Águila, Suero del. Ávila, s. m. s. xv – Ávila, p. t. s. xvi. Noble, regidor, caballero del Emperador.
Suero del Águila fue hijo ilegítimo del arcediano de la catedral de Ávila, Nuño González del Águila y de Elvira González de Medina, bisabuela de Santa Teresa de Jesús, según señalan algunos autores. Se crió en la Corte y sirvió como paje de la reina Isabel la Católica mientras su madre se ocupó de la educación del infante Fernando —hermano de Carlos I—.
Dicha Elvira fue la fundadora del convento de la Encarnación de Ávila en 1478, donde vivió gran parte de su vida como religiosa, y donde después profesaría Santa Teresa.
Formó parte del séquito imperial de Fernando, de ahí su apoyo al movimiento comunero junto con otros nobles abulenses, como Gómez de Ávila y Sancho Sánchez. Tras la derrota de Villalar, el 23 de abril de 1521, no faltaron castigos para los sublevados.
Suero y su esposa, Magdalena Velasco, fundaron un mayorazgo en la persona de su hijo Sancho del Águila. Se dice que odió profundamente a su madre por haber vivido en amancebamiento con su padre, el arcediano, tanto que estuvo pleiteando contra ella durante años. Mandó construir el palacio que lleva su nombre y que años después fue conocido como palacio de los Verdugo, repobladores de Arévalo.
Suero del Águila fue el autor de las coplas que aparecen en un epitafio de la tumba del Tostado: “Aquí yace sepultado. Quien virgen nació, y murió. En ciencias más esmerado, el nuestro Obispo Tostado, que nuestra nación honró”.
Bibl.: J. Martín Carramolino, Historia de Ávila, su provincia y obispado, Madrid, 1872; C. Sánchez Albornoz, “Señoríos y ciudades. Dos diplomas para el estudio de sus recíprocas relaciones”, en Anuario de Historia del Derecho Español, 6 (1929), págs. 454-462; L. Ariz, Historia de las grandezas de la ciudad de Ávila, Alcalá de Henares, 1967; J. J. de Montalvo, De la Historia de Arévalo y sus sexmos, Ávila, Institución Gran Duque de Alba, 1983; M.ª Teresa López Fernández, Arquitectura civil del siglo xvi en Ávila. Introducción a su estudio, Ávila, Caja de Ahorros de Ávila, 1984.
César Ramos Iglesias