Gravina y Nápoli, Pedro. Montevago (Italia), 16.XII.1749 – Palermo (Italia), 6.XII.1830. Nuncio en España y cardenal de la Iglesia Católica
Nacido el 16 de diciembre de 1749 en Montevago en la diócesis de Girgenti, que dista 105 km de Agrigento en la isla de Sicilia. Fue bautizado diez días después, el 26 de diciembre de 1749. Vino al mundo siendo rey de Nápoles Carlos VII de Borbón, luego conocido en España –a partir de 1759– como Carlos III (1759-1788). Por su genealogía conservada en el Expediente de Limpieza de Sangre de la catedral de Sevilla sabemos que sus padres fueron Juan Gravina, duque de San Miguel, y Leonor Nápoli.
Ingresó en el Seminario de Palermo, en su Sicilia natal, pasando posteriormente al Colegio Clementino de Roma. Posteriormente pasó a la Academia Pontificia de Nobles Eclesiásticos donde recibió una esmerada formación que le serviría para su posterior labor como representante de los Estados Pontificios en diversos estados europeos. Digno de la confianza de Su Santidad el Papa Pío VI, éste decidió nombrarlo el 5 de abril de 1781 referendario de los Tribunales de Signatura de Gracia y Justicia.
Fue nombrado gobernador sucesivamente de las siguientes ciudades de los Estados Pontificios: Castello en 1783, Fano en 1785, Spoleto en 1790 y Ancona desde 1793 hasta 1794. Ese mismo año de 1794 fue nombrado protonotario apostólico Ad Honorem. Pedro Gravina había sido ordenado sacerdote el 7 de abril de 1792 y fue electo el 12 de septiembre de 1794 como arzobispo de Nicea, diócesis in partibus infidelibus siendo consagrado en Roma por el cardinal Francesco Saverio de Zelada.
Nombrado nuncio en Suiza, cargo que desempeñó entre 1793 y 1803, hubo de acoger a multitud de sacerdotes refugiados que huían de los Terrores de la Revolución Francesa.
En 1803 fue designado nuncio en España, sucediendo en este puesto al cardenal Filippo Casoni que había desempeñado la nunciatura desde 1794. Su nunciatura entre 1803 y 1816 ocupó la crisis del reinado de Carlos IV, la Guerra de la Independencia, los orígenes del estado constitucional y el restablecimiento del estado fernandino (el Sexenio Absolutista).
El 30 de octubre de 1805, desde El Escorial don Pedro escribió al secretario de Estado, Filipo Casoni, en la que le adjunta una Relación impresa de la salida de la escuadra combinada. En otra misiva firmada en El Escorial, y con el mismo destinatario, anunciaba su inminente marcha hacia Cádiz para cuidar a su hermano Federico “ferito nel braccio sinistro con un pezo di mitraglia” (herido en el brazo izquierdo por un trozo de metralla).
Desde la ciudad de Cádiz, escribía al secretario de Estado, notificando el estado de salud de su hermano. Lo cierto es que Pedro Gravina y Nápoli atendió a su hermano Federico tras la batalla de Trafalgar hasta sus últimos momentos. En el Archivo Histórico Provincial de Cádiz se conserva una memoria testamentaria con fechas de 10 de enero y 26 de febrero 1806, en el Protocolo de Cádiz nº 51 modificando el testamento de 1805.
Tras el fallecimiento su hermano Federico, el 9 de marzo de 1806, el consistorio gaditano escribía a don Pedro expresándole sus condolencias y el 29 del mismo mes, don Pedro ofició los funerales en la Iglesia del Carmen de Cádiz.
Pedro Gravina residió en la Corte entre los años 1806-1808, alternando su estancia en Aranjuez, Madrid, San Ildefonso y El Escorial.
En marzo de 1808 se hallaba al igual que el resto de la Corte en los Reales Sitios de Aranjuez, siendo testigo privilegiado del motín, y sustitución en el trono de Carlos IV por su hijo Fernando VII.
Desde 1808 permaneció en Cádiz, donde residía el gobierno libre de España. Se opuso a la abolición del Tribunal de la Inquisición, –que finalmente fue abolido el 22 de febrero de 1813– hecho que motivó su expulsión de España por parte del gobierno español, refugiándose en Tavira, Portugal. Desde esta localidad del sur lusitano continuó defendiendo sus postulados en un manifiesto publicado en castellano e italiano titulado Manifiesto del Arzobispo de Nicea, don Pedro Gravina, nuncio y legado de Su Santidad.
Con el regreso de Fernando VII, fue restablecido en la nunciatura volviendo a la capital de reino al igual que el resto de los embajadores de las naciones europeas.
Nombrado cardenal el 8 de marzo de 1816, recibió del Papa Pío VII la púrpura y el título de San Lorenzo in Panisperna el 15 de noviembre de 1817. Designado arzobispo de Palermo en 1816, fue sucedido en la nunciatura hispana por el nuncio Giacomo Giustiniani.
Por una carta escrita el 17 de junio de 1817 sabemos que en esas fechas aún se hallaba en Madrid. En dicha epístola, Gravina escribía al secretario de Estado que esperaba marchar pronto de España ya que su sucesor Giacomo Giustiniani se encontraba en Gerona. Sin embargo, un mes más tarde escribía nuevamente al secretario de Estado manifestándole no haber partido aún debido a que su sucesor no había obtenido el exequatur regio (permiso del rey).
En 1821, fue nombrado lugarteniente general de Sicilia en nombre de Fernando I, Rey de las Dos Sicilias. Como cardenal participó en los conclaves de 1823, en la elección de S.S. el Papa León XII, y en el de 1829 en la elección de Pío VIII.
Falleció un año más tarde de este cónclave, el 6 de diciembre de 1830, en Palermo. Su retrato puede contemplarse en Cádiz en el Museo Catedralicio (Casa de la Contaduría) y en el Museo Diocesano de Palermo.
Obras de ~: Manifiesto del Arzobispo de Nicea, don Pedro Gravina, nuncio y legado de Su Santidad, [Tavira el 4 de enero de 1814], Sevilla, Imprenta del Correo Político y Mercantil, 1814 (Archivo Apostólico Vaticano [AAV], Caja 231).
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Protocolo de Cádiz, núm. 51; Archivo Municipal de Cádiz, Actas Capitulares, 1806.
A. Richer, Vite de' più celebri marini, P. Tizzano (ed.), 1824; L. Karttunen, Les nonciatures apostoliques permanentes de 1650 à 1800, Genève, E. Chaulmontet, 1912; I. Villapadierna, “El conflicto entre el Cardenal primado y el nuncio Monseñor Gravina (1809-1814)”, en Anthologica Annua, 5 (1957), págs. 261-311; R. Solís, El Cádiz de las Cortes, Madrid, 1969; V. Cárcel Ortí, “El Archivo de Pietro Gravina, Nuncio en España (1803-1817)”, en Escritos del Vedat, 9 (1979), págs. 302-320; V. Cárcel Ortí, “El Archivo de la SC de Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios. I. Fuentes para la historia de España desde sus orígenes hasta la muerte de Pío IX (1878)”, en Itálica. Cuadernos de trabajos de la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, 15 (1981), págs. 247-320; G. Travagliato, “Gravina, Pietro”, en C. Napoleone, Enciclopedia della Sicilia, Parma, Ricci Editore, 2006, págs. 469-470; E. La Parra López y Mª. A. Casado, La Inquisición en España. Agonía y abolición, Madrid, Los Libros de la Catarata, 2013.
Francisco Glicerio Conde Mora