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Fernando Isidro Bustillo de la Concha y Azcona Velarde y Fernández

Biografía

Bustillo de la Concha y Azcona Velarde y Fernández, Fernando Isidro. Madrid, 2.V.1661 – 12.I.1730. Militar, académico de la Real Academia Española y lexicógrafo, caballero de la Orden de Calatrava.

Hijo de Gaspar Bustillo de la Concha y Juana de Azcona. Nació en Madrid, cuando su familia iba de camino para Almagro (Ciudad Real), pues su padre estaba destinado allí como administrador general de las Ventas Reales. Fue bautizado en la parroquia madrileña de la Almudena. Su padre fue caballero de la Orden de Santiago. Su hermano, Gaspar Bustillo de la Concha y Azcona, caballero de la Orden de Alcántara. Y él, caballero de la Orden de Calatrava. De su actividad militar se conservan en el Archivo Histórico Nacional algunas cartas dirigidas al duque del Infantado, fechadas en 1691 y 1692.

Presentado por Pedro Scotti de Agóiz, fue elegido académico de la Real Academia Española el 3 de abril de 1721, en sustitución de Pedro Verdugo de Albornoz y Ursúa, del que escribió el tradicional Elogio académico tras su fallecimiento. Presentó a su vez para su elección a Miguel Perea, que ocupó finalmente la vacante de Juan Villademoros. En la redacción del Diccionario de autoridades (1726-1739), fue nombrado coordinador de los materiales para la obra, junto con Manuel de Villegas Piñateli, en la sesión académica de 29 de diciembre de 1723, pero en la de 13 de junio de 1728 se consideró innecesaria dicha función. Además, realizó el vaciado de numerosos textos para que sirvieran como autoridades de las voces definidas, si bien en ediciones, muchas de ellas, bastante posteriores a la primera: la traducción de los Moralia (1723) de Plutarco a cargo de Diego Gracián y la del Argenis (1627) de John Barclay a cargo de José Pellicer; la General estoria (1276) de Alfonso X el Sabio, la obra de Juan de Mena y las Glosas que El Comendador Griego (Hernán Núñez) publicó en 1512 sobre Laberinto de Fortuna (1444); La Celestina (1499) de Fernando de Rojas y la Descripción general del África (1573) de Luis del Mármol; una muestra muy significativa de la literatura picaresca española: el Guzmán de Alfarache (1599- 1604) de Mateo Alemán, la Pícara Justina (1605) de Francisco López de Úbeda, el Marcos de Obregón (1618) de Vicente Espinel y el Estebanillo González (1646); la Conquista de las Molucas (1609) de Lupercio L. de Argensola, así como gran parte de la obra de Lope de Vega, la Histórica relación del reino de Chile (1646) del padre Alonso de Ovalle, y las Poesías (1715) de Salvador J. Polo de Medina.

Colaboró en las combinaciones alo (por acuerdo de la docta casa de 4 de mayo de 1724), ch (tras los fallidos intentos de Vicente Bacallar y Sanna, Tomás de Montes y Corral y José Casani) y co, cr (encomendadas en un principio a Miguel Perea y a Juan Isidro Yáñez Fajardo, respectivamente). En el caso de la combinación de, encomendada en un primer momento a Juan Villademoros, no le pareció bien al revisor del Diccionario, Lorenzo Folch de Cardona, el trabajo desempeñado por Bustillo, por lo que se acordó, en sesión de 14 de febrero de 1730, el reparto de la combinación a distintos académicos.

Hasta poco antes de morir siguió trabajando en otras combinaciones: lee las de ha y he en la sesión académica de 11 de marzo de 1724, y le da tiempo a terminar las de toda la letra h. Lo mismo sucedió con las de la letra l, que pasaron a manos de Bustillo ante la inactividad de Vicente Bacallar y Sanna, y que fueron leídas en las sesiones académicas celebradas entre julio de 1722 y junio de 1723. Y, finalmente, con las de la p, tras la insuficiencia del trabajo de José de Montealegre, si bien no llegó a terminarla del todo.

De hecho, Juan de Ferreras, director accidental de la Academia durante la ausencia del marqués de Villena, encargó a Jacinto de Mendoza la conclusión del trabajo sobre la letra p, “que dexó comenzado el señor don Fernando de Bustillo y se recogió de su casa después de su fallecimiento” (acta de la sesión académica de 10 de julio de 1731). A su muerte, los a estas últimas combinaciones para su publicación en los siguientes tomos del Diccionario, a partir del tercero (1732), como la inclusión de autoridades a los artículos presentados por Bustillo, pero lo más importante ya había sido confeccionado.

No es de extrañar, con toda esta labor, que pueda considerarse, tras Vincencio Squarzafigo, el principal colaborador en la elaboración del Diccionario de autoridades. Emilio Cotarelo y Mori señala que, al ser elegido académico “nadie sospechó entonces el valiente e infatigable auxiliar que acababan de recibir.

Bustillos [sic] imprimió un vigor a los trabajos del Diccionario que no había tenido desde los primeros impulsos. Autoridades a millares; letras desiertas por ausencia o enfermedad de los primitivos encargados; nada era excesivo para la facilidad y constancia en el trabajo de este insigne académico” (1914: 107). Alonso Zamora Vicente lo caracteriza como “incansable y entregado”, pues acudió siempre “a llenar huecos y subsanar errores” (1999: 95).

Finalmente, Emilio Bomant García expone con datos cuantificables su labor al frente de la primera obra académica: “Se calcula que, en tan sólo nueve años que perteneció a la Real Academia Española, escribió más de mil cien páginas del Diccionario de Autoridades, es decir, algo más de una cuarta parte de la totalidad de la obra” (2000: 349). La vacante que dejó Fernando de Bustillo fue ocupada por Manuel Pellicer de Velasco.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional (AHN), secc. Órdenes Militares-Caballeros Calatrava, exp. 375, Pruebas para la concesión del Título de Caballero de la Orden de Calatrava de Fernando Bustillo de la Concha y Azcona Velarde y Fernández del Río, natural de Madrid; AHN, secc. Osuna, carpeta 216, doc. 242, Dos cartas de Fernando Bustillo y Azcona al Duque del Infantado.

E. Cotarelo y Mori, “La fundación de la Academia Española y su primer Director, don Juan Manuel Fernández Pacheco, Marqués de Villena”, en Boletín de la Real Academia Española, I (1914), págs. 4-38 y 89-127; F. Lázaro Carreter, Crónica del “Diccionario de autoridades” (1713-1740): discurso leído el día 11 de junio de 1972, en el acto de su recepción, por el Excmo. Sr. Don Fernando Lázaro Carreter y contestación del Excmo. Sr. Don Rafael Lapesa Melgar, Madrid, Real Academia Española, 1972; A. Zamora Vicente, “Letras mayúsculas. Siglo xviii”, en Historia de la Real Academia Española, Madrid, Espasa Calpe, 1999, págs. 63-107 (espec. pág. 95); E. Bomant García, El origen de la Real Academia Española. Génesis, redacción y difusión del Diccionario de autoridades, tesis doctoral, Madrid, Universidad Autónoma Departamento de Filología Española, 2000 (inéd.); M. Freixas Alás, Las autoridades en el primer Diccionario de la Real Academia Española, tesis doctoral, Bellaterra, Universitat Autònoma de Barcelona, 2003, 2 vols. (http://www.tdx.cesca.es/ TDX-0611104-150443).

 

Francisco M. Carriscondo Esquivel

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