Gómez, Juan. Nava de Mullique (Cáceres), p. m. s. xvi – ?, 23.X.1595. Consejero de Indias y de Castilla.
Fue colegial de Sevilla, de San Pedro y San Pablo, y, finalmente, de San Bartolomé de Salamanca, colegio al que accedió como bachiller en Cánones el 12 de octubre de 1562, y que abandonó el 30 de octubre de 1571 tras obtener grado de licenciado en Cánones y ejercer la cátedra de Sustitución de Sexto. En esta etapa fue favorecido por el cardenal Diego de Espinosa con el corregimiento de Ciudad Real, concretamente en agosto de 1566, para regresar a continuación a concluir sus estudios en Salamanca. Culminada esta etapa formativa, fue inmediatamente nombrado oidor en la Chancillería de Granada con título de 8 de noviembre de 1571, para ocupar la plaza del licenciado Vaca, plaza en la que el presidente Padilla le incluyó en su relación de candidatos para consejos de 1576 y que desempeñó hasta su promoción a alcalde de Casa y Corte el 18 de agosto de 1579. Ésta se debió a la propuesta del presidente Antonio Rodríguez de Pazos, realizada el 19 de julio anterior, y tomó posesión el 19 de diciembre, mientras su vacante en Granada era ocupada por el licenciado Marcos Caro.
Como alcalde de Casa y Corte su origen extremeño le impidió en junio de 1579 entender en los desórdenes producidos en Trujillo, dado que los principales culpados eran de Mérida, por lo que terminó siendo comisionado su esclarecimiento al alcalde Valladares. Como sus compañeros, Juan Gómez intervino en los preparativos bélicos de la anexión portuguesa, confiscando carros, acémilas y mulas, para desempeñar a continuación labores de vigilancia de portugueses antifilipinos, en cuyo desarrollo recibió delaciones. Se consideró su inclusión en la junta encargada de revisar la visita del licenciado Espinosa, pero Rodrigo Vázquez defendió desde Portugal, el 19 de agosto de 1582, que fuera sustituido por el licenciado Jiménez Ortiz. Fue objeto de sanciones canónicas por el colector, con motivo de su actuación en cierto roce jurisdiccional, pero terminó siendo absuelto en diciembre de 1581. Tuvo problemas de alojamiento en la Corte, puesto que, en prueba de la desorganización reinante en el aposento cortesano, desde que llegó a Madrid vivía en una casa de alquiler, a consecuencia del penoso estado que presentaba la que le había tocado de aposento. En la primavera de 1584 el dueño de su casa, Juan de León, había decidido vender la casa en la que se alojaba a Guiomar de Saá, por lo que le era forzoso abandonarla. Por ello solicitó al Rey la posada que vacaba por el ascenso del licenciado Rodrigo Vázquez a la Presidencia de Hacienda, la de Garnica o cualquier otra. En prueba de la relación de los alcaldes con la casa real, la petición era dirigida al conde de Fuensalida, quien pidió al secretario Mateo Vázquez que recordara al Monarca lo solicitado por Juan Gómez, porque “a mi me hara vuestra merced en ello muy gran merced”. Miembro del Consejo Real con título de 14 de octubre de 1584, en lugar del licenciado Antonio Niño, promovido a presidente de la Chancillería de Granada, intervino junto a Francisco de Vera en 1585 en la resolución de pleitos en la Contaduría Mayor ganando fama de juez independiente, recto e incorruptible. Propuesto ya por el presidente de Indias, Hernando de Vega, para la Cámara en julio de 1587, ocupó la plaza en ella desde el 9 de agosto de 1589 y, de creer a Ruiz de Vergara, interpelado el Monarca sobre a quién proveía para el comité de la gracia, contestó: “A Juan Gómez, que ni tiene deudos, ni deudas”. Con esta plaza y al calor de estas virtudes, instruyó junto a Rodrigo Vázquez de Arce la causa criminal contra Antonio Pérez. Su labor como camarista resultó esencial para acallar resistencias a la implantación del gobierno a través de la Junta de Noche. Así, ejerció un papel preponderante en enero de 1591 en la junta que dirimió las discrepancias entre el presidente del Consejo de Órdenes, marqués de Almazán y el licenciado Albornoz, en la que entró junto al arzobispo de México y el confesor Chaves, con Mateo Vázquez como secretario. En ella, se amparó en las facilidades que le ofrecía su intervención como camarista en la provisión de plazas, ya que sus indagaciones no llamarían la atención, al poder obtener la verdad sobre los encartados so color de informarse para las consultas de oficios. Otra manifestación de esta tendencia fue la intervención de los mismos personajes en la comisión que concluyó expulsando de la Corte al presidente Barajas en 1591. La culminación de tan decisivo cometido le permitió retomar una dedicación completa al despacho habitual del Consejo y la Cámara, entendiendo, en 1592, junto a Tejada, Valladares Sarmiento y Luis de Mercado en la visita realizada a la Chancillería de Valladolid. Los años siguientes le absorbieron en los pleitos de Pedro Ortiz de Écija y la revista del pleito contra Juan de Castellanos y otros sobre alteración de la moneda, hasta que hubo de abandonar de nuevo el tribunal para desempeñar, en ejercicio de su doble condición de consejero y camarista la gobernación del arzobispado de Toledo tras la muerte del cardenal Quiroga en noviembre de 1594. Los asuntos generados por la sede vacante, que terminaría prolongándose por más de un trienio, contribuyeron a empeorar su salud, falleciendo en poco tiempo.
Fuentes y bibl.: British Library (London), add. 28704, fol. 50v.; add. 28345, fols. 62r.-63v.; add. 28349, fols. 201r.- 204v.; Instituto Valencia de Don Juan (Madrid), envío 16, caja 27bis; envío 21, caja 31, n.º 237; envío 21, caja 32, n.º 770; envío 28; envío 51, caja 67, n.º 98; envío 58, caja 78, cuaderno 5, n.º 2; envío 89, caja 125 n.º 156; envío 92, caja 133, cuaderno 5, fols. 35bis, 40 bis, 48v., 60r.-v., 62v., 72v., 78r., 85r., 142v., 145v., 146v., 149v., 185r.-v., 202v., 207r., 210v. y 232r.; Archivo Histórico Nacional, Consejos, lib. 707, fols. 19r., 152r. y 167r.; Archivo General de Simancas, Patronato Real, leg. 5; Escribanía Mayor de Rentas, Quitaciones de Corte, leg. 5; Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª época, leg. 1688; Archivo Zabálburu (Madrid), carpeta 146, n.º 206; carpeta 147, n.os 127-130.
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Alejandro López Álvarez