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Fernando de Cagigal de la Vega y Martínez Niño

Biografía

Cagigal de la Vega y Martínez Niño, Fernando de. Marqués de Casa Cagigal (IV), en Nápoles. Pasajes (Guipúzcoa), 7.IV.1756 – Barcelona, 25.X.1824. Teniente general, capitán general de las Islas Canarias, dramaturgo, poeta.

Fernando de Cagigal pertenecía por nacimiento a una de las familias nobiliarias de más lustre del siglo xviii originarias del Valle de Hoz, en Trasmiera (Cantabria), algunos de los cuales pasaron a Cuba con su tío abuelo Francisco Antonio Cagigal de la Vega, que fue virrey interino de Nueva España. Era el primogénito de los bejaranos Felipe Cagigal de la Vega y Niño, III marqués de Casa Cagigal, capitán general de Extremadura y del Consejo de Guerra, y de Teresa Mac Swing (o Mac Suini o Manzini, e incluso Orcusini, según sean las fuentes) y Pacheco, por lo que parece que los hijos castellanizaron el primer apellido materno. Su posición social le hizo entrar en el ejército muy joven, en 1770, pero como capitán, rango de entrada reservado sólo a aquellos que procedían de probada estirpe aristocrática y militar. Sirvió durante doce años en el regimiento de Caballería de España llegando a ser incluso su jefe militar.

Casó en Zamora el 28 de noviembre 1779 con Bárbara Kindelán, hija del brigadier Vicente Kindelán, de cuya unión nacieron un hijo varón, Fernando, que falleció prematuramente, y dos hijas.

En 1782 es ascendido a teniente coronel, sirviendo en el Regimiento de la Reina, y manteniéndose en él incluso cuando en 1792 alcanza el grado de comandante de escuadrón. En este período tomó parte en sus primeras acciones bélicas, estando presente en la toma de Mahón a los ingleses (1782), y siendo trasladado después al campo de Gibraltar, donde participó en su infructuoso bloqueo entre el 13 de diciembre de 1787 a fines de mayo de 1790. El 19 de junio de 1790 entra a formar parte del ejército español del Rosellón. No cambió de regimiento hasta enero de 1793, ya como coronel, cuando pasó a servir en el regimiento de Caballería de Algarbe.

En noviembre de 1793, y después de apenas un mes como coronel, es nombrado brigadier y, siempre sirviendo en el mismo regimiento, participó en la campaña contra los franceses de 1794. Estuvo presente en la acción de los Llanos de San Ginés así como en la retirada de La Trompeta, cubriendo a principios de mayo con sus fuerzas de caballería la ordenada retirada de las tropas españolas, al mando del príncipe de Monforte. Fue destinado luego con su regimiento al ataque de San Lorenzo de Muga el día 14 de mayo, y desde allí sirvió a las órdenes del mariscal de campo Francisco Solano y del general Antonio Cornel. Rechazó varios ataques del enemigo mientras sirvió bajo el mando de estos oficiales superiores, quienes dieron fe de la profesionalidad y valentía en la batalla de Fernando Cagigal. Participó en diversas acciones menores a lo largo de 1793.

El 19 de junio de 1794 es nombrado por el general Ricardos comandante de la caballería destinada al pueblo de Millas, entrando directamente en combate.

En el ataque francés a este pueblo del día 5 de agosto Cagigal se distinguió especialmente, ya que deshizo completamente el ataque enemigo causándoles serias bajas e incluso tomándoles varios prisioneros. Cinco días más tarde dirigió personalmente una encarnizada defensa con quinientos granaderos y ciento veinte caballos contra un feroz ataque que aunque causó serias bajas en el bando español, pudo finalmente repeler la ofensiva. Su heroica acción así como su ejemplar comportamiento le valieron el nombramiento como comandante de las tropas de Caballería ligera que se destinaron al ejército del teniente general marqués de las Amarillas. El día 29 de agosto realizó una de sus hazañas más admiradas al efectuar un ataque sobre los franceses, pasando el río Ter en la zona de Cornellá donde, después de una batalla muy reñida, se apoderó de las alturas del campamento enemigo, tomó veintiséis piezas de artillería e hizo varios prisioneros.

Inmediatamente estableció su cuartel general en las alturas de Perestortas y recorrió la mayoría de los pueblos de alrededor al frente de las tropas ligeras bajo su mando.

El 17 de septiembre tomó de nuevo parte en los combates después de la derrota española en la batalla de Bernet al poder repeler varios ataques en las mismas alturas donde se encontraba establecido su cuartel general.

