Chalon y Luxemburgo, Filiberto de. Príncipe de Orange. Nozeroy, Champagne (Francia), 18.V.1502 – Gavinana, Pistoia (Italia), 3.VIII.1530. General de Carlos V, virrey de Nápoles y caballero del Toisón.
Fue uno de los feudatarios flamencos con mayor influencia territorial de su época, ya que sus posesiones se extendían desde el Franco Condado hasta el norte de los Países Bajos, adentrándose en otras zonas del Imperio y del reino de Francia. Su madre, Filiberta de Luxemburgo, princesa de Orange, le introdujo pronto en el ambiente cortesano. Así, por ejemplo, cuando Luis XII hizo su entrada en Lyon a finales de marzo de 1503, la princesa de Orange, en el cortejo de la esposa Rey, Ana de Bretaña, del que formaba parte, apareció acompañada por su hijo. Más tarde, durante las fiestas con las que se celebró el bautizo del primer delfín de Francia, Francisco, en Amboise el 25 de abril de 1518, Chalon apareció portando la cola de uno de los mantos del niño.
El 4 de mayo del mismo año, de nuevo desempeñando funciones ligadas al entorno cortesano, estuvo presente en el himeneo de Lorenzo de Médicis, duque de Urbino, con Magdalena de la Tour de Auvernia.
En enero de 1520 marchó a París, acompañando a su madre, para dar el pésame a Margarita por la muerte de su padre Maximiliano. Pese a su juventud, su relación con el emperador fue ya entonces privilegiada.
En ese año de 1520 recibió la investidura del Toisón de Oro de manos de Carlos V y dos años más tarde (1 de septiembre de 1522) éste le concedió desde Valladolid una pensión, a contar desde abril de 1523 de ocho mil libras anuales en Flandes.
Víctima de las luchas de poder entre el emperador y el monarca francés, sus estados borgoñones fueron confiscados por Francisco I tras 1521. Con el Tratado de Madrid de 1526 los recuperó, si bien el incumplimiento de este tratado por parte de Francisco I fue motivo de continuas tensiones entre Orange y el rey francés, finalmente resueltas a favor de Chalon.
Siguiendo los pasos de Carlos V, el 3 de agosto de 1521 fue invitado a asistir a su coronación en Aquisgrán, que tuvo lugar finalmente el 23 de octubre.
En 1522 se le propuso para la conquista de Fuenterrabía, ocupada por los franceses en octubre de 1521. Aparece en esta ciudad por primera vez en enero de 1523. Tras acudir a Valladolid para participar en las fiestas de san Juan Bautista, formando parte de la corte que acompañaba al monarca, y siempre a su servicio, regresó a Navarra, donde se encontró de nuevo entre los meses de octubre 1523 y enero de 1524. Carlos V preparaba entonces un ejército para entrar en Francia, al que Chalon tuvo que contribuir con diez mil españoles de a pie. En esta campaña de Fuenterrabía tenía al mando a “los alemanes, la caballería, la artillería y los infantes españoles” (Pierrugues, 1897). Al cruzar el Bidasoa se vio forzado a desistir, sin embargo, de sitiar Bayona, ante la eficaz defensa de la ciudad que opuso el vizconde de Lautrec. Este encuentro fue significativo, ya que años más tarde consiguió derrotarle en el reino de Nápoles.
1525 es el año en la que redacta su testamento (en La Coruña, 3 de mayo de 1525), por temor a una muerte temprana. De acuerdo con las costumbres de la época, en él detalla todo el ceremonial que habrá de seguirse en sus exequias. El 20 de mayo de ese año embarca en La Coruña para acompañar a Carlos V a Inglaterra, a la Corte de Enrique VIII. Allí vuelve a demostrarse cómo goza del favor y cercanía del monarca, que además del toisón le ha concedido “una capitanía de cincuenta lanzas y piensa aumentarle estado, honores y bienes” (Pierrugues, 1897). Tal y como manifestó el embajador de Venecia, Antonio Suriano, en la correspondencia que remitió desde aquel país a la República, a pesar de su demostrada experiencia en labores diplomáticas y militares, en esta embajada en Inglaterra llamaría la atención por su mocedad.
En aquellos momentos, el poder de la Monarquía española en Italia se encontraba amenazado por Francia, que trataba de hacerse con el control de ciertos territorios hasta entonces de dominio imperial. Carlos V expulsó así del Milanesado a las tropas capitaneadas por el rey Francisco I librando la decisiva batalla de Pavía (1525), donde el monarca francés cayó prisionero. La paz de 1526 (Tratado de Madrid), por la que recuperaba su libertad, suponía la entrega del ducado de Borgoña, del que se había apoderado en 1521, y su retirada del Milanesado; sin embargo, el francés no cumplió su promesa y, en junio de este mismo año, se reanudaron las hostilidades.
