Olivares, Francisco José. Rubielos Bajos (Cuenca), 17.XI.1778 – Salamanca, 2.IX.1854. Organista y compositor.
Sus primeros pasos en el campo de la música los dio en los primeros meses de 1788, al ingresar en el Colegio San José de infantes de coro de la Catedral de Cuenca. El maestro de capilla Pedro Aranaz, del que fue alumno predilecto, y el organista Juan Manuel del Barrio, serían sus primeros maestros. Los libros de visita del colegio, poco explícitos hasta 1792 en lo que a Olivares se refiere, lo califican sencillamente como “útil”. En 1793 se inició en el campo de la composición presentando, ya en 1794, dos obras (un Motete y una Misa) para ser interpretadas en la fiesta de la Octava del Santísimo, en la de los Santos Inocentes y en la de la Epifanía. Un año más tarde abandonaba el centro para ocupar una acoleturía de la Catedral de Cuenca (6 de febrero de 1795). Tras el ascenso de Alfonso Humana a la organistía mayor de la Catedral de Cuenca, por fallecimiento de su titular Juan Manuel del Barrio, el Cabildo conquense convocó oposiciones para cubrir la vacante de organista 2.º (9 de enero de 1795). A dichas oposiciones concurrieron Antonio Saborit (organista 1.º de Osma), José Sanz y Morer (de Zaragoza), Francisco Bentura García (maestro de capilla de Piedrahita), José Bach (organista 2.º de Córdoba), Pedro José Blanco (de Cuenca), Francisco José Olivares (de Cuenca), Santiago Pradas (de Cuenca) y Fernando Gil de Úbeda que en aquel momento era organista 3.º de la Catedral de Toledo. Tras la realización de las pruebas, el tribunal, a pesar de considerar a Olivares como muy capaz, concedió la plaza a Fernando Gil. Pedro Aranaz, como miembro destacado del tribunal, dijo tanto de Olivares como de Pradas: “Son unas plantas, que empiezan a brotar”. Olivares siguió como acólito hasta que el 20 de junio de 1796, al igual que Santiago Pradas, solicitó licencia para oponerse a la plaza de organista 2.º de la Catedral de Orihuela (Alicante), cargo que obtuvo Olivares (29 de julio de 1796). En 1797, al ser nombrado organista 3.º de la Catedral de Toledo Fernando Gil de Úbeda (27 de septiembre de 1797), éste abandonó su puesto y Olivares, al igual que Pedro José Blanco, solicitó ser nombrado para ocupar esta vacante (27 de septiembre de 1797). Pero el Cabildo, sin oposición previa, decidió nombrar a Blanco (7 de diciembre de 1797).
Fue Salamanca la ciudad a la que en 1803 Olivares se trasladó, una vez obtenidos los nombramientos de organista 1.º y de rector del Colegio de Infantes de Coro. El buen recuerdo que tenía, tanto de su maestro Aranaz como del Colegio San José, le llevó a solicitar, en 1806, la ayuda de su antiguo maestro para instaurar en Salamanca un colegio de infantes a semejanza del de Cuenca. Fruto de esta colaboración nació un Tratado de Composición, del que se conserva una copia en la Biblioteca del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. En 1817 compuso Abradates y Platea para ser cantada en el cuarto de Su Majestad, “en celebridad del feliz alumbramiento de la Reyna Nuestra Señora”. En 1820, al morir Aranaz, éste lo hizo heredero de todos sus papeles de música, tanto teóricos como prácticos. López-Calo informa de que el 5 de octubre de 1825 las actas catedralicias segovianas recogen la petición de Olivares de que, ante la vacante de maestro de capilla de aquella Catedral, se le concediese dicho cargo pero sin realizar oposición. Olivares, una vez conseguida su pretensión (7 de octubre de 1825), rechazó el nombramiento (9 de febrero de 1825).
Por fallecimiento de su titular, Fedirici, el 4 de marzo de 1830 se convocaron oposiciones para proveer el cargo de director y compositor de la Real Capilla de Madrid. A estas oposiciones concurrió Olivares, pero el afortunado en conseguir tan preciada plaza fue Indalecio Soriano Fuertes, secular y maestro de capilla de la Catedral de Murcia.
No debemos confundir a este Francisco Olivares con otro, natural de Jumilla (Murcia), que, nacido en 1787, llegó a tocar la trompeta en la Real Capilla. Asimismo, las actas catedralicias conquenses de mediados del siglo XVIII hablan de otro Francisco Olivares que prestó sus servicios, como cantor, en la mencionada Catedral.
