Capdevila y Pallares, José Alberto. Sarais (Lérida), 1729 – Buenos Aires (Argentina), 29.VIII.1820. Médico militar, cirujano.
Hijo de José Alberto de Capdevila y de Francisca de Vigo y Sanz. Graduado por la Universidad de Cervera y examinado en el Real Colegio de Barcelona en 1774. Fue al Río de la Plata en la expedición de Pedro de Cevallos en 1776.
En lo relativo a la salud en el virreinato del Río de la Plata, el accionar de médicos, cirujanos, medicinas, estaba bajo el control del protomedicato que funcionaba en Lima; sin embargo, debido a la distancia que hacía casi imposible el eficaz desempeño del mismo, los cabildos se ocuparon de esa tarea. Por ello, urgía fomentar la creación de una institución en el Río de la Plata, según dice la memoria que años más tarde Vértiz eleva al marqués de Loreto, para “remediar bastantemente los desórdenes que perjudicaban la salud, y menos precaver el desarrollo de las boticas, estando siempre a la mira de la bondad de los medicamentos y composiciones y de la equidad de los precios”.
A comienzos de 1777, el virrey Cevallos creó un protomedicato que debía obtener la aprobación real, conseguida ésta bajo el gobierno de Vértiz, se fundó el 17 de agosto de 1780 en Buenos Aires y se nombró a Miguel O’Gorman protomédico junto con los médicos Francisco Argerich, el licenciado José Alberto Capdevila y Pallares, el doctor Benito González Rivadavia, a quien reemplazó el doctor José Miguel Carvalho, Antonio de Herrera como escribano y secretario del tribunal y Miguel Mancilla en calidad de alguacil. A pesar de prestar servicios en carácter de cirujano y examinador del protomedicato, el sueldo que José Capdevila recibía era solamente de mil pesos al año que correspondía a su condición de cirujano de presidio en virtud de una Real Orden del 31 de enero de 1788; lo cual significa que desempeñaba dos cargos con una única remuneración.
En 1788, el teniente de gobernador le solicitó a José Alfredo Capdevila y a otros dos cirujanos, Joaquín Terreros y José Antonio Mota Lagosta, un certificado médico que diera testimonio del estado de salud del doctor Agustín Fabre, por su parte Capdevila explicaba que Fabre padecía de afecciones hipocondríacas que lo imposibilitaban para montar a caballo y emprender viajes largos.
Cuando el virrey Arredondo propuso la creación de cátedras de Medicina y Cirugía, aconsejó fijar la dotación de las mismas del fondo de Temporalidades o de una contribución impuesta a todos los pueblos interesados. Dado que la propuesta del virrey no fue aceptada, el Cabildo aconsejó que el Colegio de San Carlos destinara una o dos habitaciones o las construyese en el terreno que estaba dedicado para la universidad que allí se constituyeran tres cátedras, dos de Medicina, Prima y Vísperas y la tercera de Cirugía. A la primera cátedra se la dotaría con ochocientos pesos; la segunda, con seiscientos, y la tercera, con quinientos pesos. Para cubrir las mencionadas cátedras se procedería a una rigurosa oposición, menos para la de Prima y Cirugía, porque teniendo el título de protomédico el doctor Miguel O’Gorman, y el de cirujano, el del presidio, el licenciado, José de Capdevila, como profesores aptos desde un tiempo considerable, ocuparían los cargos. En 1796, el Rey determinó no aprobar el arbitrio propuesto para proveer las cátedras mediante el recurso del fondo de las Temporalidades. A su vez reclamó del virrey un nuevo informe para encontrar algún otro medio para pagar esas dotaciones.
Finalmente, el 1 de julio de 1798, el Rey creó en Buenos Aires el protomedicato independiente, con función docente, compuesto de un médico y un cirujano encargados de enseñar su respectiva facultad con la remuneración anual de setecientos y trescientos pesos, respectivamente, sobre la Real Hacienda, siendo obligación de ambos enseñar en sus correspondientes facultades bajo el método y forma que provisionalmente acordaren con el virrey.
Por resolución real del 1 de julio de 1798 comunicada al virrey de Buenos Aires se creó el protomedicato con las cátedras de Medicina y Cirugía anexas, dando lugar al virrey Olaguer y Feliú para designar en esos cargos a Gorman y Capdevila, pero este último se excusó de aceptar ese cargo docente, el virrey Avilés nombró a Fabre para ocupar esa vacante. Este último, graduado en el Colegio de Cádiz, había brindado asistencia en el Real Colegio de San Carlos, Hospital de Betlemitas y Casa de la Residencia de la capital del virreinato.
Como cirujano ayudante de Francisco Antonio Argerich, Capdevila acompañó al virrey Vértiz en la expedición llevada por éste para sofocar el levantamiento de José Gabriel Tupac Amaru y al regresar se reintegró a su cargo. Fue nombrado por Cevallos cirujano del Real Presidio, también ejerció en 1807 en el Hospital Militar y después en el Hospital de Belén en Buenos Aires en la época de las invasiones inglesas. Ayudado en esta tarea por el licenciado Justo García Valdez; el material utilizado en esos hospitales en la curación de los heridos fue entregado por Capdevila a Anselmo Sáenz Valiente. En 1810 formó parte del Cabildo Abierto del 22 de mayo. En Buenos Aires atendió enfermos hasta su muerte, acaecida un año después de la de Gorman. Fue sepultado en el campo santo del Hospital Betlemítico de Buenos Aires. Era hermano de José Antonio de Capdevila.
Bibl.: J. R. Beltrán, Historia del Protomedicato de Buenos Aires, Buenos Aires, El Ateneo, 1937, págs. 135-139, 156-159, 168-169, 300-301; G. Furlong, El trasplante social y cultural del Río de la Plata 1536-1810. Ciencia, Buenos Aires, Tipográfica Editora Argentina, 1969, págs. 320-321; V. O. Cutolo, Nuevo Diccionario Biográfico Argentino (1750-1930), t. II, Buenos Aires, Ediciones Elche, 1969, págs. 113-114.
Andrea Lydia Arismendi