Valderrama, Pedro de. Sevilla, 1550 – 25.IX.1611. Predicador agustino (OSA), prior, provincial, visitador general, escritor y constructor.
Sus padres fueron Gonzalo Fernández de Valderrama y María de los Reyes, que le enviaron al Colegio de la Compañía de Jesús de Sevilla para estudiar las primeras letras. En este centro educativo descubrió su inclinación a la vida religiosa, al tiempo que jugaba a predicador. Con dieciocho años de edad pidió ingresar en el Convento San Agustín de Sevilla, donde profesó en la provincia de Andalucía el 27 de agosto de 1569.
Partió para Salamanca con el fin de concluir los estudios filosófico-teológicos. En esta ciudad predicó los domingos de una cuaresma, con aceptación general “porque fue muy bien oído” por los fieles. Por la Universidad obtuvo el grado de maestro en Teología. Al regreso a su patria andaluza le nombraron prior del Convento San Agustín de El Puerto de Santa María (Cádiz). Sus ocupaciones principales fueron el estudio de la Sagrada Escritura, la predicación y la construcción de la capilla mayor de la iglesia conventual. Destinado a Málaga, también ejerció durante dos años el cargo de prior de la comunidad religiosa (1587-1589) y continuó la construcción de la iglesia conventual. También se ocupó de la predicación.
Cuando el general de la Orden Agustiniana, Gregorio de Montelparo, asistió al capítulo provincial de 1589, celebrado en Sevilla, el 19 de abril predicó a los capitulares, quienes se admiraron por su elocuencia, erudición y gallardía. El mismo general de la Orden le premió con el título de licenciado, y quiso llevarse impreso el sermón para enseñárselo a Sixto V. Cuatro días más tarde, Valderrama fue nombrado por Gregorio Montelparo visitador de los conventos de Osuna, Antequera, Málaga, Coín, Jaén, Huelva y Granada, con la autoridad de visitador general. Cuando se encontraba en Valencia, el prior general concedió a Pedro de Valderrama, el 26 de septiembre de 1589, la facultad de recibir el grado de maestro en cualquier universidad.
La fama de orador sagrado en tribunales, plazas e iglesias se repitió en Granada, donde ejerció el cargo de prior. Estuvo seis años seguidos y predicó siete cuaresmas continuas, escribió su primer biógrafo, Francisco de Luque. Con carácter excepcional salió a predicar una cuaresma al Hospital Real de Zaragoza. En esta ocasión, la voz y el gesto de Valderrama, en medio de un verdadero montaje efectista, con una imagen de Cristo y dos antorchas, además de cantores y músicos de corneta, produjeron en el público asistente gran conmoción.
De nuevo Valderrama en Andalucía, ahora como prior del Convento de Córdoba durante dos años, de septiembre de 1597 a septiembre de 1599, tiempo en el que construyó un noviciado nuevo e inició las obras de dos claustros, alto y bajo, “de cantería y columnas de mármol blanco, de dos a dos, de singular belleza y gallardía”. Ya en Sevilla (1599), llena de “bonetes y capillas”, y concentración de extraordinarios predicadores, la palabra de Pedro de Valderrama convocó a todos los sevillanos. Tanto fue así que en la iglesia parroquial de Santiago el Viejo “se tuvo que poner escalera levadiza para subir a predicar por las bóvedas”, según Francisco de Luque. Los ingresos económicos por la predicación los invertía en las obras que necesitaba el convento. Durante el primer priorato de la comunidad de Sevilla, de 1599 a 1601, y también en el segundo mandato, desde 1610 hasta su fallecimiento, edificó en la Casa Grande de Sevilla un segundo claustro, sala capitular, iglesia, retablo, coro, sacristía y le proveyó de órgano y campana.
Este predicador-arquitecto también asistió a las tertulias que se desarrollaban en la academia de pintura de Pacheco y ejerció otros cargos en su provincia agustiniana de Andalucía, como consejero al ser elegido en el capítulo provincial de 1593 y 1601, visitador en el trienio posterior y provincial por aclamación de los capitulares en el capítulo celebrado en Granada el año 1607. Según Palomino, como superior mayor de la provincia de Andalucía levantó de planta la iglesia y capilla mayor del Convento de Málaga, además de ejecutar la monumental obra del Convento de Granada. Fue provincial hasta el 12 de enero de 1610.
