O’Scanlan, Timoteo. Newcastle (Reino Unido), 1726 – Madrid, 1800. Médico militar.
Nació en una familia católica inglesa. Ante las dificultades religiosas, se trasladó a París, donde estudió Humanidades en el Colegio irlandés. A los veintidós años, en 1748, comenzó los estudios de Medicina en la Universidad parisina. Tuvo una magnífica formación de sus maestros: Jussieu, Rouelle, Boyer, Bourdedein, Petit, Astruc, Velderham, Murray, Lafaye y Garangeot. El 3 de junio de 1754 recibió el grado de doctor.
Solicitó prestar servicio como médico en las unidades irlandesas en España. Fue elegido y se le destinó al Regimiento de Hibernia con sede en Ferrol. Tomó posesión de la plaza en septiembre de 1754. En 1756, Timoteo O’Scanlan fue comisionado para montar un hospital para el Regimiento del coronel Félix O’Neille en San Sebastián. Al año siguiente volvió a la unidad de Ferrol. En 1762, se le comisionó para que atiendiera a los enfermos de una epidemia que se desencadenó en las plazas de Chaves y Monterrey. Trabajó en este destino desde junio de 1762 hasta el mes de abril del año siguiente. Se contagió y tuvo que ser evacuado. Presentó al Tribunal del Real Protomedicato la documentación correspondiente para la revalidación del título. Se le despachó el título el 20 de mayo de 1763.
Por Real Orden de 26 de septiembre de 1766 se nombró a Timoteo O’Scanlan, a instancia del ministro Pedro Rodríguez de Campomanes, primer médico del Real Hospital de la Marina de Ferrol y protomédico del departamento, para sustituir a Sebastián Creagh, que se había jubilado. Tres años después de su nombramiento, en 1769, se desencadenó una epidemia de viruela en Galicia. La mortalidad ascendió al 50 por ciento de la población en La Coruña. La situación era crítica. El intendente de la ciudad, Julián de Arriaga, encargó a O’Scanlan que atajase la situación. Se decidió, como medida más conveniente, la inoculación de las pústulas pulverizadas y disueltas en agua, de los casos de viruela más benignos, a la población sana.
O’Scanlan se casó con una hija del general Lacy. De este matrimonio nació un hijo, Luis, en 1770, y una hija, María, en 1777. Creyó que la inoculación era el mejor método para prevenir las viruelas naturales, que inoculó a sus propios hijos, en 1775, a su hijo, que contaba con cinco años de edad, y en 1778, a su hija, con sólo un año de edad. La historiografía reconoce a O’Scanlan como el primer médico que utilizó la inoculación como método profiláctico.
En 1778, terminó su labor de médico en el Hospital de la Marina de Ferrol. El 12 de noviembre de ese mismo año, la Real Academia de Medicina Matritense le nombró socio de número. También fue miembro de la Real Sociedad de Sevilla, y de la Real Academia Médico- Práctica de Barcelona. Se trasladó a la Corte para poder asistir a las Juntas de dicha institución. En 1779 se le nombró médico consultor del Ejército durante el bloqueo de Gibraltar. En esta maniobra, conoció a Francisco Xavier Balmis. En el asedio se desencadenó una epidemia de viruela en las tropas francesas. El intendente general francés Roussière solicitó la ayuda de O’Scanlan. Su trabajo le valió el nombramiento como médico consultor del Ejército galo por un Real Decreto firmado por Luis XVI en Versalles el 31 de junio de 1784. Al final de su vida O’Scanlan estaba casi ciego y no podía trabajar. En 1790, a los sesenta y cuatro años, estaba jubilado y la Corona le asignó una pensión vitalicia de 18.000 reales. Donó toda su biblioteca al Real Colegio de Cirugía de San Carlos de Madrid. Murió en Madrid en 1800.
Obras de ~: Práctica moderna de la inoculación: con varias observaciones y reflexiones fundadas en ella, precedidas de un discurso sobre la utilidad de esta operación y un compendio histórico de su origen y de su estado actual, particularmente en España: con un catálogo de algunos inoculados, Madrid, Imprenta de Hilario Santos, 1784; La inoculación vindicada: carta repulsoria de las calumnias i falsas acusaciones que contra ésta práctica i sus defensores publicó el lic. D. Vicente Ferrer i Gorraiz en un libro intitulado Juicio o dictamen sobre el proceso de inoculacion, Santiago, Imprenta de Ignacio Aguayo, 1786; Ensayo apologético de la Inoculación, 1792; Cartilla práctica de construcción naval, dispuesta en forma de vocabulario, Madrid, Imprenta de Miguel de Burgos, 1829 (2.ª ed. Madrid, Imprenta Nacional, 1847).
Bibl.: S. M. Ramírez Martín, La mayor hazaña médica de la Colonia, Quito, Editorial Abya-Yala, 1999.
Susana María Ramírez Martín