Palacio y Santibáñez, Pedro Antonio. Cádiz, 1773 – ?, 1836. Capitán de fragata de la Armada, secretario del Rey con ejercicio de decretos, consejero real de España e Indias.
Hijo de Pedro de Palacio y Alcedo y de Ana Santibáñez Martínez. Sentó plaza de guardia marina en el Colegio Naval Sacramento, llamado también de la Reina, en la isla de León (hoy San Fernando), el 19 de febrero de 1789. Realizados los estudios elementales, embarcó en el navío Salvador del Mundo, de la insignia y escuadra de José Solano y Bote, marqués del Socorro, con la que hizo la campaña del cabo Finisterre, protegiendo la recalada de los buques procedentes de América.
El 13 de julio de 1790 se le destinó al navío Conde de Regla, de la misma escuadra, y en él ascendió a alférez de fragata con fecha 26 de abril de 1791. Seguidamente transbordó al San Hermenegildo, del que, después de llevar a cabo varios cruceros por el océano Atlántico, desembarcó en marzo de 1792. Hasta marzo de 1793, realizó diversos corsos por el Mediterráneo con las fragatas Casilda y Cecilia.
El 25 de mayo de 1793 se firmó en Aranjuez el tratado provisional de alianza entre España e Inglaterra contra la Francia revolucionaria. Embarcó Pedro Palacio sucesivamente en los navíos Real Carlos y San Fernando, ambos de la escuadra del teniente general de la Armada Francisco de Borja. Desde Cartagena salieron para el golfo de Parma, apresando a la fragata francesa Elena y hundiendo a la Rinchou; desembarcaron en las islas de San Pedro y San Antonio en Cerceña, que tomaron, y cruzaron las costas de Italia y Francia protegiendo las operaciones de los ejércitos piamonteses y napolitanos en las riberas del Var, aunque se vieron obligados a arribar a Cartagena debido a una epidemia que afectó a más de tres mil hombres de las dotaciones.
Embarcado en el navío Concepción, se le nombró ayudante del teniente general José de Mazarredo y con su escuadra se trasladó al Mediterráneo del que regresó a Cádiz a bordo de la fragata Florentina. Había ascendido a alférez de navío con antigüedad de 22 de noviembre de 1794. Con el Tratado de Basilea del 22 de julio de 1795, se dio fin a la guerra y España entregó a Francia, entre otras, la parte española de la isla de La Española (Santo Domingo).
El 18 de agosto de 1796 se firmó en San Ildefonso el tratado de alianza ofensiva y defensiva entre España y la República francesa, con lo que, inevitablemente, se rompieron las hostilidades con la Gran Bretaña ante los directos agravios de esta nación. Pedro de Palacio estaba embarcado en el “coloso de los mares”, navío Santísima Trinidad, el buque de cuatro puentes más grande de la época. Desempeñaba su destino a bordo en la plana mayor de la escuadra, cuyo mando ostentaba el teniente general José de Córdova y Ramos. Salió la escuadra a la mar el 1 de febrero de 1797, sosteniendo con la inglesa del almirante Jervis, catorce días después, el combate sobre el cabo San Vicente, de negativo resultado para las armas españolas, destacando la actuación del comodoro inglés Nelson. El Santísima Trinidad, desmantelado y con graves averías, sufrió la baja de más de la mitad de su dotación. El general Córdova, la misma noche del combate, tuvo que transbordar, acompañado de su plana mayor, a la fragata Diana, y de ésta al navío Conde de Regla, entrando en Cádiz el día 3 de marzo.
Pocos días después se trasladó al navío Concepción, de la insignia y escuadra de José de Mazarredo, a quien el Gobierno le había levantado el destierro, poniéndolo al frente de los buques españoles, del que en mal momento lo alejó. Pedro de Palacio formaba parte de la plana mayor de esta escuadra. Asistió en julio de 1797 a la acertada defensa de Cádiz, contra el asedio de la armada inglesa mandada por Jervis, al que su país había recompensado con los títulos de conde de San Vicente y barón de Meaford. Los ataques los dirigía el ya contralmirante Nelson, siendo rechazados una y otra vez por las fuerzas sutiles gaditanas. El 6 de febrero de 1798 salió Pedro de Palacio con la escuadra de Mazarredo en persecución de los buques ingleses, llegando a la altura de Lisboa. A la vista de la escuadra de Jervis, estacionada en puerto, se confirmó la certeza de que, a pesar de la promesa del rey de Portugal de no aceptar en sus aguas más de seis buques de guerra, tenían allí los ingleses arsenal y almacenes. Volvió Mazarredo sin precipitación a la bahía de Cádiz sin oposición alguna. El bloqueo inglés había resultado ineficaz, hostigados sus navíos por las lanchas armadas españolas.