En su producción escrita figuran sermones preparados con motivo de las festividades de san Agustín, santa Mónica, san Nicolás de Tolentino, san Juan de Sahagún, san Francisco de Asís, san Benito, san Bernardo, san Guillermo, santo Tomás de Aquino, santo Domingo de Guzmán, etc. Preparó, asimismo, los sermones correspondientes a las canonizaciones de san Jacinto (1594) y san Raimundo de Peñafort (1601) y el de la beatificación de san Ignacio de Loyola (1610). El escrito sobre el fundador de los jesuitas fue censurado por la Universidad de la Sorbona (París). Un año más tarde, en mayo de 1611, publicó el sermón fúnebre del maestro Diego de Ávila, pronunciado en el Monasterio de la Trinidad de Sevilla.
La colección más importante de sermones la llamó Pedro de Valderrama Ejercicios espirituales, editada en seis libros, tres para el ciclo cuaresmal y otros tres para el santoral. No son propiamente piezas oratorias definitivas y escritas con tal propósito, sino textos abiertos, flexibles para que otros predicadores puedan “ejercitar su ingenio”. La preparación de varias ediciones y traducciones a otros idiomas acredita la aceptación y difusión de los sermones de Valderrama en su tiempo histórico. Él mismo, entre 1604 y 1607, con el fin de supervisar y autorizar las ediciones de Ejercicios espirituales, extendió poderes a varios agustinos (Juan de Critana, Agustín Antolínez, Andrés de la Varga, etc.), para controlar las impresiones piratas que podían salir de las prensas de Alcalá de Henares, Valencia, Barcelona, Lisboa, Salamanca y Toledo.
Víctima de las fiebres “tercianas” que corrieron por Sevilla de junio a octubre de 1611, falleció Pedro Valderrama el 25 de septiembre de este año, a la sazón prior del Convento San Agustín de Sevilla. Fue sepultado a la entrada del claustro del convento. Luque Fajardo y Pacheco le dedicaron en su memoria famosos epitafios, destacando las cuatro actividades que ocuparon la vida de Pedro de Valderrama: gobierno de frailes, estudio de libros, constructor de iglesias y conventos, además de orador sagrado.
La predicación de Valderrama, según sus coetáneos, poseyó gracia, imaginación, ingenio, afectividad, riqueza de frases y verbos, unos populares otros más cultos, a lo que se suma el dominio de la Sagrada Escritura (2978 citas bíblicas aparecen en las tres partes de los Exercios de la Cuaresma) y de imágenes de la naturaleza. Los sermones del “Crisóstomo sevillano”, según la apreciación de autores antiguos y modernos, son ponderados por su riqueza léxica, erudición y elegante retórica, textos, por lo demás, escritos para personas con cierta preparación y cultura religiosa. Los sermonarios de Pedro de Valderrama se sitúan en la primera línea entre los clásicos de la oratoria sagrada del siglo XVII.
Obras de ~: Sermón que predicó en las honras de don Diego López de Haro, Caballero del Hábito de Calatrava, señor de las Villas de Sorbas y Lubrin, y Caballerizo de Mayor de las reales Caballerizas de Córdoba, Córdoba, Imprenta Andrés Barrera, 1599; Sermón que predicó en San Pablo de Sevilla en la fiesta de la canonización de San Raimundo de Peñafort, Sevilla, Imprenta Francisco Pérez, 1601; Discursos evangélicos, s. l., 1602 (inéd.); Exercicios Espirituales para todos los días de la Quaresma. Primera parte, Sevilla, Imprenta Convento San Agustín, 1602 (Sevilla, Imprenta Francisco Pérez, 1603; Barcelona, 1603; Barcelona, Juan Simón, 1603; Barcelona, Imprenta Jaime Cedrat, 1604; Imprenta Francisco Pérez, Sevilla, 1604; Lisboa, Jorge Rodríguez, 1605; Madrid, Luis Sánchez, 1605; Zaragoza, Carlos Labayen, 1605; Lisboa, 1608; Salamanca, Imprenta Francisco de Cea Tesa y Antonia Ramírez, 1612; trad. it. de E. Gottardi da