En la batalla de Troullas, el 22 de septiembre del mismo año, pese a estar enfermo en Pontella, montó a caballo y salió al frente de su regimiento para incorporarse a la División de Caballería que mandaba el barón de Resel, y después de una larga marcha consiguió frenar el ataque enemigo. El propio duque de Osuna le recomendó particularmente para que mandara el ala derecha del ejército español. Estas acciones le hicieron ascender a segundo comandante de las tropas reunidas en el Ampurdán al mando del teniente general Juan Manuel Cagigal, su hermano y jefe de todo el ejército en aquella zona. Con sus nuevas tropas realizó un nuevo ataque que se saldó con la victoria en la batalla de Espona, donde hizo muchos prisioneros y causó un cuantioso número de bajas.

En la toma de Bañuls atacó al frente de sus tropas de caballería llegando a hacer más de doscientos prisioneros, capturando nueve cañones y consiguiendo una memorable victoria.

Una vez concluida la guerra es ascendido a mariscal de campo el 4 de septiembre de 1795 y destinado al Ejército de Castilla para pasar meses después a dirigir diversas acciones en Portugal. Estas acciones las centralizó desde Badajoz donde reunió al ejército de operaciones primero sirviendo bajo el mando del teniente general Juan Manuel Álvarez y posteriormente, en octubre de 1796, bajo José Urrutia. Después de las acciones en Portugal se le mandó retirarse y acantonarse en el interior de la península. Recibió órdenes del rey para que elaborara planes especiales para la administración del Cuerpo de Caballería, del que era un reconocido especialista. En las instrucciones se le pidió que atendiera al manejo no sólo táctico de las fuerzas de caballería sino también que elaborara planes sobre la administración económica y el buen gobierno de este cuerpo. Después se trasladó a Madrid para poner en práctica los escritos y estudios que había llevado a cabo sobre las fuerzas de caballería.

Durante 1796 y 1797 trató de exponer sus enseñanzas en diversas maniobras en Aranjuez para que el rey diera su visto bueno. Finalmente, y pese a que diversos sectores del ejército y de la Corte eran reticentes a las nuevas tácticas y consejos de administración dados por Cagigal, el rey ordenó que se concentrasen todos los cuerpos de caballería en Almagro. No pudo ver culminadas las diversas maniobras que estaban pendientes, ya que fue destinado al ejército de Galicia.

Pese a todo, su manual sobre el orden táctico de la caballería acabó siendo publicado e impreso por orden del rey.

A principios de 1798 recibió instrucciones para embarcarse en El Ferrol a bordo de unos navíos para una expedición secreta. Iba acompañado por los Regimientos de América y de Ultoria. Al poco de estar en alta mar descubrió que su destino era las Islas Canarias, donde tenía que ir a reemplazar a las tropas españolas que el año anterior habían hecho frente victoriosamente al asalto inglés del almirante Nelson, asalto en el que el conocido marino inglés perdió su brazo. En 1798, a los cuatro meses de llegar, se le nombra segundo comandante general de dichas islas. Cuando el comandante general, el mariscal de campo José Perlasco fue relevado, él adquirió el cargo supremo de máximo responsable militar de las Canarias. En este nuevo cargo estuvo varios años, adquiriendo una gran fama como militar y administrador.

Las enemistades personales, especialmente con su subordinado Carlos Manuel de O’Donnell y Anethan, y la invasión francesa en 1808 que provocaron una fuerte conmoción en el estamento militar, terminó en que se viera envuelto en un turbio juicio por supuesta infidelidad a la Corona y por opiniones favorables al nuevo gobierno de Madrid. Tuvo que trasladarse a la península para ser juzgado en Cádiz en febrero de 1810 siendo declarado inocente de toda culpa, condenándose al delator de las acusaciones, Agustín Romero Miranda, a diversas penas.

Afortunadamente, Cagigal contó con el apoyo de la mayor parte de la oficialidad nobiliaria en este juicio, inclusive la del general Francisco Javier Castaños, a quien le llegó a pedir personalmente ayuda durante este proceso.

Después de esto, en septiembre de 1810, fue destinado durante ocho meses a los ejércitos tercero y segundo.

En 1811 se afinca durante tres años en Cartagena mientras concluye la guerra contra los franceses.

En esta etapa cayó enfermo.

En 1814 asciende finalmente a teniente general y se le destina a diversos empleos administrativos y militares en diferentes lugares, haciéndose cargo de la cuarta división del Ejército en 1815. Su mala salud y sus más de cuarenta años de servicio le llevaron a solicitar el retiro del servicio el 31 de diciembre de 1815. Hasta su muerte tuvo una dilatada vida social en la que se codeó con gran parte de la intelectualidad de Madrid, no sólo por su destacado nivel científicotécnico como autor del manual de caballería para el ejército sino por cultivar las letras, como dramaturgo moralizante, siguiendo un estilo moratiniano, y, en especial, la poesía; traduciendo igualmente algunas obras de teatro italianas.