El 13 de mayo de 1799 salió a la mar con la escuadra de Mazarredo, esta vez rumbo al Mediterráneo para unirse a la del francés Eustache Bruix, al objeto de reconquistar la isla de Menorca. Un recio temporal les obligó a entrar en Cartagena para reparar averías y en esta ciudad departamental se incorporó Bruix con sus navíos. No era la intención de la República francesa recuperar para España la isla balear, por lo que la escuadra combinada se dirigió a Brest y el 9 de agosto de 1799 fondeó en aquel puerto de Bretaña. A Palacio se le había autorizado en octubre de aquel año a contraer matrimonio con Cayetana Escalante Grandara. Permaneció la escuadra en Francia, hasta que por la Paz de Amiens, de 27 de marzo de 1802, se puso fin a la guerra, regresando a Cádiz el 13 de mayo siguiente. A su llegada, a Palacio se le nombró ayudante del Arsenal de La Carraca, ascendiendo al empleo de teniente de fragata el 5 de octubre de 1802.
El 12 de diciembre de 1804 España declaró la guerra a Inglaterra por el alevoso ataque, dos meses antes, del comodoro inglés Moore a cuatro fragatas españolas procedentes de Montevideo. En febrero de 1805 embarcó Pedro de Palacio, como ayudante de la mayoría general de la escuadra de Federico Gravina y Nápoli, en el ya para él conocido navío Santísima Trinidad. Transbordó con Gravina y su plana mayor al navío Argonauta, con el que zarpó de Cádiz el 10 de abril, unido a la escuadra francesa del almirante Villeneuve, rumbo a la Martinica. Asistió a la toma del fuerte de la isla del Diamante y apresamiento de un convoy inglés.
A su regreso a España la escuadra francoespañola sostuvo, el 22 de julio de 1805, a la altura del cabo Finisterre, un combate de resultado incierto con la escuadra inglesa del almirante Calder. Finalizada la lucha y alejados los contendientes, entró la combinada en Vigo y luego, la española, en Ferrol y la francesa, en La Coruña. Fondeadas ambas en la ría de Ares, pusieron rumbo a Cádiz, llegando el 20 de agosto inmediato. Palacio no asistió al combate de Trafalgar, que enfrentó el 21 de octubre de 1805 a la combinada, mandada por Villeneuve y la inglesa, del almirante Nelson, ya que ocho días antes, enfermo, tuvo que ser hospitalizado. No obstante, el 24 de octubre, ya recuperado, se le destinó al navío Príncipe de Asturias, prestando servicio en la plana mayor de la escuadra. Obtuvo el empleo de teniente de navío el 23 de febrero de 1808.
En la Guerra de la Independencia contra Napoleón, se halló Pedro de Palacio, entre los días 9 al 14 de junio de 1808, en el combate y rendición de la escuadra francesa del almirante Rosilly. Quedó después a las órdenes del jefe de escuadra Estanislao Juez Sarmiento.
El 1 de marzo de 1818 se ocupó de la secretaría del comandante general del apostadero de La Habana; pero por poco tiempo, ya que en junio de aquel año volvió a las órdenes de Juez Sarmiento, en comisión de la Regencia, para la redacción en Sevilla de las ordenanzas del Cuerpo de Oficiales de Mar. Invadida Andalucía por las fuerzas francesas del general Soult y establecido el cerco a la bahía gaditana, pasó destinado a las fuerzas sutiles, mandadas por el teniente general Cayetano Valdés, en cuya plana mayor desempeñó sus funciones, hasta el 15 de junio de 1813, en que se le nombró segundo ayudante secretario de la Mayoría General de la Armada.
Permaneció en este puesto durante dos años y cesó en él por haber ascendido a capitán de fragata con antigüedad de 30 de mayo de 1815. En marzo del año siguiente quedó agregado a la secretaría del Supremo Consejo del Almirantazgo. Por Real Orden de 23 de noviembre de 1821 se le confirió el nombramiento de oficial octavo de la secretaría de Marina y con esta fecha se le dio de baja en la Armada.
Al comienzo de la Década Ominosa, cesó en su destino, sin que volviese al cuerpo general de la Armada. El rey Fernando VII, por Real Orden de 4 de enero de 1825, mandó que Pedro Palacio y otros oficiales que se encontraban en su mismo caso, fuesen “purificados” en la Juntas de los Departamentos y después podrían solicitar sus empleos anteriores a la Revolución. El 26 de junio de 1825 se aprobó su “purificación” y al mes siguiente se le agregó a la secretaría de Marina. Obtuvo el título de secretario del Rey con ejercicio de decretos y en 1835, dada nueva forma a la secretaría de Estado y del despacho de Marina, se le designó consejero real de España e Indias, en la sección de Marina, hasta su extinción a finales de 1836 en que permaneció cesante; falleció al poco tiempo.
Estaba en posesión de la Cruz de la Orden de Carlos III, la de comendador de Isabel la Católica y la Cruz y Placa de San Hermenegildo.
Fuentes y bibl.: Archivo Museo don Álvaro de Bazán (El Viso del Marqués, Ciudad Real), leg. n.º. 620/880.
F. Pavía y Pavía, Galería Biográfica de los Generales de Marina, Apéndice, Madrid, Imprenta J. López, 1873, págs. 235-238; D. Válgoma, Real Compañía de Guardias marinas y Colegio Naval, Madrid, Instituto Histórico de la Marina, 1943.
José Carlos Fernández Fernández