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Basilio Boggiero Spotorno

Biografía

Boggiero Spotorno, Basilio. Celle (Italia), 5.IV.1752 – Zaragoza, 22-23.II.1809. Religioso escolapio (SChP), humanista, pedagogo, orador y escritor.

Nacido en Celle (diócesis de Savona), en el Milanesado, el 5 de abril de 1752, y fallecido en Zaragoza la noche del 22 al 23 de febrero de 1809. Siendo niño vino a España y estudió en el Colegio de los Escolapios de Zaragoza. En octubre de 1765 figura en una academia con el nombre de Juan. Vistió el hábito escolapio el 17 de junio de 1768 en Peralta de la Sal, cambiando su nombre por el de Basilio, y emitió sus primeros votos el 1 de octubre de 1769. Cursó sus estudios de Humanidades en Daroca del 13 de octubre de 1769 a marzo de 1773. Pasó seguidamente a Zaragoza, donde ya en septiembre defendió unas conclusiones filosóficas, bajo la dirección de su maestro el padre Joaquín Ibáñez. Toda su vida la pasó en el colegio de Zaragoza enseñando, en las escuelas inferiores de 1776 a 1778, Gramática Latina y Humanidades (1779-1780), Retórica y Filosofía (1781-1788); fue maestro de juniores y profesor (lector) de Teología (1792-1798). Simultaneó la oratoria con la enseñanza y casi no hay año desde 1781 hasta el final de su vida en que no aparezca predicando en las principales iglesias de Zaragoza (la Seo, el Pilar, San Pablo, San Cayetano).

Sobre el padre Boggiero valgan las líneas con que Casamayor alude a su Cuaresma predicada en la Seo el año 1800: “Ha hecho una Cuaresma que ha apurado toda la facundia retórica, en la que es el más sobresaliente que se conoce en el día”. En 1799 indicaba al padre rector el vicario general de los Escolapios de España que se guarden al padre Boggiero todos los privilegios y exenciones que gozaba como predicador supernumerario del Rey. Su último sermón lo predicó en el Pilar en la función de Acción de Gracias a la Virgen dispuesta por el general Palafox un día después de levantar los franceses el primer sitio de la ciudad. Como escritor, no fue inferior su prosa a su elocuencia. Escribió en latín y castellano e hizo traducciones del griego y del francés. El buen gusto y la elegancia presiden todos sus escritos. Aunque escribió bastantes poesías, no brilla en ellas la inspiración poética. Augusto Cueto ha escrito certeramente: “Con tan sano instinto como escasa inspiración, escoge asuntos nobles y cristianos; pero sus versos son desmayados y, a menudo, prosaicos” (Rivadeneira, 61). Se salvan acaso algunas de sus anacreónticas.

Un discípulo suyo publicó todas sus poesías bajo las iniciales D.L.G.P., posiblemente Pedro García Latassa. Como hombre sabio y culto, como poeta y escritor, había adquirido renombre entre la gente culta, pero su carácter de predicador y orador lo convirtió en hombre popular. Fue nombrado predicador supernumerario de Su Majestad y provincial honorario, y el arzobispo de Zaragoza lo tuvo como examinador sinodal y calificador del Santo Oficio.

Fue un gran educador y una de sus mayores glorias está en haber sido maestro y preceptor de los tres hermanos Palafox, Luis, Francisco de Paula y José, hijos de los marqueses de Lazán y Melci. De José Palafox, el héroe de los sitios de Zaragoza, se conservan tres cuadernos de composiciones (1786- 1787-1788) y en ellos se firma “discípulo del P. Basilio de San Tiago”. Durante estos años convivió en el palacio de los marqueses, autorizado por la Santa Sede y con la anuencia de los superiores de la Orden, como consta en un documento del padre Cañizar al visitador Cabañas (1791). Luego acompañó a la Corte a José, para hacer en ella sus estudios de Guardia de Corps.

