mes. Exiliado el general Primo de Rivera, desapareció la prohibición de renuncia de ingenieros y artilleros a los ascensos por méritos de guerra, y Rafael Llorente se apresuró a solicitarla. Recibió a cambio la Cruz de 1.ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo (Real Orden de 31 de diciembre, DO, n.º 1, de 1931).
Como resultado de la sublevación de Cuatro Vientos, en 1931 desaparecieron la Jefatura Superior de Aeronáutica, la escala propia de Aviación y las categorías aeronáuticas. En febrero de este año Llorente volvió a causar baja en el Servicio de Aviación, a petición propia.
Destinado sucesivamente al Grupo de Ingenieros de Menoría y al Regimiento de Ferrocarriles n.º 1, no se incorporó a estos destinos por estar efectuando el curso de preparación para el ascenso a comandante.
Por Orden del 22 de abril volvió al Servicio de Aviación y fue destinado a los Servicios de Material, como jefe de los Talleres Centrales, que pasaron a llamarse Parque Central a partir de diciembre.
En abril de 1932 fue declarado apto para el ascenso y el 13 de agosto fue promovido a comandante de Ingenieros por antigüedad, con cuyo grado se incorporó a la Oficina de Mando de la Jefatura de Aviación.
Desde el 5 de febrero al 12 de marzo de 1933 asistió en París a un curso de jefes de aeronáutica desarrollado en el Centro de Estudios de la Aeronáutica Francesa. En agosto de este año se le autorizó para usar sobre el uniforme las insignias de piloto militar honorario francés.
El 1 de agosto de 1934 fue nombrado director jefe de la Escuela de Observadores de Cuatro Vientos y el 8 de enero de 1935 fue trasladado a Los Alcázares, a la jefatura de la Escuela de Tiro y Bombardeo Aéreo, y del Grupo de Hidros de la Península. En octubre de 1935 y en enero-febrero de 1936 se le concedieron dos comisiones de servicio a Francia para visitar establecimientos de la industria aeronáutica y estudiar nuevos tipos de aviones y material aéreo.
El 1 de marzo de 1936 pasó destinado a la Oficina de Mando, a su 5.º Negociado donde le sorprendió el golpe de Estado. El Gobierno lo dejó cesante en julio y lo encarceló el 1 de octubre de 1936. Al terminar la campaña de Cataluña se le trasladó a Francia el 7 de febrero de 1939 y cuatro días después cruzó la frontera y se presentó al ejército de los sublevados.
En marzo fue destinado al Cuartel General del Aire, en San Martín de Valdeiglesias, el 26 de este mes fue nombrado enlace aéreo en el Cuerpo de Ejército de Navarra, el 13 de abril recibió orden de incorporarse a la 6.ª Sección de Estado Mayor del Aire y el 17 de mayo reingresó en el Arma de Aviación (Boletín Oficial, n.º 144).
Creado el Ejército del Aire, Llorente fue nombrado el 4 de septiembre de 1939 jefe de la Escuadra de bombarderos bimotores Tupolev SB-2 Katiuskas y del aeródromo de Los Llanos (Albacete).
Ingresado en la Escala del Aire del Arma de Aviación, en febrero de 1940 ascendió a teniente coronel, con antigüedad de 18 de abril de 1938, y quedó disponible en la 3.ª Región Aérea. Por Orden de 20 de mayo fue nombrado jefe del 13 Regimiento y al día siguiente alumno del curso de vuelo sin visibilidad, que no terminó, y al que se reincorporó en septiembre del mismo año, siendo declarado apto el 30 de octubre, seis días después de haber sido ascendido a coronel, con antigüedad de 15 de abril de 1940.
En el otoño de 1940 aparece en el n.º 2 del Boletín Oficial del Aire que el coronel Llorente fue nombrado director de la Academia de Aviación de León, a la que se incorporó el 5 de noviembre, y en la que permaneció dos años, hasta el 9 de octubre de 1942.
A continuación se le encomendó el mando del Regimiento Mixto n.º 2, basado en el Norte de África y con su jefatura en Melilla, adonde se incorporó el día 1 de noviembre. En dicho Regimiento se encuadraban el 27 Grupo Mixto de Caza (Fiat G-50 y Heinkel He 112), el 43 Grupo de Reconocimiento (Polikarpov R.Z Natacha y Grumman Delfín), la 51 Escuadrilla de hidros Dornier Wal y la 41 patrulla de Henschell Hs 126.
Unos días después, el 8 de noviembre de 1942, las fuerzas aliadas desembarcaron en Marruecos y Argelia, poniendo en una difícil posición al Regimiento Mixto n.º 2. Las fuerzas ítalo-alemanas de Túnez se rindieron el 13 de mayo de 1943, con lo que finalizó la guerra en el Norte de África.
Llorente se hizo cargo en 1943 del mando accidental de la zona aérea de Marruecos en diversas ocasiones y a partir del 25 de noviembre en propiedad (BOA, n.º 141), sin perjuicio de su asistencia al Curso de Mandos Superiores impartido en la Escuela Superior del Ejército, que se prolongaría hasta julio de 1944.
Acabada ya la Segunda Guerra Mundial, Rafael Llorente ascendió a general de brigada (Decreto de 19 de octubre de 1945 (BOA, n.º 109) y fue nombrado jefe de la Región Aérea de Levante, con sede en Valencia, cargo que asumía el día 29 del mismo mes. En abril de 1946 acompañó al general Franco en su visita a las provincias de Murcia y Alicante, con motivo de las inundaciones del bajo Segura.
Por Orden de 18 de agosto de 1947 (BOA, n.º 104) se le concedió la Gran Cruz de San Hermenegildo, que disfrutó poco tiempo, pues falleció el 1 de febrero de 1948, días antes de cumplir los cincuenta y cinco años.
Por Decreto de 20 de febrero de 1948 (BOA, n.º 30) ascendió a general de división en consideración a hallarse en posesión de la Medalla Militar individual.
Bibl.: J. Gomá, Historia de la Aeronáutica de España, pról. de A. Kindelán Ouani, t. II, Madrid, Gráficas Huérfanos del Ejército del Aire, 1950; E. Petit, Historia Mundial de la Aviación, Barcelona, Edición Punto Fijo, 1967; J. Salas, “Madrid-Manila en Breguet XIX. La Escuadrilla Elcano”, en Seminario de Estudios Históricos Aeronáuticos, Grandes Vuelos de la Aviación Española, Madrid, Espasa Calpe, 1983; J. Salas y J. Warleta, “El Ejército del Aire”, en M. Hernández Sánchez- Barba y M. Alonso Baquer (dirs.), Historia Social de las fuerzas armadas españolas, pról. de A. Barahona Garrido, Madrid, Editorial Alhambra, 1986; VV. AA., Historia de la Aviación Española, Madrid, Instituto de Historia y Cultura Aérea, 1988; J. Salas, La Ingeniería Aeronáutica de España y Ultramar, Madrid, Tabapress, 1993.
Jesús María Salas Larrazábal