García Pérez, Antonio. Madrid, 29.V.1923 – 31.V.2002. Médico dermatólogo, catedrático.
El profesor García Pérez realizó sus estudios de pregrado en la Facultad de Medicina de San Carlos (Madrid), entre los cursos 1940-1941 a 1946-1947, año en que obtuvo el grado de licenciatura.
La necesidad de mantener un contacto con los pacientes, que fue una constante a lo largo de su vida, se inicia en 1944, al comenzar su relación con las asignaturas clínicas y obtener por oposición plaza de alumno interno en el Hospital San Juan de Dios, de clara tradición dermatológica, lo que sin duda influyó de forma definitiva en la elección de la Dermatología como especialidad, que realizó bajo la dirección del profesor José Gómez Orbaneja.
La lepra y los pacientes leprosos fueron una de sus grandes pasiones, como se pone de manifiesto al haber sido subdirector del Instituto Leprológico de Trillo (Guadalajara, 1950-1952), organizar la leprosería de Larache (Marruecos, 1954), y realizar su tesis doctoral (15-6-1952) sobre Estudio clínico e histopatológico de la leprorreacción en enfermos lepromatosos, tesis que obtuvo la máxima calificación por unanimidad.
A lo largo de su vida mantuvo una actividad asistencial intensa, y a pesar de ostentar importantes cargos de gestión, nunca olvidó el contacto directo con los pacientes y alumnos, a los que inculcó la necesidad de escuchar todo aquello que los enfermos referían como pilar fundamental a la hora de alcanzar el diagnóstico.
La docencia era también un don innato del profesor.
García Pérez, que en 1962 obtiene la plaza de catedrático de Dermatología en la Facultad de Medicina de Salamanca (1962-1974). Realizó allí una excelente labor con la formación de eminentes dermatólogos y la creación de una infraestructura que, con algunas modificaciones dictadas por el paso del tiempo, tiene vigencia en la actualidad. Fue asimismo en Salamanca director del Hospital Clínico (1966-1969), vicedecano de la Facultad de Medicina (1969-1972) y vicerrector de la Universidad (1971-1974).
En 1974 se trasladó a Sevilla como catedrático de Dermatología (1974-1980), y también allí dejó una huella imborrable, como médico, docente, investigador y humanista. Le correspondió la apertura del Hospital Universitario Virgen Macarena y la integración del Servicio de Dermatología, que organizó con un espíritu innovador y práctico. Su inquietud por el mundo universitario le llevó a desempeñar el cargo de vicedecano (1976-1977) y decano (1977-1978) en un momento muy complicado para la Universidad Española: la instauración del numerus clausus, hecho que supo afrontar y solventar con su característico bien hacer. Terminó su carrera profesional en Madrid, donde se trasladó en 1980 para ocupar la plaza de su maestro, Gómez Orbaneja; continuó allí su línea de trabajo desempeñando cargos de responsabilidad administrativa: director del Departamento de Dermatología de la Universidad Complutense (1984- 1988), vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense (1983-1986), director del Hospital Clínico de San Carlos (1984-1986). Tras su jubilación (29 de mayo de 1988), ejerció como profesor emérito de Dermatología en la Universidad Complutense de Madrid.
Perteneció a una gran cantidad de Sociedades Científicas con las que siempre colaboró de forma activa.
Fue miembro de la Academia Española de Dermatología desde 1947, de la que llegó a ser presidente (1982-1986); fundador del Grupo Español para Investigación en Dermatitis de Contacto y de la Academia Europea de Dermatología y Venereología (1987); miembro de honor de distintas sociedades: Sociedad Francesa de Dermatología (1980), Sociedad Argentina de Dermatología (1981), Sociedad Noruega de Dermatología (1987), Sociedad Helénica de Dermatología (1987).
Además de la lepra —quizás su tema prioritario—, tuvo un gran interés por la dermatitis de contacto, genodermatosis, enfermedades autoinmunes, micología e infecciones de transmisión sexual. Fruto de ello fue la creación en Sevilla, junto al profesor José E. Perea Pérez, del primer centro español para tratamiento y control de estas enfermedades (1978).
Pero su inquietud no termina en la Medicina, ya que puede hablarse de él como de un médico humanista, pues sentía gran inclinación por la historia y la literatura, era un apasionado lector de Blanco White y de Joyce, un admirador de la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos, y un amante de las costumbres populares, de hecho no era raro encontrarlo vagando por los barrios de Sevilla empapándose del “fervor de la Semana Santa”.
Fruto de este humanismo fue su incorporación a la Real Academia Nacional de Medicina (4 de abril de 1989), donde realizó su discurso de ingreso sobre Ciencia y anécdotas en el eczema de contacto. A partir de entonces despertó gran interés en su vida todo lo relacionado con el léxico, fruto de ello fue la publicación, junto a Bárbara Shapiro, del Diccionario de Dermatología (español-inglés), que llegó a alcanzar dos ediciones.
Realizó Antonio numerosas publicaciones, pero es especialmente interesante su obra Dermatología Clínica, dirigida a estudiantes, que va por cuatro ediciones, y que es una demostración de lucidez, ideas claras y capacidad de síntesis. Se trata sin duda de uno de los mejores tratados para iniciarse en la especialidad.
Estuvo la vida del profesor García Pérez llena de una fructífera actividad que se vio truncada en mayo de 2002 en plena actividad y lucidez, dejando un recuerdo imborrable en sus pacientes, discípulos y amigos.
Obras de ~: “Etimología del liquen”, en Temas dermatológicos, Madrid, Syntex, 1972; con R. Winkelmann, “Glossary of Basic Dermatology Lesions: International League of Dermatological Societies Committee on Nomenclature”, en Acta dermato-venereologica Supplementum (1987) (el profesor García Pérez se encargó de la parte del idioma español, junto con J. M. Mascaró); Ciencia y anécdota en el eczema de contacto, Madrid, Real Academia Nacional de Medicina, 1989; “Sobre terminología dermatológica: eczema y verrucoso”, en Actas Dermo-Sifiliográficas (ADS) (1996); “De morbis qui in superficie corporis videntur (San Isidoro de Sevilla, año 621): Primer texto de Dermatología en España”, en Anales de la Real Academia Nacional de Medicina (2001); “Sobre las lesiones elementales”, en ADS (2001), n.º 92, págs. 599-600; “Concepto y clasificación del eczema [cd-rom]”, en L. Iglesias (dir.), Clínicas dermatológicas. Eczema, vol. I, n.º 1, Madrid, AEDV, 2001, págs. 6-18; “A vueltas con la alopecia areata”, en ADS (2002), n.º 93, pág. 279; con B. Shapiro, Diccionario dermatológico, Madrid, Ergon, 2002.
Bibl.: E. Gómez de la Concha, “En memoria del Excmo. Sr. D. Antonio García Pérez”, en Anales de la Real Academia Nacional de Medicina (2002), págs. 617-637; F. Camacho, “In memoriam del Dr. Antono García Pérez”, en Revista Internacional de Dermatología y Dermocosmética (2002), págs. 374- 376; http://www.medtrad.org/panacea/IndiceGeneral/Pana9_ semblanzas_garciaperez.pdf.
José Carlos Moreno Giménez