Obras de ~: Composiciones: A la media noche, cuando todo calla, Vill. al Nacimiento, 4 VV, vns, cls, tps y ac, E: SA; Abradates y Platea, Escena seria, RP; Adeste cives, H a San Julián, 5 VV, vns, tps, ob, órgs y cb, 1795, E: CU; Adiuva nos, 4 VV y ac, E: TUc; Al calvario, almas, llegad, Música para las siete palabras del Viernes, 3 VV y órg, E: SA; Aleph. Quomodo sedet sola civitas plena populo, Lam 1.ª del Miércoles, 8 VV, vns, fls, cls, tps, bns, b y ac al p, E: ZA y SA; Alepht, Alepht, Lam 3.ª del Jueves, T, vns, va, fls, tps y cb, 1790, E: CU; Angeles del cielo, Cuatro al Smo, 4 VV, cls, tps, órg y ac, E: TUc; Angeles del cielo, dad oración, Vill al Smo Sto, 4 VV, vns, cls, tps, órg y ac, E: SA; Canción, VV y órg, E: SA; Cantantibus organis, Mot a Santa Cecilia, 8 VV, vns, obs, tps, órg y cb, 1796, E: CU; Cara Panteá, próximo el momento de mi partida está, escena de Abradates y Plantea, E: SA; Celebremos, pastorcillos, esta grande novedad, Vill al Nacimiento, 4 VV, vns, fls, tps, vln y cb, E: SA; Celestes escuadrones de la corte de Sión, Vill a la Purísima Concepción, S, vns, obs, tps y órg, 1803, E: SA. Además, según informa López-Calo, en la catedral de Ciudad Rodrigo se conservan una Misa, seis Salmos, un Te Deum, dos Motetes, un Himno, un Cuatro al Santísimo, la obra Siete palabras a tres voces, con acompañamiento de piano forte, más doce Versos para dos órganos y varias colecciones de versos para órg. En Burgo de Osma se conserva una Misa. En la de Valladolid se conserva un Recitado y Aria y un Villancico.
Escritos: León Tello habla del: Dictamen sobre el plan propuesto para la oposición al magisterio de capilla de la Santa Iglesia Catedral de Málaga, en que se demuestra su insuficiencia y notabilísimos defectos en los principios primeros de la música que, redactado por Felipe Ocón y Heredia, fue editado en 1806 por Francisco Olivares; Curso completo de Composición que presentan a sus discípulos y a los que no lo son los profesores Don Pedro Aranaz y Vides, Maestro de Capilla Jubilado de la Sta Iglesia de Cuenca, y Don Francisco Olivares, Prebendado Organista y Rector del Colegio de Música de Niños de Coro de Salamanca (también se conoce con otros títulos similares), 1807; Llave maestra de la modulación extraña (Ms. Biblioteca de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando).
Bibl.: F. J. León Tello, La teoría española de la música en los siglos XVII y XVIII, Madrid, CSIC, 1974; A. Martín Moreno, Historia de la música española. 4. Siglo XVIII, Madrid, Alianza Editorial, 1983; F. Saiz de la Iglesia, F. Olivares, J. Paxarón, N. S. Gallardo. Conciertos para dos órganos de la catedral de Cuenca, Cuenca, CUI, 1983; J. L. López García, “Obras de Indalecio Soriano Fuertes (1788-1851) en los archivos musicales de las catedrales de Murcia y de Orihuela (Alicante)”, en Nasarre, n.º III, 2 (1987), págs. 61-93; M. Martínez Millán, Historia musical de la catedral de Cuenca, Cuenca, Diputación Provincial, 1988; J. López-Calo, Documentario musical de la catedral de Segovia. Vol. I. Actas Capitulares, Santiago de Compostela, Universidad, 1990; F. J. Cabañas Alamán, “La jubilación de Pedro Aranaz”, en Revista Portuguesa de Musicologia (Lisboa, Instituto Nacional de Investigaçao Científica), vol. 1 (1991); “El Colegio de San José y los Infantes de Coro de la catedral de Cuenca”, en Ciudad de Cuenca (Revista del Excmo. Ayuntamiento de Cuenca), n.º 95 (1992), págs. 30-40; “Fernando Gil de Úbeda, organista toledano al servicio de la catedral de Cuenca”, en Docencia e Investigación (Revista de la Escuela Universitaria de Magisterio de Toledo) (1995); “Olivares, Francisco José”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. VIII, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2001, págs. 51-52; Los infantes de coro del “Colegio San José” de la catedral de Cuenca, Cuenca, Diputación Provincial, 2003.
Fernando J. Cabañas Alamán