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Bartolomé Ortiz

Biografía

Ortiz, Bartolomé. España, ú. t. s. xv – 1545 post. Gobernador interino de la isla de Cuba entre los años 1538 y 1544.

No se conocen antecedentes biográficos, hasta que llegó a Santiago de Cuba con la expedición del gobernador de Cuba y adelantado de La Florida, Hernando de Soto, y que este caudillo, al salir para su “jornada” de La Florida, con su primera etapa en La Habana, dejó encargado del gobierno de La Habana a Juan de Rojas, del de Santiago de Cuba a Bartolomé Ortiz como su alcalde mayor y, tan sólo nominalmente, de toda la isla, a su esposa Isabel de Bobadilla. Como quiera que Santiago era la mayor ciudad de la isla y funcionaba como su capital, Ortiz, en la realidad, quedó como adelantado mayor de Soto en dicha ciudad, y como lugarteniente suyo en toda la isla “dejándole con las varas de justicia y de gobierno en aquel territorio en agosto de 1538” (Pezuela, 1863).

Como Hernando de Soto se ausentó de la isla para no volver, ya que murió a orillas del Misisipi, en el continente, y como la ciudad de Santiago era por entonces la declarada residencia de los gobernadores de Cuba, hay que considerar a Ortiz como uno de ellos. Era Ortiz “de edad provecta, achacoso y apocado, pero bueno y entendido” (Pezuela, 1866). Con probidad, aunque blando, el licenciado Ortiz gobernó en Santiago con justicia. En una carta de los oficiales reales al Emperador, escriben: “El Alcalde Mayor que aquí dejó [Soto] es muy buen Juez e de buena intención, pero está doliente e viejo. Conviene uno que vissite los pueblos, ver cómo son tratados los indios é faga que la tercera parte dellos ande en minas” (carta desde Santiago, 7 de abril de 1540).

Pero a pesar de su probidad y de sus buenas cualidades, sus años y sus achaques no le permitieron reformar los desórdenes de los inquietos vecinos de los pueblos. Sí organizó algunas cuadrillas de monteros para perseguir a los indios alzados por Baracoa y Bayamo y restituyó con ello, en esos territorios, una seguridad que ya fue duradera. A pesar de todo, su gobernación fue bastante larga, para lo que se acostumbraba por entonces. En efecto, después de la muerte de Hernando de Soto y de la desaparición de los planes sobre La Florida, se proveyó en la Corte el nombramiento de un gobernador para Cuba, que recayó en Juanes Dávila, quien relevó a Ortiz el día en que se presentó en Santiago a ejercer su mandato, que fue el 2 de febrero de 1544.

Bartolomé Ortiz, ese licenciado “doliente y viejo”, regresó a España, pero se ignoran más detalles sobre su vida y muerte, que pudo acontecer en el mismo quinto decenio del siglo XVI.

 

Bibl.: J. de la Pezuela, Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico de la Isla de Cuba, vol. I, Madrid, Imprenta del Est. de Mellado, 1863; Historia de la Isla de Cuba, vol. I, Madrid, C. Bailly-Baillière, 1868, págs. 158, 154 y 172; E. S. Santovenia, Historia de Cuba, vol. I, La Habana, Editorial Trópico, 1939, págs. 181 y 227; Historia de la Nación Cubana, vol. I, La Habana, Historia de la Nación Cubana, 1952, pág. 93; La Enciclopedia de Cuba, vol. IV, San Juan y Madrid, Enciclopedia y Clásicos Cubanos, 1964, págs. 80 y 97-98; R. Guerra, Manual de historia de Cuba, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1971, pág. 60; N. Silverio- Sáinz, Cuba y la Casa de Austria, Miami, Editorial Universal, 1971, págs. 55 y 79.

 

Fernando Rodríguez de la Torre

Relación con otros personajes del DBE

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