A su fallecimiento, su hija Vicenta Cagigal estuvo pleiteando durante varios años para conseguir una pensión de orfandad, mientras que la otra hija, Felipa, casó con el mariscal de campo Juan Kindelán, por lo que no tuvo dificultades económicas. Por su carácter agnaticio, habiendo premuerto su hijo varón, la merced de marqués de Casa Cagigal pasó a su tercer hermano José Cagigal de la Vega y Martínez que, en 1829, alcanzó el grado de teniente general.

 

Obras de ~: Descripción poética del viaje que hizo a la Montaña el Excmo. Sr. D. Fernando de Cagigal, Marqués de Casa Cagigal y Teniente General de los Rs. Ejércitos, siendo subalterno en el lugar de Hoz de Anero en la Provincia de Trasmiera a 4 de Noviembre de 1775, ms. [en Biblioteca Menéndez Pelayo (Santander), Colección Pedraja, sign. 41]; Instrucción para la caballería, 1801; Aristipo Megareo (seud.); El matrimonio tratado, Visita de atención al Teatro Barcelonés y a sus empresarios...

Diálogo entre Don Luis, Don Blas, y Don Cándido precedido de la opinion imparcial sobre el mérito de la señora Antonia Mosca... Añadese tambien la carta de un amigo á otro en la que se analiza la farsa Elisa..., incluyendo tambien un opúsculo que su autor llama Reflexiones en miniatura, Barcelona, Imprenta de Agustín Roca, 1817; Gil Gaca (seud.), Segunda visita de atención (y con recado) al teatro de Barcelona y cuanto a él atañe. Por los mismísimos D. Luis, D. Blas y D. Cándido de marras. La da a luz el proprio Gil Gaca, Barcelona, A. Roca, 1817; Fábulas y Romances militares, Barcelona, Imprenta de Brusi, 1917; La sociedad sin máscara, Barcelona, Imprenta de Agustín Roca, 1818; La educación, Barcelona, Imprenta de Agustín Roca, 1818; Informe sobre la mejora y aumento de la cría de caballos dado al supremo Consejo de la Guerra por los Tenientes Generales D. Antonio Amar, D. Manuel Freyre, el Marqués de Casa Cagigal y D. Diego de Ballesteros, extendido por el citado Marqués, Barcelona, Imprenta de Agustín Roca, 1918; Los perezosos, Barcelona, Imprenta de Agustín Roca, 1819; A la llegada a Barcelona de S.A. la Serenísima Infanta Doña Luisa Carlota esposa del Señor Infante D. Francisco de Paula Antonio, Barcelona, Imprenta de Brusi, 1819.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. C-292.

A. M. Coe, Catálogo bibliográfico y crítico de las comedias anunciadas en los periódicos de Madrid desde 1661 hasta 1819, en The Johns Hopkins Studies in Romance Languages and Literatures (Baltimore), vol. IX (1935), pág. 162; A. del Campo Echevarría, “El Marqués de Casa Cagigal, prócer de las armas y de las letras”, en La Revista de Santander, n.º 7 (1935), págs. 21-30 (2.ª ed., Santander, Antonio del Campo Echevarría, 1977); F. J. de Santa Cruz y Mallén, Historia de familia cubanas, La Habana, Hércules, 1940-1944, 6 vols.; F. Peraza Sarauza, Diccionario biográfico cubano, La Habana, Ediciones Anuario Bibliográfico Cubano, 1951; A. García Carraffa, Enciclopedia Heráldica y Genealógica Hispano-Americana, Madrid, Nueva Imprenta Radio, 1952-1963, 88 vols.; J. Atienza y Navajas, Nobiliario español: Diccionario heráldico de apellidos españoles y de títulos nobiliarios, Madrid, Aguilar, 1954; Caldera, La commedia romantica in Spagna, Pisa, Giardini editori, 1978, pág. 27; R. Nieto Cortadellas, Genealogías habaneras, vol. II, Madrid, Hidalguía, 1980; S. García Castañeda, “El Marqués de Casa Cagigal (1756-1824), escritor militar”, en VV. AA., La Guerra de la Independencia (1808- 1814) y su momento histórico, t. II, Santander, Centro de Estudios Montañeses, 1982; S. García Castañeda, “Moralidad y reformismo en las comedias del Marqués de Casa-Cagigal”, en VV. AA., Atti del Congreso sul Romanticismo spagnolo e ispanoa- mericano. Aspetti e problemi del teatro romantico, Génova, Biblioteca de Letterature, 1982, págs. 25-34; D. W. Fernández, Diccionario biográfico canario-americano, San Sebastián de la Gomera, Instituto Venezolano de Cultura Canaria, 1989; F. Calcagno, Diccionario biográfico cubano, Miami, Editorial Cubana, 1996; T. Caimari Calafat, “El ‘Clan’ Cagigal: Un estudio sobre los militares profesionales en los siglos xviii y xix”, en P. Gonzalbo Aizpuru (coord.), Familias y relaciones diferenciales: Género y edad, Murcia, Universidad de Murcia, 2010, págs. 159-170.

 

José Manuel Serrano Álvarez