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Pedro de Luján

Biografía

Luján, Pedro de. España, c. 1490 – Río Luján (Argentina), 15.VI.1536. Conquistador.

Nada se sabe de sus orígenes, hasta que aparece en la expedición de Pedro de Mendoza (1487-1537), organizada a consecuencia de las capitulaciones del 25 de mayo de 1534, como una empresa conquistadora y colonizadora. Entre sus principales aparecen Martínez

de Irala, el maestre de campo Julián Osorio, los hermanos Cáceres y varios capitanes, entre los que destacan Rodrigo de Cepeda y Ahumada (hermano de santa Teresa), Diego de Abreu y Pedro de Luján, que era sobrino del mismo Pedro de Mendoza. Uno de los soldados fue el alemán Ulrich Schmidel, quien, más de veinte años después, regresó a Alemania y publicó la primera, aunque muy breve, crónica de la conquista del Río de la Plata, que impresionó a los europeos por las inmensas penalidades y actos sobrehumanos que, con gran sencillez, se relatan (Reise nach Süd-Amerika den Jahren 1534 bis 1554, Francfurt, 1567; muchas ediciones: Francfurt, 1599 y 1612, Nuremberg, 1599 y 1602, Oppenheim, 1617; Tübingen, 1889; en latín, 1599, 1625; en francés, 1599, 1837, tres holandesas, una inglesa; en español, 1749, 1836, 1866, 1881, 1903, 1936, 1938, 1942, 1944, 1986). Schmidel narró el combate contra los querandíes, pero no citó a Luján: “Mataron a Don Diego de Mendoza y a 6 hidalgos así como a unos 20 soldados de a caballo y a pie. Por su parte perecieron cerca de mil hombres peleando valerosamente”. Derribaron sus caballos con las “boleadoras”. Y termina: “No obstante pudimos vencerles y ocupar su poblado”.

El episodio por el que se justifica el recuerdo histórico de Pedro de Luján apareció en 1612, en la Historia Argentina, del cronista paraguayo Rui Díaz de Guzmán. Es aquí, en su capítulo XI titulado “Cómo la armada entró en el Río de la Plata y de la muerte de Don Diego de Mendoza”, donde aparece el episodio, que se copia a continuación, en trazos muy sintetizados:

“Los indios de guerra [...] que luego que sintieron a los españoles vinieron a darles algunos rebatos [...] salieron un día y mataron como diez españoles que estaban haciendo carbón y leña. Escapando algunos de ellos vinieron a la ciudad, dando aviso de lo que habia sucedido y tocando al arma mandó Don Pedro a su hermano Don Diego que saliese a este castigo con la gente que le pareciese [...] Sacó unos trescientos soldados infantes y doce de a caballo con tres capitanes y cerca de su persona andaban Don Juan Manrique, Pedro Ramiro, Sancho del Campo y el capitán Luján; y así todos juntos fueron caminando como tres leguas [...]. Halló algunos indios [...] y dando sobre ellos mataron y prendieron más de treinta [...] Venida la noche despachó Don Diego algunos presos para que diesen aviso al cacique, que se viniese à ver con él bajo de seguro, porque no pretendía con ellos otra cosa que tener amistad [...]”. Respondieron los indios a la mañana siguiente con un masivo ataque, calculándose en tres mil los atacantes. Intentaron contraatacarles los españoles y no pudieron contra esa superioridad.

“Don Diego con los de a caballo acometió al enemigo, mas hallóle tan fuerte que no le pudo romper [...] Don Juan Manrique se metió en lo más espeso y peleando valerosamente cayó del caballo y le cortaron la cabeza y al que se la cortò el bravo Don Diego le atravesó la lanza por el cuerpo [...] Luján y Sancho del Campo andaban algo á fuera muy mal heridos, escaramuceando entre los indios, los cuales cerrando con la infantería, y desbaratándola, entraron por el desfiladero, hiriendo y matando á una mano y otra a los españoles, de tal suerte que hicieron con él matanza de ellos y á seguir el alcance no dejaron hombre á vida de todos. Luján y otro caballero, por disparar sus caballos, salieron sin poderlos sujetar ni detenerlos, por estar muy heridos, los cuales llegando a la orilla de un río que hoy llaman de Luján, ambos cayeron muertos, como después se vió, porque hallaron los huesos, y uno de los caballos vivo: de cuyo suceso se le quedó el nombre a este río”.

