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Pedro de Villalobos

Biografía

Villalobos, Pedro de. Cáceres, c. 1520 – Santiago de Guatemala, 10.V.1579. Oidor de México, presidente de Guatemala.

Hijo de Simón de Villalobos y de Isabel Felipe, naturales de la villa de Guadalupe en Cáceres. Sus abuelos paternos fueron Juan Correa y María Millán, y sus abuelos maternos Antón Felipe e Isabel de Andújar.

Ingresó graduado de bachiller al Colegio de Santa María de Jesús de Sevilla (1552) y aunque no constan sus grados mayores, siempre se le dio tratamiento de doctor. Dejó el Colegio cuando fue nombrado en la quinta plaza de oidor de la Real Audiencia de México (18 de diciembre de 1556) que se acababa de acrecentar y al año siguiente embarcó rumbo a su destino en compañía de cinco criados.

En México fue comisionado por la audiencia para que levantara información sobre la disputa surgida entre el colegio de niñas mestizas de la Caridad de la Ciudad de México y la cofradía del Santísimo Sacramento por la casa en la cual estaban las niñas (1577) y, además, se le dio comisión para que revisara las cuentas del colegio (1553-1557). El visitador e inquisidor de la Nueva España, Pedro Moya de Contreras, le nombró consultor del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de México, plaza de la que prestó juramento (26 de abril de 1572) después de haberse obrado las pruebas de su genealogía y limpieza y las de su mujer.

Fue promovido a la presidencia de la Real Audiencia de Guatemala (30 de abril de 1572) en lugar del doctor don Antonio González, confiándosele también el gobierno de su distrito (26 de mayo de 1572). También se le encomendó la residencia del tiempo que había servido en México al oidor Valdés de Cárcamo.

 En su viaje desde la Nueva España pasó por la provincia de Soconusco y allí recibió las quejas de los caciques y principales que estaban agraviados por los malos tratamientos de sus alcaldes mayores y llegó a Santiago de Guatemala “a principios de cuaresma” de 1573. De inmediato procedió a visitar las cajas de la Real Hacienda, en las que había ocho mil ducados en plata y reales y doce mil en joyas de oro y piezas de plata que estaban empeñadas por deudores de la hacienda, y a tomar cuentas a los oficiales reales y propuso que las cajas estuvieran en las casas reales, para lo cual había de repararse un cuarto arruinado de ellas y prosiguió en el cuidado del cobro del almojarifazgo sobre los productos de la tierra que se había mandado imponer, y como publicara la residencia del fiscal Pedro Arteaga de Mendiola y aún no arribaba su sucesor, la Real Audiencia proveyó interinamente al licenciado Francisco Vázquez, abogado de dicha audiencia, casado con una hija del contador Antonio Rosales, respecto de quien decía Villalobos que: “haze el oficio cuerdamente y obra con cuidado”. Se ocupó, además, en publicar y entender en las residencias del gobernador saliente, doctor Antonio González y del oidor Lorenzo Paz de la Serna, las que remitió concluidas al Consejo antes de un año (20 de octubre de 1573).

En materias eclesiásticas, una de sus constantes preocupaciones fue la de representar al monarca la necesidad que había de convertir en arzobispado el obispado de Guatemala, para evitar así los agravios derivados de tener que llevar las apelaciones en causas eclesiásticas hasta la metropolitana de México (20 de octubre de 1573), cuestión ésta sobre la que insistiría muchas veces y respecto de la cual hizo levantar información en la ciudad de Santiago de Guatemala (6 de octubre de 1574). Instó también por que se pusiera en planta el proyecto del obispo Marroquín de acomodar una casa en la que se plantase un monasterio para que en él pudieran recogerse muchas doncellas pobres e hijas de conquistadores que había en la ciudad de Guatemala, el que ya se hallaba abierto en 1578, época en la que habían recibido el hábito ocho doncellas. Preocupado, también, por la pobreza de los naturales, proyectó plantaciones de “tuna de grana” para que los indios, además del maíz, tuvieran esta granjería y para lograrlo hizo llevar de la Nueva España un “diestro” en tales plantaciones y así pudo poner en ejecución esta idea e informaba (10 de octubre de 1574) que ya se habían plantado más de quince mil árboles, y en su tiempo se comenzaron a explotar las minas de plata de Comayagua, aunque con muy escasos medios, porque sólo había dos ingenios de caballos para moler el metal (1574).

