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Claudio Rivera Macías

Biografía

Rivera Macías, Claudio. Alguaire (Lérida), 5.V.1893 – Madrid, 6.VIII.1971. Militar y caballero Laureado de San Fernando.

Era hijo de Tomás Rivera Gamboa, teniente de la Guardia Civil, y de María Macías Martín. Ingresó en 1909 en el Ejército como educando de banda del Regimiento de Toledo, en el que durante los años siguientes alcanzó los empleos de cabo segundo, cabo primero y sargento segundo.

Tras estudiar durante 1919 en el Colegio Preparatorio Militar de Burgos, al año siguiente consiguió plaza de alumno en la Academia de Infantería de Toledo, en la que fue elegido sargento galonista por su aplicación.

En 1923 fue promovido al empleo de alférez y destinado al Regimiento de Ceriñola, en Melilla, pasando meses después al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas, en cuyas filas se batió durante 1924 en Buhafora, Tizzi Aza, Azib de Midar, Issen-Lahssen, Uad Lau, Koba Darsa, Monte Cónico y Macizo de Gorgues; en la última de estas acciones resultó herido en el pecho y se negó a ser evacuado.

Días después volvió a ser herido, esta vez de gravedad, por lo que tuvo que ser ingresado en el hospital. Su intervención en estos hechos le hicieron acreedor al ascenso al empleo de teniente por méritos de guerra, que le fue concedido en el mes de diciembre.

Intervino en 1925 en el desembarco de Alhucemas y en las operaciones posteriores. Terminada en mayo de 1926 la primera fase de las operaciones acordadas en la conferencia de Uazan, las acciones se dirigieron hacia el oeste para dominar el macizo de Yeben Hamman.

El 29 de mayo se avanzó sobre la cabila de Bocoia, manteniendo la columna del general González Carrasco, de la que formaba parte Regulares de Alhucemas, duros combates en el Zoco el Had de Tizar, donde resistía un numeroso grupo de rebeldes. Durante la operación, al teniente Rivera se le señaló como misión la ocupación de unas crestas, de las que desalojó al enemigo empleando granadas de mano y arma blanca, continuando el avance por propia iniciativa y sin esperar refuerzos, alcanzando una casa en ruinas en la que recibió orden de fortificarse, pero los intensos ataques del contrario hicieron vacilar a la tropa, que retrocedió, permitiendo que los moros ocupasen dichas ruinas. El teniente Rivera hizo que sus hombres reaccionasen y se lanzasen al asalto de la casa, de la que consiguieron volver a apoderarse, sufriendo sus fuerzas durante estos combates un cincuenta por ciento de bajas. Recibió como recompensa por estos hechos el ascenso a capitán por méritos de guerra.

En averiguación de si su heroica actuación merecía la Cruz Laureada de San Fernando, se le abrió juicio contradictorio, que daría como resultado la concesión de tan preciada recompensa por Real Orden de 30 de enero de 1930.

Cayó herido por tercera vez el 12 de junio de 1926, y de nuevo se resistió a ser evacuado. Continuó en Regulares hasta que en 1928 regresó destinado al Regimiento de Toledo.

En 1930 fue trasladado al Regimiento del Rey y al año siguiente, proclamada la República, solicitó el retiro del Ejército, concediéndosele el empleo de comandante por ser caballero Laureado.

Durante la Guerra Civil, estuvo preso en zona republicana y al terminar la contienda se le concedió la Medalla de Sufrimientos por la Patria y en septiembre de 1940 el reingreso en la Escala Activa con el empleo de comandante, destinándosele al Batallón Ciclista n.º 1.

Fue comandante jefe del 1.er Batallón del Regimiento n.º 262 en la Campaña de Rusia. En 1944 ascendió a teniente coronel y fue destinado a la Escuela de Aplicación y Tiro, mandando posteriormente el Batallón de Cazadores de Montaña de La Albuera.

En 1949 pasó a la Escuela de Aplicación y Tiro de Infantería, en la que se mantuvo hasta su ascenso a coronel en 1955, encomendándosele entonces el mando del Regimiento de San Quintín y al año siguiente el de Asturias.

Fue promovido en 1958 a general de brigada y al año siguiente pasó a la reserva, en la que se le concedió el empleo de general, de división por ser caballero Laureado.

Estuvo casado con Olga Alma de Torrontegui y Arriaga, con la que tuvo cuatro hijos, de los cuales dos fueron militares, uno de ellos doctor ingeniero en Armamento y el otro en Construcción.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. R-986.

J. M.ª Gárate Córdoba (dir.), España en sus héroes: historia bélica del siglo XX, Madrid, Ornigraf, 1969; J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.

 

José Luis Isabel Sánchez

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