Laviña y Blasco, Matías Modesto. Zaragoza, 1796 – Madrid, 1868. Arquitecto.
Hijo del carpintero Félix Laviña, estudió en la Academia de San Luis de Zaragoza y más tarde se marchó a la Academia Pontificia de San Lucas de Roma (1816), donde obtuvo en 1818 un premio, una mención honorífica y el título de maestro arquitecto el 20 de diciembre de 1830. En este año volvió a Zaragoza y solicitó en 1831 de la Academia madrileña la revalidación del título que ostentaba con objeto de poder ejercer la profesión en España. Para este fin presentó, además del título original, varios ejemplares de un tratado de casetones que había trazado y grabado así como varias pruebas de delineación de su invención, entre ellas, “Un monumento que eternice la heroica defensa que la Inmortal Zaragoza hizo contra las tropas de Napoleón Bonaparte en los años 1808 y 1809”. La Comisión de Arquitectura le hizo acreedor del título de maestro arquitecto en la Junta Ordinaria del 9 de octubre de 1831, sin exigirle otra prueba de suficiencia y dejándolo habilitado para ser académico de mérito cuando quisiera solicitar los ejercicios correspondientes.
Después de trabajar en León al frente de las obras de restauración de su catedral (1830), ejerció la profesión en Zaragoza y Logroño entre 1839 y 1844. En esta etapa realizó en Zaragoza el palacio del duque de Villahermosa, los planos para la Aduana de Canfranc y la decoración de varias fachadas con motivo de la jura de la princesa, mientras que en Logroño, además de ser maestro mayor del municipio, intervino en las obras de fortificación de la ciudad, proyectó el paseo del Siete y rehabilitó el convento del Carmen. Trasladado a Madrid en 1844, solicitó de la Academia madrileña su admisión a los ejercicios para el grado de académico de mérito, alegando ser arquitecto de varias academias, el haber desempeñado varias comisiones en la de San Luis de Zaragoza y ser el autor de obras y pensamientos merecedores de nota de aprobación. La Comisión presentó un informe favorable para su admisión, relevándole de las pruebas adicionales por tenerlas acreditadas y admitiéndole a los ejercicios correspondientes. Su discurso académico versó sobre La mejor forma del teatro, siéndole concedido el grado solicitado en la Junta Ordinaria del 11 de agosto de ese mismo año.
En 1847 fue nombrado director de Dibujo de Adorno en los Estudios Menores de la Trinidad, obteniendo por concurso público antes de acabar el año la cátedra de Dibujo de Adorno. Como profesor de esta disciplina presentó un memorial sobre diferentes métodos de enseñanza que convenía adoptar respecto a ciertas clases de alumnos, memorial que sería aprobado el 4 de noviembre de 1849. Un año más tarde regaló a la Academia una copia de los primeros contornos de adorno, obra compuesta por cuatro páginas de texto, setenta y dos láminas y la portada, litografiadas, que sería publicada bajo el título Cartilla de adorno elemental para uso de las Academias y escuelas de dibujo y aprobada por la Corporación el 2 de agosto de 1850. Al año siguiente, y por tener que ausentarse de Madrid Eugenio de la Cámara, quedó como secretario interino de la Sección de Arquitectura, nombramiento que sería notificado en la Junta General del 6 de julio de 1851. En agosto de 1858 salió elegido para elaborar el reconocimiento y la tasación del castillo de Arévalo, y el 7 de noviembre hizo la exposición sobre un tratado de geometría que había confeccionado.
En la Junta General del domingo 8 de mayo de 1859 fue nombrado académico de número para dirigir los trabajos de restauración de la iglesia catedral de León.
El proyecto fue aprobado por la Sección de Arquitectura en la Junta del domingo 5 de mayo de 1861, pero se advirtió a Laviña acerca de la necesidad de construir una bóveda de arista en lugar de la nueva cúpula que proponía. Antes de acabar el año se encargó, junto con Atilano Sanz y Valentín Martínez de la Piscina, del informe para el reconocimiento de la casa que se estaba reedificando en la Carrera de San Jerónimo esquina a la calle Príncipe de Madrid. Asimismo, son obras suyas en la capital el palacio de los duques de Granada de Ega en la cuesta de Santo Domingo y el palacio del duque de Veragua en la calle San Mateo.
Obras de ~: Restauración de la Catedral de León, 1830 y ss.; Palacio del duque de Villahermosa y Aduana de Cafranc, Zaragoza, 1839-1844; Fortificación de la ciudad, Paseo del Siete y rehabilitación del convento del Carmen, Logroño, 1839-1844; Palacio de los duques de Granada de Ega y palacio del duque de Veragua, Madrid, s. f.
Fuentes y bibl.: Archivo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Actas de la Sección de Arquitectura, desde 1824 hasta 1831, sig. 141/3; desde 1832 hasta 1840, sig. 142/3; desde 1841 hasta 1845, sig. 143/3; desde 1846 hasta 1852, sig. 144/3; desde 1852 hasta 1860, sig. 145/3; desde 1860 hasta 1888, sig. 146/3; Juntas ordinarias, generales y pública, desde 1803 hasta 1818, sig. 87/3; desde 1819 hasta 1830, sig. 88/3; desde 1831 hasta 1838, sig. 89/3; desde 1839 hasta 1848, sig. 90/3; desde 1848 hasta 1854, sig. 91/3; desde 1855 hasta 1861, sig. 92/3; Libro de académicos de mérito, 1753-1845, sig. 18/3; Manuscritos, sig. 308-35/3, 372/3, Registro de Maestros Arquitectos aprobados por la Real Academia desde 1818 hasta 1900, sig. 154/3.
E. Pardo Canalís, Los registros de matrícula de la Academia de San Fernando, de 1752 a 1815, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Diego Velázquez, 1967; P. Navascués Palacio, Arquitectura y arquitectos madrileños del siglo xix, pról. de F. Chueca Goitia, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1973, págs. 101-104.
Silvia Arbaiza Blanco-Soler