Cadena y Herrera, José Onofre Antonio de la. Trujillo (Perú), s. XVIII – ?, ú. t. s. XVIII. Músico, teórico musical, constructor de artefactos mecánicos.
Este musicólogo del Perú era de raza “parda” (denominación que se prestaba a distintas interpretaciones en la América hispana, pero que generalizando se asocia al mulato, hijo de blanco y negra, o viceversa).
Se supone que recibió su formación con José Artieda, el maestro de capilla del convento de los agustinos de Lima (al igual que el agustino compositor Cipriano Aguilar), quien hizo un gran elogio de la Cartilla..., de Cadena (1763), y aseguraba que conocía varias composiciones musicales de su autor, por lo que siempre ha “unido a la admiración el aplauso”. J. C. Estenssoro dice que, al no conocer otros maestros y por sus ataques escritos al academicismo y la erudición, debió de ser autodidacta.
A partir del año 1761 existen noticias ciertas sobre De la Cadena, pues el 16 de marzo de ese año está fechada la “Carta introducción” de su Cartilla..., fechada en 1763, por lo que es de suponer que redactara su obra entre 1761 y 1762, pues la dedicatoria, al capitán Ignacio de la Portilla, está fechada en “abril de 1763”, antes de su impresión, por lo que Estenssoro supone que dicho capitán ayudó en los gastos de impresión. En mayo de 1763 De la Cadena es encarcelado y enseguida liberado, gracias al capitán De la Portilla, quien aparece como garante de la pequeña deuda de ochenta pesos de gastos de impresión del libro.
Una nueva aventura, en la que se mezcla música y raza, le ocurre a De la Cadena. En 1768 se presentó a la oposición para el cargo de maestro de capilla de la catedral de Trujillo, su ciudad natal; a pesar de ganar el concurso de méritos, el puesto se le da al violinista Juan José de Solís, que ni siquiera había optado a la plaza. Ante las enérgicas protestas del opositor ninguneado, es encarcelado nueve días y se prepara una orden de destierro. No se arredra De la Cadena y eleva en 1772 un recurso al Real Consejo de Indias, denunciando que no se le ha dado el puesto que merecía, a causa de su condición racial, y, para colmo, al recurso acompañaba un texto teórico musical, denominado Diálogo cathe-músico, que destinaba al rey de España como obsequio de su súbdito. A pesar de su obsequio, a pesar de su enérgica protesta, no consigue que se remedie la injusticia.
Así pues, estas dos obras, una impresa, la otra manuscrita, suponen los únicos textos teórico-musicales, o de ensayo musical, o de musicología, con que cuenta la musical virreinal peruana.
Un ejemplar de la Cartilla música, una joya bibliográfica (el bibliógrafo sudamericano J. T. Medina no consiguió ver ningún ejemplar), se encuentra en la Biblioteca Nacional de España, sección de Música, signatura M/178 (y microfilmada para su mejor conservación, signatura Micro/38). El texto es un breve método para aprender a cantar (de ahí su subtítulo de: y primera parte que contiene un methodo facil de aprender a cantar), por lo que en la idea del autor estaría una segunda parte, para aprender a acompañar, y una tercera parte, para aprender a componer, que, desgraciadamente, no aparecieron. El autor enumera con naturalidad, sin pedantería, autores clásicos, como Pitágoras, Guido de Arezzo o Rameau. En la “Carta introducción” señala los puntos que discute, como son: las diferencias inexistentes entre canto de órgano y canto llano, la defensa de la escala de siete signos, frente a las teorías medievalistas, la falta de claridad en la teoría musical. Un párrafo de bastante altura es el siguiente: “Es eterna esta ciencia, porque sólo ella ha de existir eternamente con Dios, y los hombres, así salvos como condenados [...]. Pero la música siempre permanecerá y aún se elevará a mayor grado, porque con el concurso de tanta infinidad de Bienaventurados en la Gloria, serán en infinito las consonancias, las dulzuras, las suavidades y las armonías que se producirán”.
Y su definición de música no deja de ser valiente y modernista: “Todo lo que mira a sonido es Música, sea escabroso, sea suave, siendo este efecto esencia de la facultad”.
