Gil de Úbeda, Fernando. s. xviii – s. xix. Organista.
Gil de Úbeda es uno de los músicos de los que menos documentación se conserva. Tras el ascenso de Alfonso Humana a la organistía mayor de la catedral de Cuenca, el Cabildo conquense convocó oposiciones para cubrir la vacante de organista 2.º A dichas oposiciones concurrieron Antonio Saborit (organista 1.º de Osma), José Sanz y Morer (de Zaragoza), Francisco Ventura García (MC de Piedrahíta), José Bach (organista 2.º de Córdoba), Pedro José Blanco (de Cuenca), Francisco José Olivares (de Cuenca), Santiago Pradas (de Cuenca) y Fernando Gil de Úbeda que en aquel momento era organista 3.º de la catedral de Toledo. En carta de recomendación que, fechada el 4 de enero de 1795 y que a favor de Gil escribe Joaquín Beltrán (organista 1.º de Toledo) a Pedro Aranaz (maestro de capilla de Cuenca), éste informaba de que Gil era hijo de Tomás Úbeda, músico de la catedral de Toledo, así como que estaba tonsurado y próximo al matrimonio.
Tras los exámenes de oposición, Aranaz, miembro del jurado al igual que Humana y Sebastián Culebras, proponía en un primer lugar compartido a Gil y a Blanco, aunque reconocía la supremacía del segundo. Humana afirmaba que Gil tenía “mucha ejecución en ambas manos, buen gusto, pero el estilo en tocar no me agradó, porque su rapidez violenta las voces del órgano y no satisface al oído”. Así pues, confesaba que propondría a Blanco, pero para que no se le tachase “de pasión”, dado que era alumno suyo, proponía a Gil. Culebras por su parte se decantaba por Blanco. A pesar de este dictamen, claramente favorable a Blanco, el Cabildo, por amplia mayoría, decidió conceder a Gil el puesto de organista 2.º (20 de abril de 1795) con el agregado de dar clase a los infantes de coro (24 de abril de 1795). El salario que cobraba (4.000 reales, más otros 200 por tocar en Maitines) no era suficiente y, tras solicitar un aumento (22 de septiembre de 1797), se le concedieron 1.000 reales más al año (29 de septiembre de 1797).
Sin embargo, tan sólo dos días antes, esto es, el 27 de septiembre de 1797, ya informaba de que el Cabildo toledano le había nombrado organista 3.º, con el agregado de sustituto del organista 2.º, recibiendo por ello 500 ducados anuales, por lo cual se despidió de Cuenca. El 7 de diciembre de 1797, y como sustituto suyo, el Cabildo nombraba a Pedro José Blanco.
Bibl.: F. J. Cabañas Alamán, “Fernando Gil de Úbeda, organista toledano al servicio de la catedral de Cuenca”, en Docencia e Investigación. Revista de la Escuela Universitaria de Magisterio de Toledo (1995); “Gil de Úbeda, Fernando”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. V, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, pág. 606; F. J. Cabañas Alamán, Los infantes de coro del Colegio San José de la catedral de Cuenca, Cuenca, Diputación Provincial de Cuenca, 2003.
Fernando J. Cabañas Alamán