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Infante don Felipe

Biografía

Felipe, Infante don. Señor de Cabrera. Sevilla, 28.V.1292 – Madrid, 12.IV.1327 post. Infante de Castilla, tutor real, regente.

Cuarto hijo varón de Sancho IV y María de Molina. Según la Crónica de 1344, era sordo. Fue criado en Sevilla bajo la tutela de Fernán Ruiz de Biedma y su mujer Marina Páez, de procedencia gallega y que recibieron de Sancho IV la villa de Mondéjar. Fue señor de Cabrera y de Ribera, disfrutó de numerosas posesiones, sobre todo en Galicia, y ostentó los cargos de pertiguero mayor de Santiago y adelantado de Galicia. Contrajo matrimonio en 1315 con Margarita de la Cerda, hija de Alfonso de la Cerda el Desheredado, nieto de Alfonso X, y Mafalda, señora de Lunel, en opinión de Salazar y Castro. Sus armas distintivas fueron: de Castilla, mantelado de León, que ofrece una notable singularidad en la evolución de las armas de la Familia Real castellano-leonesa por ser en las suyas las primeras de la Casa Real castellana donde aparece lo que el doctor Faustino Menéndez Pidal denominó “particiones oblicuas”, que luego serán reiteradamente usadas en sus armas por los descendientes de Alfonso XI y Pedro I.

Tras la muerte de su padre, el rey Sancho IV, ante las conspiraciones surgidas, su madre María de Molina envió a los infantes con gente de confianza a lugares seguros. El infante Felipe fue enviado a Villalpando “con sus vasallos, que era mozo sin edad”. Llevado luego a Toro, tuvo su primer acto político antes de cumplir los siete años de edad, en 1298, cuando el pertiguero Fernán Rodríguez de Castro, aliado del rey de Portugal y del infante Juan levantó Galicia en contra de los derechos del rey Fernando IV. Con este motivo, la reina María de Molina decidió enviar desde Toro con una hueste al infante Felipe para que en torno suyo se concentraran los partidarios del rey Fernando en las tierras gallegas. Todavía en 1305 se hallaba pacificando Galicia, cuando, mientras estaba en Monforte, tuvo lugar una batalla con Fernán Rodríguez de Castro, que se mantenía sublevado contra Fernando IV y que estaba casado con una hija ilegítima de Sancho IV, Violante, habida con María de Ucero. Tras arengar las tropas del infante su ayo Fernán Ruiz, y siendo don Felipe apartado por su seguridad del campo de batalla, sus vasallos consiguieron la victoria y dieron muerte a su rival, con lo que consiguieron la pacificación pretendida de Galicia.

Sin embargo, es durante la minoría de edad de Alfonso XI cuando su protagonismo político se acrecienta significativamente. Tras la prematura muerte de Fernando IV, se ve inmerso en las luchas por la tutoría real que se desencadenaron de inmediato. Así, inicialmente, en 1312, quedó inserto en uno los partidos que se formaron, integrado, además, por don Juan, don Juan Núñez de Lara, don Alfonso, hijo del infante Juan, Fernando de la Cerda, Pero Ponce y García de Villamayor; se reunió en Sahagún con los procuradores de las ciudades del reino. Con ello, se pretendía excluir de la tutoría al infante Pedro, por lo que éste echó en cara a don Felipe que no estuviera de su lado. Esto hizo que don Felipe actuase de mediador entre don Pedro y el otro grupo, por lo que se dirigió a Valladolid para entrevistarse con su madre en busca de una solución pactada, mediante un reparto equilibrado de poderes, para evitar el conflicto armado. Posteriormente, participó en las Cortes de Palencia de 1313, en las que siguió en las negociaciones sobre la tutoría real.

Sin embargo, fue tras la muerte de los infantes don Juan y don Pedro en la vega de Granada, en 1318, cuando toma verdadero protagonismo político de cara a lo que fue la segunda tutoría del futuro rey Alfonso XI. Frente al infante Felipe, el turbulento don Juan Manuel pretendía alzarse con la tutoría real.

Ante el enfrentamiento entre ambos, que parecía inevitable, Juan el Tuerto esperaba verse beneficiado; por su parte, la reina María de Molina trataba de salvaguardar la preeminencia política de don Felipe.

