Carballo Wangüemert, Benigno. Los Llanos de Aridane, La Palma (Santa Cruz de Tenerife), 13.II.1826 – Madrid, 17.IV.1864. Catedrático de Economía y periodista.
Tal y como figura en su partida bautismal, sus padres fueron Justo de la Concepción y María de la Candelaria Carballo Wangüemert, de la que tomó sus dos apellidos al desconocer los paternos. Entre 1841 y 1844 realizó los estudios de bachiller en Filosofía en la Universidad de La Laguna. En 1844 empezó los estudios de Jurisprudencia en la misma ciudad, para posteriormente, en 1845, pedir el traslado de su expediente a la Universidad de Sevilla debido a la supresión de la Universidad de La Laguna. Continuó sus estudios en Sevilla hasta que obtuvo los grados de bachiller el 31 de mayo de 1850 y después de licenciado el 23 de septiembre de 1852, ambos en Jurisprudencia. La conferencia que Carballo pronunció para su licenciatura llevó por título De los censos y sus especies, análisis de esta institución y de cada una de aquéllas, fijando su carácter y exponiendo en qué se parecen y en qué se diferencian. En el curso 1847-1848 simultaneó sus estudios en Jurisprudencia con los de Historia de la Filosofía y en el curso 1848-1849, con los de Griego, aprobando ambos.
Gracias a la ayuda de Francisco Fernández Taño, entonces residente en Cuba, Carballo pudo continuar sus estudios, y el mismo año de su licenciatura pidió de nuevo el traslado de su expediente a Madrid, para seguir cursando el octavo año de Jurisprudencia.
Poco después, en 1855, ocupó la cátedra de Economía Política en la Escuela de Comercio de Madrid. Precisamente ese mismo año, Carballo publicó el primer volumen de su obra Curso de Economía Política. Las razones que le llevaron a escribir esta obra fueron dos: en primer lugar, tenía como objetivo llenar un vacío importante en la formación de los españoles consciente de que en las universidades se daban escasas nociones de Economía, mientras que en Europa adquiría cada vez más importancia; en segundo lugar, para satisfacer el interés creciente que empezaba a existir en España hacia esta ciencia. La importancia de esta obra fue doble; por una parte, porque fue uno de los textos más utilizados en la universidad —a pesar de que no figuraba en el listado oficial—, y, por otra, porque al ser una traducción bastante ajustada de la primera edición del Dictionnaire de l’economie politique de Coquelin y Guillaumin (1852-1853), permitió una rápida difusión en España del pensamiento económico exterior, en concreto, de la Escuela Optimista contribuyendo a la consolidación de la Escuela Economista Española.
Su obra sirvió como manual de Economía no sólo en la Escuela de Comercio a la que ya pertenecía, sino también en el Real Instituto Industrial de Madrid —primera escuela de ingeniería industrial superior que funcionó en España—, ya que, coincidiendo con la publicación del segundo volumen, en 1856, entró a formar parte del cuerpo de profesores del citado Instituto ocupando la cátedra de Economía Industrial.
Entre sus objetivos, en el Real Instituto Industrial de Madrid no sólo se limitaba a desarrollar su actividad en el ámbito docente, sino que intervenía con frecuencia en tareas de asesoramiento industrial, elaboración de informes y en tramitación de patentes y marcas. Por este motivo, el interés mostrado por Carballo en la ciencia económica y en la enseñanza le valió para que, en 1857, fuera comisionado por el Real Instituto para estudiar la organización y métodos de las enseñanzas industriales en el extranjero, en concreto viajó a París el 18 de agosto de 1857, donde asistió a la reunión mensual de la Sociedad de Economía Política, y también visitó Bélgica. A raíz de estos viajes, Carballo realizó informes comparativos y pudo identificar el atraso de España en algunos aspectos, principalmente debido a la falta de comunicaciones y a la antigüedad de las máquinas agrícolas.
En Madrid compaginó su carrera docente con una intensa labor como periodista, colaborando en las revistas Las Antillas y La Iberia. Fue redactor de la Revista de Instrucción Pública, Letras y Ciencias (1856-1861), en la que con sus artículos sobre enseñanza y economía quiso influir en la modernización de la enseñanza en España, sobre todo antes de la reforma de la enseñanza realizada con la Ley Moyano. Asimismo, dirigió Las Canarias, órgano hispano-canario (Madrid, 1863).
