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Juan de Guardiola

Biografía

Guardiola, Juan de. ?, s. t. s. xvi – 1600. Fiscal de la Contaduría Mayor de Hacienda, oidor del Consejo Real y de la Cámara de Castilla.

Pasó a la Corte tras abogar con fama de buen letrado en la Chancillería de Granada, al ser nombrado fiscal de la Contaduría Mayor de Hacienda el 15 de septiembre de 1578; promoción que hubo de agradecer al presidente Pazos, quien supo vencer las dudas regias sobre el celo de Guardiola en aquellos pleitos en los que hubiera intervenido previamente en Granada.

A su llegada la Administración Real hervía en la defensa del derecho de Felipe II al trono luso, materia en la que sostuvo los postulados del grupo pro-apostólico mediante su intervención en la Junta Política de Portugal, sus escritos en defensa del derecho de Felipe II y sobre todo su asistencia al duque de Osuna durante su embajada ante el cardenal Henrique.

De regreso a Castilla, el presidente Pazos propuso nombrarlo oidor del Consejo Real, del que se le extendió título el 2 de diciembre de 1580, ejerciendo labores de fiscal hasta que ocupó el cargo del licenciado Leciñana. En principio, junto a comisiones como la resolución de pleitos en Contaduría Mayor (en 1581 —con el licenciado Arpide— y 1586 —con el licenciado Juan Gómez—) o la presidencia de la Mesta en 1584, su actuación alcanzaría notable relevancia en la junta constituida en 1581 sobre expolios, sedes vacante y bulas apostólicas, al decidir Felipe II que Guardiola expusiera en ella las instrucciones recibidas en Badajoz sobre la bula In Coena Domini.

Al remitir el dominio castellanista su origen político hubo de favorecerle y, tras ser recomendado calurosamente por el presidente de Indias “para cossas graves y de importancia”, resultó nombrado en 1587 para la Cámara en la plaza vacante del doctor Villafañe.

Como consecuencia, su intervención en asuntos financieros aumentó, formando parte desde ese año de la Junta sobre alteración de moneda y considerándose en 1588 su entrada en Junta de Presidentes, mientras actuaba en las negociaciones con el reino a través de la Junta de Asistentes de Cortes. Igualmente, en 1590 investigó junto al licenciado Núñez de Bohórquez el matrimonio del duque de Alba con la hija del duque del Infantado, Mencía de Mendoza. Su entrega al despacho merecía por entonces el siguiente juicio del presidente Barajas: “Tenido por buen letrado y buen juez y en su casa [...] es de los que más asisten en ella a los negocios el tiempo que sobra del Consejo y de las Juntas”.

En el comienzo de la última década del siglo XVI aumentó su relevancia en el gobierno, al participar en la sentencia de la visita conducida por Jerónimo Manrique a la Chancillería de Valladolid y sobre todo, al acompañar al Rey en la administración itinerante de la gracia y otros asuntos durante la jornada a Tarazona de 1592. A su conclusión, la incompatibilidad de sus tareas ordinarias con las juntas sobre la visita de México, la causa de Francisco Duarte y la visita de galeras condujeron a los licenciados Armenteros y Valladares Sarmiento a solicitar que esta última se encauzara a través del Consejo Real. La misma razón llevó al propio Guardiola a solicitar dispensa de asistir a los consejos para revisar con los contadores las averiguaciones traídas por los comisarios sobre el servicio de millones, a fin de hacer un reparto más equitativo. Estas circunstancias denotaron la persistencia de las dificultades de la administración filipina para coordinar el gobierno con el ejercicio de la jurisdicción, pese a la transformación de que había sido objeto. Entró en la Sala de Gobierno, al instituirse la fugaz reforma del Consejo Real de 1598, momento para el que ya era el decano del organismo. Encajado sin contratiempos el acceso al trono de Felipe III, en lo que pudo influir su matrimonio con Violante Sandoval, Guardiola falleció en 1600. A su muerte, su esposa cobró su quitación hasta la provisión de sucesor en su plaza.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª época, leg. 1688; secc. Escribanía Mayor de Rentas, Quitaciones de Corte, leg. 5 y 26; Patronato Eclesiástico, leg. 5, 11 y 12; Archivo Zabalburu (Madrid), carpeta 134, n.º 218; carpeta 147, n.os 113 y 171; carpeta 159, n.º 64; British Library, Add. 20977, fol. 25; Add. 28349, fols. 201r.-204v.; Instituto Valencia de Don Juan, envío 92, c. 133, cuad. 5, fols. 5r., 40bisv., 45r., 61r., 80v., 170r., 337r. y 351r., Actas de las Cortes de Castilla, VIII-X.

E. Buceta, “Relación de la junta convocada por Felipe II el 24 de febrero de 1579 para tratar de su pretensión a la Corona de Portugal”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, 98 (1931), págs. 655-666; S. de Dios, Fuentes para el estudio del Consejo Real de Castilla, Salamanca, Diputación Provincial, 1986, pág. XLI; E. Martín de Sandoval y Freire, “Presidentes del Honrado Concejo de la Mesta (1500-1827)”, en Hidalguía, 201 (1987), págs. 407-420; L. Cabrera de Córdoba, Historia de Felipe II, rey de España, ed. de J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales, vol. III, Salamanca, Junta de Castilla y León, 1998, pág. 1326; J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales (dirs.), Felipe II (1527-1598). La configuración de la Monarquía Hispánica, Salamanca, Junta de Castilla y León-Consejería de Educación y Cultura, 1998.

 

Ignacio Javier Ezquerra Revilla

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