Castilla, Jaime de. Señor de los Cameros. ¿Sevilla?, 11.VIII.1267 – ?, 9.VIII.1284. Infante de Castilla.
Fue el hijo menor de Alfonso X, rey de Castilla y León, y de su esposa Violante de Aragón. Recibió el nombre de su abuelo materno, Jaime I el Conquistador, aunque no consta que se criara lejos de la Corte paterna, por lo que debió pasar largas temporadas en Sevilla. Poco se sabe de sus años de niñez, salvo que con apenas siete años acompañó a la comitiva regia que atravesó la Península en dirección a Belcaire, donde Alfonso X se entrevistó con el Papa y le argumentó sin éxito su pretensión de ser investido Emperador de Romanos.
Su entrada en la política vino rodeada de un agrio conflicto. En el verano de 1277 Simón Ruiz, ricohombre y señor de los Cameros, fue ajusticiado por orden regia y poco después sus dominios fueron concedidos al infante Jaime, aunque el joven poco tuvo que ver en ello. El motivo no está del todo claro, aunque parece que este noble colaboró con el infante Fadrique en una conjura que pretendía inhabilitar a Alfonso X. Descubiertos, se les acusó de alta traición, se les confiscaron sus propiedades y se les ejecutó en el verano de 1277. No se respetaron los supuestos derechos sucesorios de Juan Alfonso de Haro, nieto del riojano, quizás porque el Monarca entendía que, en tanto la pena incluía la confiscación de sus bienes, podía disponer de un señorío que concebía supeditado a la obediencia de su titular. Además, los Haro se decantaron por el infante Sancho, que pronto se rebeló contra su padre, por lo que es comprensible que Alfonso X prefiriera conservar en su entorno inmediato la administración de aquellas tierras. Así debió de ocurrir en un principio, aunque la inestabilidad política creciente y, quizás, la necesidad de preservar la idiosincrasia del señorío sin por ello renunciar a tenerlo controlado, debieron convencerle de la conveniencia de nombrar un nuevo titular. Por eso, aprovechando las bodas de los infantes Pedro y Juan en febrero de 1281, el Soberano armó caballero a su hijo Jaime y le entregó el señorío de los Cameros.
De poco le sirvió, pues en abril de 1282 los partidarios del infante Sancho se reunieron en Cortes, depusieron formalmente al Rey Sabio y aclamaron a su hijo. De su lado se hallaba la mayor parte de la nobleza, su tío el infante Manuel y sus hermanos Pedro, Juan y Jaime, este último movido acaso por el ímpetu de su juventud y las argumentaciones de sus mayores.
No debía estar muy convencido, porque a comienzos de 1283 abandonó al futuro Sancho IV y regresó junto a su progenitor, que no tardó en recompensarle.
En enero de 1284, cuando apenas conservaba la fidelidad de un puñado de nobles y la lealtad de Sevilla y Murcia, don Alfonso modificó su anterior testamento, aunque mantuvo su intención de legar sus reinos a la descendencia del difunto infante Fernando de la Cerda. A tono con una concepción feudalizante desus dominios, concedió algunos territorios a sus leales, aunque supeditados al acatamiento de estas disposiciones sucesorias y a su sometimiento al futuro rey de Castilla y León. En concreto, al infante Jaime le entregó el reino de Murcia, no se sabe si de forma vitalicia o hereditaria, aunque ni si quiera pudo hacer valer sus derechos sobre este territorio y el de los Cameros.
Falleció al poco tiempo y no nos consta que tuviera descendencia. Respecto al señorío camerano, Sancho IV mantuvo la misma actitud pese a congraciarse con los Haro y conceder a Juan Alfonso algunas de las localidades incluidas en aquellos dominios, pues en 1290 concedió el señorío al infante Pedro, cesión que tampoco perduró.
Bibl.: E. Oca y Merino, Recuerdos de Cameros. Apuntes de Geografía e Historia de la Región, Logroño, Hijos de Merino, 1913; Crónicas de los reyes de Castilla Alfonso X, Sancho IV, Fernando IV y Alfonso XI, ed. de C. Rosell, Madrid, Atlas, 1953 (col. Biblioteca de Autores Españoles, 68); J. de Leza, Los López Díaz de Haro, señores de Vizcaya, y los señores de Cameros en el gobierno de la Rioja durante la Edad Media (1016-1334), Logroño, Graf. Librado Notorio, 1954; Crónica de Alfonso X, ed. M. González Jiménez, Murcia, 1999; M. González Jiménez, Alfonso X el Sabio, Barcelona, Ariel, 2004.
Antonio Sánchez de Mora