Rimini, Venecia, Imprenta Giocamo Antonio & Giocomo d’Franceschi, 1609; Venecia, 1619; trad. fr. de G. Chappuys, Paris, 1610); Exercicios Espirituales para todos los días de la Quaresma. Segunda parte, Sevilla, Imprenta Francisco Pérez, 1603 (Barcelona, Imprenta Jaime Cedrat, 1604; Madrid, Imprenta Luis Sánchez, 1604; Lisboa, Imprenta Pedro Crasbeeck, 1605; Zaragoza, Carlos Labayen, 1605; Salamanca, Imprenta Francisco de Cea Tesa y Antonia Ramírez, 1612; trad. it. de E. Gottardi da Rimini, Venecia, Imprenta Giocamo Antonio & Giocomo d’Franceschi, 1609; Venecia, 1619; trad. fr. de G. Chappuys, Paris, 1610); Exercicios Espirituales para todos los días de la Quaresma. Tercera parte, Sevilla, Imprenta Francisco Pérez, 1603 (Barcelona, Imprenta Jaime Cedrat, 1604; Barcelona, Juan Simón, 1604; Lisboa, Imprenta Pedro Crasbeeck, 1605; Madrid, Imprenta Real, 1605; Zaragoza, Carlos Labayen, 1605; Salamanca, Imprenta Francisco de Cea Tesa y Antonia Ramírez, 1612; trad. it. de E. Gottardi da Rimini, Venecia, Imprenta Giocamo Antonio & Giocomo d’Franceschi, 1609; Venecia, 1619; trad. fr. G. Chappuys, Paris, 1610); Primera parte de los exercicios spirituales para todas las festividades de los Sanctos, Lisboa, Imprenta Antonio Álvarez, 1606 (Barcelona, Imprenta Jaime Cendrat, 1607; Madrid, Imprenta Alonso Martín, 1608; Madrid, Imprenta Alonso Martín, 1610); Segunda parte de los exercicios spirituales para todas las festividades de los Sanctos, Lisboa, Imprenta Antonio Álvarez, 1606 (Barcelona, Imprenta Jaime Cendrat, 1607; Madrid, Imprenta Alonso Martín, 1608; Madrid, Imprenta Alonso Martín, 1610); Tercera parte de los exercicios spirituales para todas las festividades de los Sanctos, Lisboa, Imprenta Antonio Álvarez, 1606 (Barcelona, Imprenta Jaime Cendrat, 1607; Madrid, Imprenta Alonso Martín, 1608; Madrid, Imprenta Alonso Martín, 1610; Venecia, 1616); Ejercicios espirituales para los tres domingos de septuagésima, sexagésima y quincuagésima, Lisboa, Antonio Álvarez, 1606 (Lisboa, Antonio Álvarez, 1607; Barcelona, Imprenta Sebastián de Cormellas, 1607; Barcelona, Imprenta Sebastián Matheaut y Lorenzo Deu, 1608; Lisboa, Imprenta Luis Estupiñán, 1608); Sermón primero, de la Concepción de Nuestra Señora, predicado en la gran fiesta que hizo el Excelentísimo Señor Duque de Medina Sydonia, a la calificación de los Milagros de la devotísima imagen de la Caridad, de su ciudad de Sanlúcar de Barrameda, Sevilla, Imprenta Alonso Rodríguez Gamarra, 1609 (trad. it. de E. Gottardi da Rimini, Venecia, 1609; trad. fr. de F. A. Simeón, Paris, 1611); Sermón que predicó en la fiesta de la beatificación del glorioso Patriarca San Ignacio, fundador de la ínclita Orden de la Compañía de Jesús, Sevilla, Imprenta Luis de Estupiñán, 1610 (en F. Luque Fajardo, Relación de la fiesta a la beatificación de San Ignacio de Loyola, Sevilla, Luis Estupiñán, 1610, fols. 1-24; trad. fr. de F. Solier, Poitiers, Antonio Mesnier, 1611; trad. lat., Poitiers, 1611); Sermón que predicó en el insigne monasterio de la Santísima Trinidad, en las honras, y exequias del muy Reverendo Padre Maestro Fray Diego de Ávila. Año de 1611, Sevilla, Imprenta Gabriel Ramos Bejarano, 1611; Razonamiento grave y devoto, que hizo delante del Santísimo Sacramento, estando para recibirle por viático muy cercano a la muerte. Con más un breve Elogio de su vida y predicación por el licenciado Francisco de Luque Faxardo, presbítero, vezino de la mesma ciudad, Sevilla, Imprenta Luis Estupiñán, 1612; Despertar del alma y motivos para tener oración mental, Sevilla, 1612; Teatro de las Religiones, Sevilla, Imprenta Convento de San Agustín, 1612 (Barcelona, Imprenta Lorenzo Deu, 1615; Sevilla, 1616; Venecia, 1616; trad. fr., Paris, 1618).