Un año más tarde, durante el Saco de Roma de 1527, Chalon dirigió las tropas de la caballería alemana que marchaban sobre la ciudad, asediando al Papa en Castel Sant’Angelo, ocasión en la que recibió una herida casi mortal que le dejó secuelas para el resto de su vida. Tras su actuación en el norte de Italia, el monarca requirió de nuevo su presencia en el otro gran frente militar que combatía la amenaza francesa en la península italiana: el reino de Nápoles. En 1528 se produjo un giro en la evolución política napolitana, motivado por la invasión francesa dirigida por Odet de Foie, vizconde de Lautrec, que planeaba una ocupación de toda la zona bajo el control hispánico en la península. El problema del control del territorio napolitano se vio agravado, además, por un azote de peste y de gran escasez que dio lugar a movimientos insurrectos liderados por la nobleza de tradición angevina.
En enero de ese año de 1528, a Orange se le pidió que acudiera a enfrentarse militarmente a esta amenaza en Nápoles, donde en un primer momento actuaba en colaboración con el entonces virrey de la zona, Hugo de Moncada. La muerte en combate de éste motivó que, hasta que llegaran nuevas órdenes del emperador, Chalon, como máxima autoridad del reino, se hiciera cargo del gobierno de forma interina.
El asedio francés fracasó y el virrey en funciones recuperó el control militar del territorio. Esta intervención militar es detallada en un minucioso diario escrito por él mismo que ha llegado hasta nuestros días. Gracias a este éxito se le nombró virrey. De su gobierno allí se recuerda fundamentalmente la represión que infligió en el reino a los enemigos de la causa imperial, traducida en confiscaciones y duros castigos que aplicó a aquellos sectores de la nobleza que habían apoyado la causa francesa. Combatió numerosos focos insurrectos en las provincias del reino hasta la llegada del indulto general, el 23 de abril de 1529, que, sin embargo, no acalló completamente esas alteraciones. Por su dura actuación recibió fuertes críticas que llegaron hasta oídos del emperador. Al igual que todos aquellos que ejercían como virreyes de Nápoles en este período, obtuvo por merced real algunos privilegios territoriales.
Al ocupar también el cargo de capitán general de las fuerzas imperiales desde 1527, apenas residió en Nápoles durante los años de su mandato, participando en operaciones militares del norte y del centro de Italia. Murió, así, combatiendo contra Francesco Ferrucci en 1530 en Gavinana, al frente de las tropas imperiales de Carlos V, durante el sitio de Florencia.
Fue enterrado en la iglesia de los franciscanos de Saint François. Al fallecer sin descendencia, heredó el principado el hijo de su hermana Claudia, Renato de Nassau. Éste, casado con Ana de Lorena, murió sin embargo también sin descendencia en el sitio de Saint-Dizier (15 de julio de 1544), lo que motivó de nuevo un conflicto sucesorio que se resolvió en la figura de Guillermo de Nassau el Taciturno, estatúder de Holanda, hijo de Guillermo el Viejo, también apodado el Rico (hermano de Enrique III) y de Juliana de Stolberg. Sobre su implicación en el panorama artístico- cultural de su época, a Chalon se le relaciona con Antonio de Guevara y con Garcilaso de la Vega (cuyo hermano, Fernando de Guzmán, sirvió en la defensa de Nápoles a las órdenes de Orange). Aparte del mencionado diario sobre su defensa del reino de Nápoles, compuso una obra sobre los capitanes de su tiempo de la que existió una copia manuscrita en el Archivo de Montrichard, en el castillo de Frontenay.
Bibl.: M. García Cerezeda, Tratado de las campañas y otros acontecimientos de los ejércitos del emperador Carlos V en Italia, Francia, Austria, Berbería y Grecia desde 1521 hasta 1545, Madrid, Imprenta, Estereotipia y Galvanoplastia de Aribau y Cía., 1873-1876, 3 vols.; A. D. Pierrugues, Giornali del princippe d’Orange nelle guerre d’Italia dal 1526 al 1530 (coll’elenco dei gentiluomini della casa militare del principe e dei capitán, agenti ed uffiziali dell’imperatore e del papa nelle guerre di Firenze), Firenze, Imprenta de Giuseppe Pellas, 1897; L. Sandret, Philibert de Chalon, prince d’Orange, Poligny, Imprenta de G. Cottez, 1889; U. Robert, Philibert de Chalon prince d’Orange, viceroi de Naples (1502-1530), Paris, Plon-Nourrit et Cie., 1902; A. López de Meneses, “Filiberto de Chalon, príncipe de Orange: sus dos estancias en España, 1520 y 1522-1524”, en Hispania (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), t. IX, XXXV (1949), págs. 241-262; G. d’Agostino, “La capitale ambigua. Napoli dal 1458 al 1580”, en Archivio Storico Italiano (Nápoles), CXLI (1983), págs. 185-190; A. Chastel, El saco de Roma, 1527, Madrid, Espasa Calpe, 1998; W. Prevenier y W. Blockmans, Le prince et le peuple: images de la société du temps des ducs de Bougogne, 1384-1530, Anvers, Fonds Mercater, 1998; A. de Ceballos-Escalera y Gila (dir.), La insigne Orden del Toisón de Oro, Madrid, Palafox & Pezuela, 2000; C. J. H ernando Sánchez, El reino de Nápoles en el Imperio de Carlos V: la consolidación de la conquista, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001.
Ana Minguito Palomares