Sobre consulta del Consejo de Indias (19 de octubre de 1576) fue provisto en la presidencia de la Real Audiencia de Charcas y se le libró título en el año siguiente (13 de abril de 1577) designándosele como sucesor al licenciado Diego García de Valverde, pero al conocer su promoción rehusó el traslado y en apoyo de su negativa logró que el cabildo de la ciudad de Santiago de Guatemala (24 de marzo de 1579) escribiera al Consejo para solicitar que, debido a su vejez, se le permitiera no pasar a servir a Charcas y que se le diera licencia para regresar a los reinos de España. Por esta época ya había entregado la presidencia y el gobierno a su sucesor García de Valverde (noviembre de 1578), quien rápidamente hizo publicar su residencia y la feneció en cortos tres meses y en ella salió bien librado, como su mismo juez lo informaba a la corte: “Llegado aquí tome la residencia al Dr Pº de Villalobos, no ubo quien le pidiesse nada, es hombre de bien y christiano aunque ha sido tardo el despachar de los negocios de que resultan algunos inconvenientes, entiendo aver procedido de sus continuas enfermedades, que son muchas” (20 de marzo de 1579). Como quedaba en Tierra Firme sin pasar a Charcas solicitaba al monarca (25 de marzo de 1579) que se le diera un nuevo destino: “Yo he quedado aquí sin officio y sin salario, habiendo servido mas de veynte y tres años, supplico a vra mag, pues e servido bien y con limpieza, ahora a la bejez no me deje sin officio porque teniendole e hecho justicia de muchas personas que viendome sin el por ventura se querran satisfacer de mi”, pero no lo consiguió y murió al cabo de unos meses.

Contrajo matrimonio y enviudó en la Nueva España y de él le quedaron dos hijos y unas hijas que profesaron religiosas, como él mismo lo refería al monarca (3 de mayo de 1572): “Yo estoy viudo avrá quatro años, quedaronme unas niñas y dos niños que el mayor a treze años, son limpios, dexoles su madre de comer en españa, enbiarlos en la flota que biene para que con el fabor de V. Sia sean ombres, las niñas quieren ser monjas, un dia destos las llevaran al monasterio, sufrire mi soledad por su util”.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5.537, l. 1, fol. 223v-226v; Contratación, 5.787, n. 1, l. 4, fol. 171r-172r; Charcas, 415; Guatemala, 9B, r. 12, n. 72; Guatemala, 10, r. 4, n. 38; Guatemala, 10, r. 6, n. 55, 57, 68; Guatemala, 41, n. 58; Indiferente General, 738, n. 236; Indiferente General, 740, n. 67; Indiferente General, 1.965, l. 13, fol. 306r; Justicia, 257; Méjico, 69, r. 1, n. 5; Patronato, 182, r. 46; Archivo General de la Nación (México), Inquisición, 63, exp. 12; México, Reales Cédulas Duplicados, 1, exp. 103; Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla, Sº. 3, pza. 13, fol. 267r-284v; Ahus. Sº. 58, fol. 66r; Sº. 59, fol. 3r.

E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, II, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos (EEHA), 1947, págs. 53, 69, 110, 452, 467, 473; R. Gómez, “Nómina del Tribunal de la Inquisición de Nueva España 1571- 1646”, en Boletín del Archivo General de la Nación, XXVI (1955), págs. 306-307; F. Muro Romero, Las presidencias gobernaciones de Indias (siglo XVI), Sevilla, EEHA, 1975, págs. 18, 21-25, 151, 167, 168; M.ª J. Saravia Viejo, Don Luis de Velasco, virrey de Nueva España 1550-1564, Sevilla, EEHA, 1978, págs. 46-48, 84, 187, 203, 340-341; J. Barrientos Grandon, “Estado moderno y judicatura letrada en Indias. Colegiales del de Santa María de Jesús de Sevilla en plazas togadas”, en Ius Fugit, 3-4, (1994-1995), pág. 284; J. M.ª Vallejo García-Hevia, José María, “La Inquisición en el distrito de la Audiencia de Guatemala (1569-1609)”, en Anuario de Historia del Derecho Español, LXXI (2001), pág. 199.

 

Javier Barrientos Grandon