Al lugar donde se halló muerto al capitán Luján también se le llamó “Luján” y allí mismo se levantó la ciudad que hoy lleva su nombre y alberga la basílica de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina. Los geohistoriadores argentinos localizaron en el siglo XX el combate contra los belicosos indios querandíes en Corpus Christi, antes llamado La Matanza, y la batalla se sitúa cronológicamente el 15 de junio de 1536. El origen del antropónimo “Luján”, como río y ciudad, viene incontestablemente del episodio relatado, todavía respetado por el historiador Paul Groussac, aunque fue cuestionado por primera vez, en 1927, por Juan de la Peña, alegando la gran distancia que existe entre el actual Corpus Christi y la ciudad de Luján, unos cincuenta kilómetros, distancia imposible para recorrer por un caballo sin detenerse y arrastrando un cuerpo. Pero la tradición oral ha quedado asimilada de la forma expuesta. Precisamente en la ciudad de Luján existe el Museo Colonial e Histórico de la Nación, donde en la sala primera, dedicada a la “Villa de Luján”: “Un [...] cuadro representa la muerte de Don Pedro de Luján, después de la derrota del combate de Corpus Christi que significó un completo desastre para los españoles en manos de la tribu de los querandíes (15 de junio de 1537) [sic]. El capitán Pedro de Luján, malherido es llevado por un caballo a las márgenes de un río, donde muere. Es el río que lleva su nombre: Luján”.

Quizás la solución de este problema geohistórico podría consistir en que Luján muriera a orillas de un río, afluente del actual Luján, o quizás en el mismo río Luján, pero no en el mismo sitio donde se levantó la villa que en su honor se nombró Luján. Pero la tradición es muy fuerte y, por ejemplo, en la página de Internet de la ciudad de Luján se puede leer: “A mediados de 1536 [...] tropas de D. Pedro de Mendoza, unos 300 hombres, se trabaron en combate [...] a orillas de un río. No se sabe muy bien, acaso llevado por la correntada o a lanzazos muere un tal Diego de Luján, de acuerdo a ciertas crónicas. Sin embargo, el nombre no figura en los registros. Hay, sí, un Capitán Pedro de Luján. Dicen que el apelativo de ese cristiano dio nombre al sitio [...] la muerte se llevó, esto sindudamente [sic] al jefe de la partida, Diego de Mendoza, hermano del Adelantado [...] Y cuando en 1580 Juan de Garay reparte indios y tierras en el valle del Corpus Christi ‘por otro nombre río de Luján’, apunta, figuran naciones indígenas barajando similitudes eufónicas, como luyán, suyán, delaján”. Finalmente, una moderna Historia de la Argentina (1998) relata así el combate de La Matanza o Corpus Christi: “Lucharon valientemente y lograron poner en fuga a los salvajes pero quedaron en el campo el hermano de Mendoza, Diego, Pedro de Benavides y otros conquistadores, en total, 38 hombres. Cuando Pedro de Mendoza se enteró de la muerte de su hermano, su sobrino [es decir, Pedro de Luján] y sus mejores capitanes se amargó tanto ‘que estuvo a punto de morir’”.

 

Bibl.: R. Díaz de Guzmán, Historia Argentina del Descubrimiento, población y conquista de las provincias del Río de la Plata, escrita por --- en el año 1612 [...] aumentada con varios interesantes documentos históricos, vol. I, Buenos Aires, Imprenta La Revista, 1854, págs. 47-49; U. Schmidel, Relatos de la conquista del Río de la Plata y Uruguay, 1534-1554, Madrid, Alianza Editorial, 1986, págs. 32-33; VV. AA., Historia de la Argentina, vol. I, Barcelona, Océano Grupo Editorial, 1998, pág. 153; J. M. González Ochoa, Quién es quién en la América del Descubrimiento (1492-1600), Madrid, Acento Editorial, 2003, pág. 218.

 

Fernando Rodríguez de la Torre