Fue el más brillante de los tres hermanos. Andrés, subteniente del regimiento de Infantería de Milán, aparece firmando la traducción de la obra Pensamientos de Pascal sobre la religión —Zaragoza, 1790— con licencia a nombre del padre Basilio. Durante la tragedia de los sitios, el maestro estuvo junto a su discípulo, siendo su consejero preferido y el autor de sus arengas. Según el conde de Toreno, el padre Boggiero fue sacado para ir a la muerte “de un cuarto inmediato al de Palafox, donde siempre dormía”. (Historia de la Revolución, lib. VII). La muerte decretada por el mariscal Lannes se ejecutó en el silencio de la noche sobre el puente de Piedra. Cosieron su cuerpo a bayonetazos y arrojaron luego su cadáver, igual que el de Santiago Sas, a la corriente del Ebro. Sus cadáveres fueros avistados dos días después flotando en las aguas del río. El recuerdo de su maestro permaneció siempre fiel en el corazón de Palafox. Gracias a él se conservan en el Archivo Municipal de Zaragoza dos retratos del padre Boggiero, trazados a lápiz por Palafox. También son suyas estas líneas que sintetizan la personalidad y la muerte del insigne escolapio: “El P. Basilio era un sabio, orador y escritor muy distinguido, era mi maestro y amigo, a él le debo mi educación; era mi compañero y mi consejero; el mariscal Lannes lo arrancó de mi habitación cuando yo estaba moribundo, le hizo conducir a su presencia, le insultó y viendo que no podía quebrantar su ánimo, le hizo fusilar sobre el puente y su cuerpo fue arrojado al río con una gruesa bala de cañón suspendida al cuello”. El alma de los sitios fue Palafox; y el alma de Palafox, el padre Boggiero. La ciudad de Zaragoza honró al padre Boggiero con un sencillo monumento en el lugar de su ejecución inaugurado el 15 de junio de 1908, y dando su nombre a la antigua calle Castellana, donde tenía la puerta el colegio de las Escuelas Pías.

 

Obras de ~: Recopilación de lo principal de la Retórica en ochenta preguntas con trescientos trozos escogidos de oradores y poetas los más celebrados de la nación, obra completada y enriquecida con el Tratado de lo sublime, de Longino, trad. del griego, Zaragoza, 1780; Églogas sueltas: Tyrsis, Zaragoza, 1780; Ensayos literarios, Zaragoza, 1782; Diversas oraciones: De optimis disciplinis liberalibus tradendis y De iuventute in sacris litteris erudienda, Zaragoza, 1782; Introducción a la elocuencia española, Zaragoza, 1784; Ensayos de Literatura, Zaragoza, 1787; Vida del Venerable P. Maestro Fray Antonio Garcés, O.P., Madrid, 1788; Los triunfos de la honestidad, cantares anacreónticos, Zaragoza, 1788; Dalmiro, Madrid, 1788; Nemoroso, Zaragoza, 1802; Sermón de Nuestra Señora del Pilar, Madrid, 1808; Religionis christianae summa capita, Zaragoza, 1798; Poesías, Madrid, 1817 (2.ª ed., 1826); Plan de Instrucción con la experiencia de catorce años de enseñanza a más de ochocientos alumnos y Plan de educación (ms. sin terminar).

 

Bibl.: F. de Latassa y Ortín, Biblioteca antigua y nueva de escritores aragoneses, t. I, Zaragoza, imprenta de Calisto, 1884-1886, págs. 225-226; E. Llanas, Escolapios insignes, t. IV, Madrid, imprenta San Francisco de Sales, 1889-1900, págs. 360- 467; T. Viñas, Index bio-bibliographicus scriptorum Scholarum Piarum, t. I, Roma, 1908, págs. 74-75; M. de la Sala Valdés, Obelisco histórico en honor de los heroicos defensores de Zaragoza en sus dos sitios, Zaragoza, M. Salas, 1908, págs. 349-354; L. Falguera, Los héroes de la Patria y el P. B. B. drama en cuatro actos, Barcelona, 1914; C. Lasalde, Historia literaria y bibliografía de las Escuelas Pías de España, t. II, Madrid, Revista Calasancia, 1927, págs. 197-211; A. Clavero, Revista Horizontes Calasancios (Buenos Aires), t. V (1942), págs. 169-190; Historia de las Escuelas Pías en Aragón, t. V, Zaragoza, 1947, págs. 114-115 (ms.); A. Pastor Beltrán, Los escolapios y los sitios de Zaragoza. Biografía del P. Boggiero, Zaragoza, Heraldo de Aragón, 1959; Cuadernos de Historia Jerónimo Zurita, 19-20 (1966-1967), págs. 277-288; E. Fernández Clemente (dir.), Gran Enciclopedia de Aragonesa, Zaragoza, Caja de Ahorros Inmaculada, 1980.

 

Ángel Millán Lázaro, SChP

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