Igón y del Royst, Hilario de. Madrid, ? – 3.IV.1895. Abogado, magistrado y senador.
Realizó sus estudios de Derecho en la Universidad de Madrid. Destacado jurista, fue nombrado presidente del Tribunal Supremo el 10 de julio de 1889 y, como tal, fue miembro de la Comisión General de Codificación redactora del Código Civil a solicitud de Canalejas y que se convirtió en la Real Orden de esa fecha. Por otra del día 29 Isabel II les significó su Real Agrado por los trabajos realizados.
El 10 de julio de 1891, de acuerdo con lo comprendido en el artículo 5.º del párrafo 21 de la Constitución, en su calidad de expresidente del Supremo con dos años de ejercicio, solicitó su ingreso en la Alta Cámara en la categoría de derecho propio, siendo admitido al producirse la vacante por fallecimiento del senador vitalicio Félix Simplicio Alfonso Parodi, jurando y tomando posesión el 25 de enero de 1892. De ideas liberales, en ésta, su primera legislatura, fue miembro de la Comisión de condiciones para el ejercicio de la abogacía y, en la de 1893 de las de penalidad y procedimiento para castigar los delitos de defraudación, de la de dos carreteras en la provincia de Lérida y la de suplicatorio del juez del distrito de Universidad de Madrid, asunto sobre el que realizó su único discurso en el Senado. Poco más podría desarrollar su actividad parlamentaria, pues, en la siguiente de 1894-1895, ocurrió la desgracia de su fallecimiento, el día 3 de abril de 1895, lo que comunicó al Senado el señor Mancebo. En la sesión del día siguiente, el entonces presidente del Senado, Eugenio Montero Ríos, trasladó la noticia al Pleno del Senado, dedicándole las más elogiosas palabras: “Hoy [la Mesa del Senado] tiene el sentimiento de participar [al Senado] la pérdida de un Príncipe de la justicia española [...]. Después de una larga vida consagrada constantemente a rendir culto en el altar de la justicia, había llegado a ser el tipo de integérrimo magistrado. Era la personificación de la ley, de las altas cumbres de la justicia humana había venido a ocupar un asiento entre nosotros; no era un hombre de la política militante; tenía de político solo aquello que los acontecimientos de su tiempo le habían impuesto, y siempre había permanecido ajeno a las luchas y, mucho más, a los intereses, que todos los días cambian, de los partidos políticos que aspiran a la gobernación del Estado; siempre se había dedicado a rendir culto a la justicia, concediendo a cada uno lo suyo. Su nombre quedará grabado en la historia de las instituciones españolas. A todos aquellos que duden de la honradez, de la probidad, de la rectitud de la justicia histórica y de las instituciones que la representan, bastará para confundirlos citar el nombre de Don Hilario Igón”.
Obras de ~: Con J. Núñez de Prado, Código Penal Militar y Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales de Guerra, Madrid, Est. Tipográfico de Pedro Núñez, 1884; Ley de Enjuiciamiento Militar, Madrid, Est. Tipográfico de Pedro Núñez, 1886; Responsabilidad judicial. Discurso leído por el Sr. D. [...] en la [...] apertura de los Tribunales [...] 1891, Madrid, Imprenta del Ministerio de Gracia y Justicia, 1891.
Fuentes: Archivo del Senado, exps. personales, HIS-0229-08.
María de los Ángeles Valle de Juan
