Cueva, Jerónimo de la. ?, ú. t. s. XV – Almería, I.1558. Militar, capitán de las compañías de Caballería e Infantería de la ciudad de Almería, comendador de Carrizosa y capitán de Almería.
Descendía de la alta nobleza castellana, pues era nieto de Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque y conde de Ledesma, y segundo hijo de Antonio de la Cueva, señor de La Adrada (Ávila), que había participado como capitán en la guerra de Granada. Desde comienzos del siglo xvi, la familia De la Cueva ocupó importantes cargos (corregimientos de Guadix y Granada) y poseían una capitanía de cuarenta caballos en Almería, que en 1523 estaba a cargo de Jerónimo de la Cueva, en sustitución de su hermano mayor Francisco; a ésta se añadió en 1542 la compañía de Infantería de Alvar Gómez de Orozco el Zagal. Jerónimo de la Cueva sirvió al emperador Carlos V en diversas campañas militares, como la del Peñón de Vélez de la Gomera en 1525, donde fue cautivado; una merced real de 1.000 ducados ayudó a su rescate y, en reconocimiento de sus servicios, el Emperador le concedió la encomienda de Carrizosa, de la Orden de Santiago, en el Campo de Montiel (Ciudad Real).
Jerónimo se mantuvo dentro de la esfera clientelar de Íñigo López de Mendoza, conde de Tendilla y capitán general del reino de Granada, lo que le supuso la plena confianza de éste, hasta el punto de nombrarle su lugarteniente en la capitanía general del reino durante algunos años de ausencia suya (de 1549 a 1554 y en 1557).
Casó en Almería con Beatriz de la Vega, hija de Francisco de Molina y Morales, gobernador del marquesado del Cenete, y nieta de Pedro de Morales, regidor de Almería y alcaide de la taha de Marchena por el duque de Maqueda. El matrimonio le supuso, además de enlazar con la aristocracia almeriense, la sustanciosa dote de 5.000 ducados. Con la dote, las rentas de la encomienda y su sueldo como capitán y continuo (175.000 maravedís anuales), Jerónimo consiguió hacerse con un gran patrimonio.
Su influencia en la ciudad llegó a ser tan acusada, que el concejo le concedió una parte del agua del abasto urbano para uso exclusivo de su casa, ubicada en el actual convento de Las Claras, junto a la antigua plaza del Juego de Cañas. Ello fue motivo para que en 1537 el cabildo catedralicio entablara un sonado pleito contra el Ayuntamiento, pues por la concordia de 1503 estaba prohibida la cesión de agua a particulares.
Viudo desde 1545, tuvo cuatro hijas, de las que sobrevivieron dos: María de la Cueva, que profesó en el convento de la Inmaculada Concepción de Almería, y Micaela de la Cueva, heredera de su padre, que contrajo matrimonio con el licenciado Jerónimo Briceño de Mendoza. De esta forma quedaron unidas ambas familias nobles de Almería, La Cueva y Briceño.
Falleció en enero de 1558 y fue enterrado en la capilla mayor del convento de San Francisco de Almería, propiedad de la familia Briceño.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, Pruebas de caballeros de la Orden de Santiago, piezas 1237, 1238 y 1239; Órdenes Militares, Carpeta 84, n.º 14; Archivo de la Catedral de Almería, Exps. Diversos, pieza 1.
J. L. Ruz Márquez, Los escudos de Almería. Heráldica y Genealogía de los linajes almerienses, Almería, Gráficas Murgis, 1986, págs. 26; A. Jiménez Estrella, Poder, ejército y gobierno en el siglo xvi. La capitanía general del Reino de Granada y sus agentes, Granada, Universidad, 2004, pág. 322-325; A. Mu ñoz Buendía, “Cueva, Jerónimo de la”, en VV. AA., Diccionario Biográfico de Almería, Almería, Instituto de Estudios Almerienses, Fundación Cajamar, 2006, pág. 121.
Antonio Muñoz Buendía