Bibl.: F. Pacheco, “El Mtro. Fray Pedro de Valderrama”, en Libro de descripción de verdaderos retratos de ilustres y memorables varones de Sevilla, Sevilla, 1599 (ed. facs., pról. de D. Angulo, Madrid, Previsión Española-Turner, 1983, págs. 69-72 y 267-270); F. de Luque Fajardo, Fiel desengaño contra la ociosidad y los juegos [...], Madrid, Miguel Serrano de Vargas, 1603 (ed. y pról. de M. de Riquer, Madrid, Real Academia Española, 1955, col. Biblioteca Selecta de Clásicos Españoles, vols. 16 y 17); Razonamiento grave y devoto que el Padre M. F. Pedro de Valderrama, prior del insigne convento de San Augustín de Sevilla, delante del Santísimo Sacramento, estando para recibirle por viático muy cercano a la muerte. Con más un breve Elogio de su vida y predicación. Dirigido a la provincia de augustinos de Andalucía, para gloria y honra de nuestro Señor, exemplo y consuelo de sus devotos, por el licenciado Francisco de Luque Faxardo, presbítero, vezino de la mesma ciudad, Sevilla, Imprenta Luis Estupiñán, 1612; Ph. Elssio, Encomiasticon Augustinianum, Brusellis, Typ. Francisci Vivieni, 1654, págs. 572-573; N. Antonio, Bibliotheca Hispana Nova [...], t. II, Madrid, 1684 (Madrid, Joaquín Ibarra, 1783, pág. 243; trad. esp. de M. Matilla Martínez y G. de Andrés, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999, págs. 274-275); J. F. Ossinger, Bibliotheca Augustiniana historica, critica et chronologica, in qua mille quadringenti Augustiniani Ordinis scriptores eorumque opera tam scripta, quam typis edita inveniuntur, Ingolstadii, Impr. Joannis Francisci Xavierii Craetz, 1768, págs. 908-909; J. Lanteri, Postrema Saecula sex religionis augustinianae in quibus breviter recensentur illustriores viri augustinenses qui sanctitate et doctrina floruerunt post magnam Ordinis unionem peractam anno MCCLVI ab Alexandro IV usque ad haec tempora, Tolentini, Typ. Guidoni, 1859, pág. 363; F. Borja Palomo, Historia crítica de las riadas o grandes avenidas del Guadalquivir en Sevilla desde su reconquista hasta nuestros días, vol. I, Sevilla, Fr. Álvarez y Cía., 1878, págs. 89-92; H. Moreno [P. G. Olmedo], “Predicadores del Siglo de Oro. El Maestro Fray Pedro de Valderrama”, en Voluntad, 2/9 (15 de marzo de 1920); I. Monasterio, Místicos agustinos españoles, vol. I, El Escorial, Agustiniana, 1929, págs. 396-401; G. de Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, vol. VIII, Madrid, Imprenta Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1931, págs. 55-68; A. Llordén, “Notas bio-bibliográficas agustinianas”, en Archivo Agustiniano, 59 (1965), págs. 359-364; A. Manrique, “Valderrama, Pedro de”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. IV, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1975, pág. 2684; H. D. Smith, Preaching in the Spanish Golden Age. A studie of some preachers of the Reign of Philipe III, Oxford, Clarendon Press, 1978, págs. 6, 10, 12, 16, 24-25, 33, 35, 44, 56-59, 65-66, 73-74, 87- 88, 101-103, 108, 112-113, 132-134, 141-142, 145, 150 y 166; “Some preachers of the Augustinian Order in Spain, 1570-1630”, en Analecta Augustiniana, 45 (1982), págs. 276-277 y 283-288; A. Soria, “La predicación de Pedro de Valderrama (1550-1611) (A propósito de algunas publicaciones recientes)”, en Revista de Literatura, 46 (1984), págs. 19-55; J. M. Gutiérrez, “Pedro de Valderrama”, en El Cristo de San Agustín de Sevilla, Sevilla, Ayuntamiento, Servicio de Publicaciones, 2003, págs. 275-291; F. Salgado, La oratoria sagrada en los siglos XVI y XVII. IV. Predicadores agustinos y carmelitas, Madrid, Fundación Universitaria Española, 2004, págs. 122-165 y 565-567.
Rafael Lazcano González