En cuanto al Diálogo cathe-músico (1772), mantiene el mismo carácter didáctico que su obra limeña. “Se la puede considerar como un resumen o esbozo de lo que debió de ser la Cartilla completa de acuerdo con su plan inicial” (J. C. Estenssoro, 1999).
Es normal que todo teórico de la música tenga una formación matemática, y aun mecánica, y así no es de extrañar que otro texto publicado por De la Cadena en Lima (1765), Al señor don Agustin de Salazar y Muñatorres, Caballero del Orden de Santiago, Alcalde de la Hermandad en las Jurisdicciones de Cañete y Chincha, primero Conde de Monte Blanco, y Mayorasgo primero de su Ilustre Casa: dedica don Joseph Onofre Antonio de la Cadena, Natural de la Ciudad de Truxillo en el Perù: la maquina de moler caña, Que ha dispuesto baxo las Reglas Matemàticas, y fundamento de la Ciencia Mecànica, ò Maquinaria. Con priuilegio del Superior Gobierno, para que ninguno pueda usarla sin su consentimiento, se refiera a un invento suyo, que patenta, sobre una nueva máquina de moler caña de azúcar. Esta obra es desconocida o, acaso, indiferente y sin interés para los musicólogos, pero con él se completa el conocimiento de todos los textos del autor, pues forma parte de las obras a tener en cuenta en su biografía.
A pesar del aplauso que su maestro José Artieda, dedicó a las obras musicales compuestas por nuestro autor, no se conoce ninguna de ellas, a pesar de la rebusca en archivos musicales de Trujillo, Cuzco, Lima, etc., que han efectuado durante muchos años tanto R. Stevenson como otros beneméritos musicólogos sudamericanos.
Con todo, José Onofre Antonio de la Cadena tiene un puesto de honor en la cultura virreinal, no sólo por ser el único autor de un texto impreso teórico musical, sino por su postura original y su apertura modernista en una fecha temprana para América, como es el último tercio del siglo xviii.
Obras de ~: Cartilla música y primera parte que contiene un methodo facil de aprenderla a cantar, Lima, Casa de los Niños Expositos, 1763; Al señor don Agustin de Salazar y Muñatorres, Caballero del Orden de Santiago, Alcalde de la Hermandad en las Jurisdicciones de Cañete y Chincha, primero Conde de Monte Blanco, y Mayorasgo primero de su Ilustre Casa: dedica don Joseph Onofre Antonio de la Cadena, Natural de la Ciudad de Truxillo en el Perù: la maquina de moler caña, Que ha dispuesto baxo las Reglas Matemàticas, y fundamento de la Ciencia Mecànica, ò Maquinaria. Con priuilegio del Superior Gobierno, para que ninguno pueda usarla sin su consentimiento, Lima, en la Oficina de la Calle de la Encarnación, 1765; Diálogo cathe-músico, 1772 (ms. en el Archivo General de Indias).
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Exp. de José Onofre de la Cadena, Trujillo, 19 de enero de 1772.
J. T. Medina, La Imprenta en Lima, vol. II, Santiago de Chile, Impreso y grabado en Casa del Autor, 1904, n.º 554, pág. 554 (con título errado: Cartilla musica o metodo más fácil para aprender a cantar, según deduce de su lectura en la Gaceta de Lima, de 12 de julio de 1763) y n.º 1225, págs. 564- 565 (perfecta copia de Al señor don Agustin...); E. San Cristóval, Apéndice al Diccionario Histórico-Biográfico del Perú, vol. I, Lima, Lib. e Imprenta Gil, 1935, pág. 260; A. Palau y Dulcet, Manual del Librero Hispanoamericano..., vol. III, Barcelona, Librería Anticuaria de A. Palau, 1950, pág. 25, n.º 39.164 (solamente la Cartilla...); G. Lohmann Villena, “La Cartilla música de José Onofre de la Cadena, un impreso limeño desconocido”, en Revista de Indias (Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas) (1959); Nacional Union Catalog, Pre-1956 Imprints, vol. 88, London and Wisbech, Mansell, 1970, pág. 606 (solamente: Al señor don Agustin...); J. C. Estenssoro, “Modernismo, didáctica y estética musical en el Perú del siglo xviii”, en Historia y Cultura (Lima), XX (1990); “Cadena y Herrera, José Onofre Antonio de la”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, vol. II, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, págs. 858-859.
Fernando Rodríguez de la Torre