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Martín Navarro Flores

Biografía

Navarro Flores, Martín. Cuevas del Almanzora (Almería), 19.V.1871 – Ciudad de México (México), 1950. Pedagogo y escritor.

Plácida fue su infancia en el seno de una familia favorecida por los beneficios que producían las cuantiosas propiedades agrícolas y los negocios mineros. Con esta situación acomodada disfrutó de una completa y esmerada educación que, iniciándose en Cuevas, en el centro regentado por los padres dominicos, continuó en el instituto de bachillerato de Almería. Al mostrar inclinación por el estudio, contó con la autorización paterna para trasladarse a Madrid e iniciar sus estudios universitarios en Filosofía y Letras. Se licenció en esta especialidad en 1895, año en que se matriculó en Derecho, llegando a obtener el doctorado.

Fue precisamente durante esta etapa universitaria cuando penetró en el ambiente académico de la Institución Libre de Enseñanza. Asistió con frecuencia a las conferencias y actividades que, programadas por esta prestigiosa entidad educativa, se dirigían a los universitarios. Estos contactos actuaron como un revulsivo para sus inquietudes y afanes intelectuales, y ya desde esos primeros momentos buscó el modo de ligarse a la institución. No tardó en cumplir su objetivo, ya que en 1899 entró a formar parte de su claustro de profesores, en el que se mantuvo durante al menos cuatro cursos académicos. Indudablemente, el hecho de compartir espacio, ideario y debate con lo más granado de la intelectualidad del momento forjó el espíritu humanista, progresista y emprendedor que le caracterizó a lo largo de su vida.

En 1904 finalizó su estancia en la Villa y Corte, trasladándose a Reus, en cuyo instituto acababa de ganar por oposición la Cátedra de Psicología, Lógica y Ética. El curso siguiente explicó la misma materia en el instituto provincial de Tarragona y fue nombrado inspector de Trabajo de esa provincia. Su pasión por la historia y, sobre todo, por la arqueología, le llevó a promover varias excavaciones por Tarragona con resultados dispares, aunque en una de estas prospecciones halló una estatua romana de mármol, de tamaño natural, que se exhibe en el Museo Municipal de la capital.

En 1926 se hallaba ejerciendo su labor docente en el instituto San Isidro de Madrid. Por estas fechas fue nombrado consejero de Instrucción Pública, y desde ese cargo realizó las gestiones para dotar a su pueblo de origen de un instituto de segunda enseñanza, anhelo que se hizo realidad en 1932.

Navarro Flores, al margen de su dilatada e impecable carrera docente, destacó especialmente por el tesón que demostró para superar el eterno problema de la escasez de agua que desde siempre había limitado el desarrollo agrícola del levante almeriense. Su empeño se centró en proponer soluciones frente a la desidia dominante entre las organizaciones agrarias, enzarzadas, en muchos casos, en disputas localistas sobre el reparto de los recursos e incapaces de unirse en la reivindicación de un objetivo común. Él, sin embargo, abogó, como única salida, por un trasvase desde los ríos granadinos Castril y Guardal, proyecto que desde los intentos ilustrados de Carlos III siempre se había considerado como posible solución al déficit hídrico del sureste peninsular. Vino a ser a finales de 1917 cuando, en compañía de una comisión de ingenieros y representantes de las Comunidades de Regantes, realizó su primer viaje a los nacimientos de esos ríos con la finalidad de medir sus aforos y calcular la cantidad de agua susceptible de trasvase. De estas observaciones se nutrieron los ingenieros del Ministerio de Fomento para redactar el vasto proyecto titulado Riegos de Andalucía Oriental. Entre 1928 y 1932 protagonizó diferentes campañas en la prensa nacional, provincial y comarcal, en las que, mediante artículos incisivos y bien documentados, exigía de los agricultores la creación de una plataforma reivindicativa común frente a la indolencia gubernamental hacia la comarca. Por todos estos esfuerzos, por haberse convertido en “el cónsul de Cuevas en Madrid”, el Ayuntamiento decidió, el 3 de agosto de 1931, nombrarle por unanimidad hijo predilecto de la localidad.

 

Obras de ~: Nociones de Psicología, Tarragona, Tipografía F. Aris e Hijo, 1906; La educación moral. Memoria sobre los estudios hechos en la exposición Franco-Británica, Madrid, Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, 1909; Historia de la Ética, Tarragona, Tipografía F. Aris e Hijo, 1913; Manual de Psicología Experimental, Tarragona, José Pijoán, 1914; Compendio de Ética, Madrid, J. Cosano, 1920.

 

Bibl.: P. E. Martínez, Semblanzas, perfiles y notas biográficas de cuevanos y cuevanas ilustres, Almería, Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora, 1990; G. Rey Faraldos, “Navarro Flores, Martín”, en R. Gullón (dir.), Diccionario de Literatura Española e Hispanoamericana, vol. II, Madrid, Alianza, 1993, pág. 1096.

 

Enrique Fernández Bolea