Garrigós, Agustín. Jijona (Alicante), c. 1749 – Buenos Aires (Argentina), c. 1805. Militar, impresor.
Era hijo de Lorenzo Garrigós y de Francisca Mellón.
Pasó a América en la expedición de Pedro de Cevallos, en 1777, formando parte del cuerpo de Dragones que comandaba el teniente coronel García de Velazco.
Llegó a Buenos Aires el 2 de agosto de 1780, a requerimiento del virrey Vértiz, revistando con el grado de cabo, para hacerse cargo de la Imprenta de los Niños Expósitos como maestro impresor. Simultáneamente continuó agregado en el Regimiento de Dragones de Buenos Aires hasta que se retiró como sargento en 1788. Abocado a su oficio de impresor, corrió con la instalación y funcionamiento del primer taller desde mediados de 1780 hasta octubre de 1791. Trabajó primero bajo las órdenes de Silva y Aguiar, hasta que destituido éste la imprenta quedó a su cargo, en 1782.
Años más tarde dirigió la imprenta Sánchez Sotoca, y finalmente Dantás. Garrigós se retiró de la imprenta pretextando hallarse enfermo, pero en realidad esperaba ser nombrado administrador de un pueblo de Misiones. Al fracasar en este proyecto, en 1785, pretendió arrendar el taller, y como no lo obtuvo, ésta fue la causa determinante de su alejamiento.
Garrigós provocó un incidente con el arrendatario de la imprenta, Dantás, que había sido su jefe años antes. El virrey Pedro Melo de Portugal tuvo que mediar reponiendo a Dantás como maestro impresor en 1796. Terminado el contrato de Dantás, éste y Garrigós se presentaron a optar al nuevo arrendamiento, que fue concedido a Garrigós el 17 de octubre de 1799. Si bien recibió recompensas morales, las económicas fueron escasas, por lo que decidió entregar la imprenta a su sucesor en 1804. Durante su administración le tocó dirigir la edición de los primeros periódicos del siglo: el Telégrafo Mercantil, redactado por Francisco Cabello y Mesa, y el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio, dirigido por Hipólito Vieytes. Ese mismo año solicitó autorización al Gobierno para poner por su cuenta una nueva imprenta, argumentando la cantidad de jóvenes capaces que no tenían ocupación y trabajaban en pulperías. Además, según decía Garrigós, la imprenta existente no podía atender las numerosas impresiones para la capital y demás ciudades del virreinato. En 1805, José Martínez de Hoz, en representación de la Junta de Hermandad, entabló un juicio contra Garrigós por no haber abonado los alquileres pendientes, que debieron ser pagados por su esposa, Isabel de Conget, tras el fallecimiento de Garrigós ese mismo año.
Bibl.: L. R. Fors, Índice cronológico de los trabajos ejecutados en la Imprenta de los Niños Expósitos de Buenos Aires durante los siglos xviii y xix, y que existen en la Biblioteca Pública Provincial de La Plata, La Plata, 1904, págs. 11-14; C. Heras, Origen de la imprenta de Niños Expósitos, La Plata, Talleres de Impresiones Oficiales, 1943, págs. 11 y 18; Torre Revello, “La Imprenta”, en Estudios (Buenos Aires), n.º 421 (agosto de 1947), págs. 49-51; G. Furlong Cardiff, Historia y bibliografía de las primeras imprentas rioplatenses, t. I, Buenos Aires, Peuser, 1953, págs. 149 y 153; R. M. Rosarivo, Historia general del libro impreso, Buenos Aires, 1964, pág. 230; V. O. Cutolo, Nuevo diccionario biográfico argentino (1750-1930), t. III, Buenos Aires, Elche, 1971, págs. 275 y 276.
Sandra Fabiana Olivero
