Uzuriaga Matute, Miguel. San Millán de la Cogolla (La Rioja), 23.IX.1815 – Soria, c. 1890. Militar y político (diputado a Cortes).
Por su apellido paterno entronca con una familia de origen vizcaíno y ascendientes nobiliarios. Muy probablemente Miguel Uzuriaga pertenecía a la rama que se estableció en la villa de Uruñuela –junto a Nájera y muy próxima a San Millán de la Cogolla- hacia la primera mitad del siglo XVIII. Pensamos que era pariente –probablemente hijo- de Mateo Uzuriaga, un próspero comerciante que durante la Regencia de Espartero desarrolló una notable carrera política en Soria dentro del partido progresista: miembro de la Junta Provisional de Gobierno creada en Soria en septiembre de 1840, diputado provincial por el partido judicial de Soria en 1841 y diputado a Cortes por la provincia de Soria en febrero de 1843. Fue también comandante de la Milicia Nacional de Caballería y director del periódico El Eco de Numancia, suspendido por orden gubernativa en 1843, momento en que, tras la reacción moderada, Mateo Uzuriaga cesaba en todos sus cargos y desaparecía de la escena política.
Por su parte Miguel Uzuriaga empezó estudios de latín y filosofía en el Seminario de Logroño, pero los abandonó al iniciarse la primera guerra carlista, momento en que se alistó en la compañía de tiradores del primer batallón de Voluntarios de la Libertad de La Rioja del que fue nombrado subteniente. Integrado en el ejército del Norte y también brevemente en 1837 en el del Centro, participó en numerosas acciones de guerra, resultando herido en al menos dos ocasiones y “dando pruebas de valor y de las singulares dotes que le distinguían como soldado y como oficial”. Fue por ello condecorado con la cruz de San Fernando de primera clase y cuando concluyó la guerra había ascendido al grado de capitán.
En noviembre de 1842 participó en el levantamiento de Barcelona, viéndose obligado después por ello a marchar a Francia. Una vez allí, estuvo preso durante cinco meses en la cárcel de Toulouse por supuesta conspiración contra el gobierno francés, cargo del que luego fue absuelto. Cuando regresó de Francia en 1843 se quedó de reemplazo en Soria, donde estuvo alejado de la vida militar y de la política hasta 1852. Durante este tiempo, no obstante, participó activamente en la vida ciudadana integrándose en multitud de juntas y comisiones. Así, fue miembro de varias comisiones de la Sociedad Económica Numantina de Amigos del País; fue designado por el Ayuntamiento vocal de la Junta Municipal de Beneficencia y de una comisión especial constituida para promover y vigilar la construcción de vías públicas; fue también, a propuesta del Gobernador Civil, vocal de la Junta Provincial de Beneficencia y también vocal y secretario de una Junta filantrópica que estableció por suscripción en Soria la Casa-Asilo de la Merced.
En 1852 volvió al servicio activo en el regimiento de Cantabria y luego en el de la Constitución hasta que en 1854 volvió a quedar de reemplazo en Soria después de ascender a segundo comandante. Poco después se produjo la revolución de julio de 1854 y Miguel Uzuriaga fue nombrado presidente de la Junta Provisional de Gobierno de la Provincia de Soria que se constituyó el 20 de julio. Más adelante fue nombrado primer comandante del batallón de Milicia Nacional de Soria y vicedirector de la Sociedad Económica Numantina. Recibió también el nombramiento de Comendador de número de la Orden Americana de Isabel la Católica por “el caritativo celo y la constante abnegación” que mostró durante la invasión de cólera morbo que padeció la localidad soriana de Almazán –otras fuentes hablan de Almarza-. En octubre de 1854 fue además elegido diputado a Cortes por Soria, junto con otras dos figuras señeras del progresismo provincial y nacional: Joaquín Aguirre y Pedro Gómez de la Serna.
En 1859 Uzuriaga fue ascendido a primer comandante y poco después, al iniciarse la guerra con Marruecos, solicitó al general O’Donnell entrar en combate, siendo nombrado primer comandante del primero de los Tercios Vascongados. A su frente cruzó el Estrecho y participó en la batalla de Vad-Ras, recibiendo por ello el grado de coronel. Terminada la guerra, de nuevo quedó en situación de reemplazo hasta que en 1861 obtuvo el retiro, fijó su residencia en Soria y se dedicó por completo a la actividad política. Principal impulsor del partido demócrata en Soria, fue su presidente y como tal participó activamente en las Juntas centrales que se celebraron en Madrid. Por tal motivo fue vigilado y perseguido desde el Gobierno que le impuso sucesivas condenas, desde el destierro hasta la cárcel en 1867 (dos semanas en el Fuerte de Santa Clara de Soria, mes y medio en el castillo de San Sebastián de Cádiz y orden de embarque para Filipinas, que no llegó a cumplirse).
En consonancia con estos antecedentes, participó activamente en la preparación de la Revolución de septiembre de 1868 y se integró como vocal en la Junta Provisional de Gobierno de la Provincia de Soria, que se constituyó el 30 de septiembre. La propia Junta le nombró Gobernador Civil de la provincia y en enero de1869 fue elegido diputado para las Constituyentes junto a Joaquín Aguirre y Manuel Ruiz Zorrilla. En los años siguientes volvió al servicio activo y desempeñó un puesto de confianza en el Ministerio de la Guerra.
Durante la Restauración, Uzuriaga volvió a Soria donde siguió militando en el partido demócrata y donde dirigió el periódico El Deber, órgano de dicho partido, publicado entre 1879 y 1881, que en su cabecera exhibía el lema: “Sumar demócratas y restar conservadores”. Con el tiempo sus posiciones políticas se fueron moderando, integrándose en el partido liberal dinástico de cuyo Comité Provincial era vocal en 1888.
Bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 36 n.º 46 y 61 n.º 23.
M. Ibo Alfaro (dir.), Fisonomía de las Constituyentes. Biografías, Madrid, Imprenta de Santos Larxé, 1869; Los diputados pintados por sus hechos. Colección de estudios biográficos sobre los elegidos por el sufragio universal en las Constituyentes de 1869: recopilados por distinguidos literatos, y seguido de un exacto e imparcial resumen histórico de las causas y efectos de la revolución española hasta el día en que las Cortes decidan la definitiva forma de Gobierno que ha de regir en la Nación, Madrid, R. Labajos y Compañía, 1869-1870; S. Petschen, Iglesia-Estado. Un cambio político. Las Constituyentes de 1869, Madrid, Taurus, 1974; M. Caballero Domínguez, “La práctica electoral durante el reinado de Isabel II: las elecciones de 1854 en Soria”, en Investigaciones Históricas (Valladolid), XII (1992), págs. 154-175; J. A. Pérez-Rioja, Apuntes para un diccionario biográfico de Soria, Soria, Caja Duero, 1998; C. García Encabo, El voto peregrino. Elecciones y partidos políticos en la provincia de Soria (1875-1907), Madrid, Soria Edita, 1999.
Margarita Caballero Domínguez
