Se desconocen la fecha y el lugar precisos de su nacimiento. En 1824 era músico del Regimiento de Infantería de Fernando VII en Valladolid. Al pretender la plaza de organista y maestro de capilla de la catedral de Santo Domingo de la Calzada, el cabildo de esta catedral pidió a Román Jimeno, organista mayor de la catedral de Palencia y natural de Santo Domingo de la Calzada, que le examinase en su casa. Los informes que Jimeno dio fueron bastante buenos, aunque en su opinión le faltaba al opositor algo de ejercicio en el órgano. El cabildo pidió informes a Valladolid sobre la conducta moral y política de Blanco, que resultaron ser positivos. Por todo ello, el 29 de octubre de 1824 fue elegido organista y maestro de capilla, con una renta de cuatrocientos ducados, por unanimidad de votos. La actividad que desplegó el nuevo maestro fue intensa. Puso especial cuidado en la selección de buenos tiples para la capilla, preocupándose por su adelantamiento en música, aunque esto le valiera algunos enfrentamientos con los padres, que le acusaban de ser excesivamente riguroso con los niños. Tampoco descuidó la composición, como puede apreciarse en un memorial de mayo de 1825 en el que pide ayuda por el papel usado en las abundantes obras religiosas compuestas durante los siete primeros meses del desempeño de su cargo. Ante el deterioro de algunos papeles de las obras que formaban parte del repertorio de la capilla, en 1826 propuso renovar algunas misas y magníficat, y en 1827 propuso hacer lo mismo con las misas de primera clase y algunas obras más. [...]