La cuestión política fue determinante en la vida de Carballo, aunque no llegó a participar activamente en ella. Sin pretender escribir un texto literario, en 1862 publicó Las Afortunadas. Viaje descriptivo a las Islas Canarias, en el que realizó una intensa descripción de la situación económica y social de las islas en torno a 1861, mostrándose como un fino analista de los problemas económicos del archipiélago y de sus perspectivas futuras, manifestándose cercano a las tesis liberales. Asimismo, aprovechó la revista Las Canarias para que sirviera como órgano divulgador de sus ideas, dándose a conocer con el objetivo de ganar popularidad en Tenerife en donde quiso ser elegido como diputado por la Unión Liberal. Sin embargo, la revista Las Canarias tenía sus detractores, principalmente progresistas y demócratas, que por diferencias políticas organizaron una campaña para desacreditar intelectualmente a su director. Pérez Galdós se erigió como caricaturista de esta revista, ridiculizando en sus dibujos muchos de los desencuentros entre unionistas y progresistas. Esta campaña se hizo más intensa a finales de 1863, de modo que Carballo decidió suspender la publicación de la revista pocos meses antes de su muerte.
Fue socio fundador de la Sociedad Libre de Economía Política creada en 1857 y llegó a ser nombrado su presidente en enero de 1860. Perteneció a la Asociación para la Reforma de los Aranceles de Aduanas, creada en 1859. Participó en ambas sociedades con discursos a favor de la libertad de comercio, formando parte de la Escuela Economista Española, a la que Carballo hizo referencia en su Curso de Economía Política en el capítulo dedicado a los economistas españoles contemporáneos, definiéndola como una escuela opuesta a las tesis socialistas. También fue nombrado miembro de la Sociedad de Economía Política de París en 1859. En 1860 asistió al Congreso Internacional que sobre materia impositiva se celebró en Lausanne.
Falleció el 17 de abril de 1864 en Madrid, asistiendo a su entierro numerosos amigos, alumnos de la Escuela Industrial y compañeros pertenecientes a la Escuela Economista como Pastor, Figuerola, Sanromá, Gabriel Rodríguez, Moret y Félix Bona. El 2 de julio de 1906 se le dedicó un homenaje póstumo en su localidad natal. En el acto intervinieron Segismundo Moret y León y Castillo.
Obras de ~: Curso de Economía Política, Madrid, Imprenta de Pedro Montero, 1855-1856, 2 vols.; Principios filosóficos y económicos-políticos del sistema de la libertad de comercio (Conferencia pronunciada en el Ateneo de Madrid en el Curso 1861-1862), 1862; Las Afortunadas, viaje descriptivo a las Islas Canarias, Madrid, Imprenta Manuel Galiano, 1862 (pról. de M. de Paz, La Laguna, Centro de la Cultura Popular Canaria, 1990); Principios económico-políticos en que se funda el sistema de la libertad de comercio. (Conferencias Libre-cambistas. Discursos pronunciados en el Ateneo Científico y Literario de Madrid. Curso 1862-1863), Madrid, Imprenta Manuel Galiano, 1863.
Bibl.: M. Ossorio y Bernard, Ensayo de un Catálogo de Periodistas Españoles del siglo xix, ts. I-II, París, Besazón Roblot, 1903; J. Sagrán y González, “Carballo y Wangüemert”, en T. Peña (ed.), Los Alumnos de la Cátedra de Elementos de Hacienda Pública: Ensayo de Bio-Bibliografía de Hacendistas y Economistas Españoles, Sevilla, Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, 1910, págs. 54-70; J. Pérez Vidal, “Carballo, economista y educador (1826-1864)”, en Anuario de estudios Atlánticos, nº 25 (1979), págs. 15-79; R. Román Collado, La Escuela Economista Española, Sevilla-Cádiz, Universidad de Sevilla-Universidad de Cádiz, 2003.
Rocío Román Collado