Aunque la posición de don Juan Manuel era decididamente beligerante, sorprendentemente se alcanzó un acuerdo entre él y don Felipe, proclamándose tutores, lo que fue rechazado desde Burgos por Juan el Tuerto, quien, de esta manera, obtuvo el apoyo de Fernando de la Cerda y el arzobispo de Santiago Berenguer de Landore, personalmente enemistado con don Felipe, y trató de lograr el respaldo de la reina María.

Tras mantener enfrentamientos con los partidarios de Juan el Tuerto en León, don Felipe marchó a la frontera andaluza, donde fue reconocido tutor por los reinos de Jaén y Sevilla, a la vez que firmaba un pacto con el rey de Granada, mientras don Juan Manuel se mantenía receloso en Córdoba. Mientras tanto, don Juan Manuel, por su lado, y don Felipe, por el suyo, se intitulan tutores, controlando, en realidad, sólo ciertas partes del reino. Tras distintas negociaciones, con importante mediación de la reina María, se llegó a las Cortes de Valladolid en el mismo estado de tripartición enfrentada de tutorías entre Juan el Tuerto, don Juan Manuel y don Felipe, que tuvo el apoyo de la mayor parte de Andalucía, Galicia y las ciudades que apoyaban a su madre. Tras la imposición de distintas condiciones tocantes al mantenimiento del realengo y de los privilegios y franquezas de las ciudades, éstas reconocieron una tutoría compartida por don Felipe y Juan el Tuerto durante cuatro años, hasta la mayoría de edad del Rey. Tal solución dejó insatisfechos a ambos contendientes, por lo que rápidamente se desataron nuevas confrontaciones. Aliado Juan el Tuerto con don Juan Manuel, mantuvieron continuados enfrentamientos con los partidarios de don Felipe, se sucedieron las proclamaciones a favor de uno u otro tutor, mientras don Felipe sufrió la pérdida de algunos apoyos importantes como las ciudades de Segovia y Sevilla.

Como el año de 1324 había sido crítico para la situación general del reino, ante las continuas alteraciones que se producían por el conflicto sobre las tutorías, se aceleró todo lo posible la proclamación de la mayoría de edad de Alfonso XI, lo que tuvo lugar en agosto de 1325. Tras dicha proclamación, don Felipe se mantuvo leal al nuevo Monarca, a pesar de que éste hizo recaer la privanza en Álvar Núñez de Osorio, que se encargó de pacificar el reino. Tras haberse preparado una campaña a la frontera, Alfonso XI tuvo una entrevista con don Felipe en Madrid, en abril de 1327. En los días inmediatos el infante se sintió repentinamente enfermo, por lo que hizo testamento el 12 de abril, en el cual reveló que había tenido con Estefanía Gómez una hija natural, María, a la que reconocía derechos de herencia en el caso de que doña Margarita no acabase teniendo heredero legítimo, lo que no sucedió. También se recogió en el testamento la importante cantidad de deudas que tenía contraídas, sobre todo con Álvar Núñez Osorio y con Yuzef de Écija. Señalaba como lugar para su enterramiento el convento de Santa Clara de Allariz, donde tenía dotada capilla. Murió aquel mismo mes de abril en las casas de la iglesia de San Miguel, en el arrabal madrileño.

 

Bibl.: A. Ballesteros Beretta, “Un testamento histórico”, en La España Moderna: Revista Ibero-Americana, 251 (1909), págs. 166-167; M. Gaibrois de Ballesteros, Historia del reinado de Sancho IV de Castilla, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1922-1928, 3 vols.; María de Molina, tres veces reina, Madrid, Espasa Calpe, 1936; F. Menéndez Pidal de Navascués, Heráldica Medieval Española. I: La Casa Real de León y Castilla, Madrid, Hidalguía, 1982; C. González Mínguez, “Aproximación al estudio del ‘Movimiento Hermandino’ en Castilla y León”, en Medievalismo. Boletín de la Sociedad Española de Estudios Medievales, 1 (1991), págs. 35-55, y 2 (1992), págs. 29-60; J. M. Nieto Soria, Sancho IV, Palencia, Diputación Provincial- Editorial La Olmeda, 1994; J. Sánchez-Arcilla Bernal, Alfonso XI, Madrid, Palencia, Diputación Provincial- Editorial La Olmeda, 1995; M. González Jiménez, “Sancho IV, infante”, en Historia. Instituciones. Documentos, 28 (2001), págs. 151-216.

 

José Manuel Nieto Soria

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