Fernández Vallesa, Sebastián. Coria (Cáceres), 20.I.1783 – Madrid, 28.III.1846. Abogado y político liberal.
Se le bautizó como Sebastián Pablo María y sus padres fueron Juan Fernández Díaz del Pilar, abogado de los Reales Consejos, y Manuela Vallesa Valiente.
En algunos documentos su segundo apellido aparece como Ballesa y en el Diario de Sesiones de las Cortes como Balleza o Valleza. Falleció soltero, aunque en su testamento militar reconoce la existencia de dos hijos, de diez y nueve años. Ambos fueron fruto de su relación con Catalina Cuesta, quien posteriormente pasó a residir en El Puerto de Santa María.
En 1797 inició su formación, previa a la universitaria, cursando Lógica y Metafísica, Filosofía Moral y Retórica. A continuación inició estudios de Derecho en la Universidad de Salamanca (1799) y obtuvo el título de bachiller en Leyes por dicho centro (2 de septiembre de 1805).
La Guerra de la Independencia cortó su carrera en el ejercicio del Derecho. En diciembre de 1808 empezó a trabajar en la Auditoría general del Ejército de La Isla, a las órdenes de Manuel Vicente Fernández.
Esta experiencia le sirvió para solicitar en enero de 1810 que se le admitiese al examen para ser recibido como abogado de los Reales Consejos. La ocupación de Sevilla por las tropas de José I, le impidió completar el proceso y perdió todas sus acreditaciones.
Unos meses más tarde (14 de junio de 1810), solicitó que se le admitiese suplir la mencionada documentación mediante la declaración de testigos. A finales de julio superó dichas pruebas y continuó en la misma actividad de apoyo al auditor general del 4.º Ejército. Dos años más tarde asumió interinamente dicho puesto y como la guerra había tomado un cariz diferente, empezó a preparar su futuro, para lo que solicitó colocación “en alguna de las plazas de oficiales o empleados subalternos” del Consejo de Estado o de las distintas secretarías (2 de julio de 1812).
Al parecer tras la guerra se afincó en Cádiz, donde ejerció la profesión de abogado. En 1819 se le encuentra en el grupo de civiles que preparó la sublevación de Riego para restablecer la Constitución, y se integró en dichas tropas en calidad de auditor de guerra (10 de enero de 1820). Tras el triunfo del levantamiento continuó en Cádiz con la misma responsabilidad.
Tras la crisis del Gobierno de Evaristo San Miguel, fue nombrado para integrar el gabinete que, bajo la presidencia de Álvaro Gómez Estrada, estaba destinado a ocuparse de las carteras una vez que sus titulares hubiesen leído sus memorias ante las Cortes. Su nombramiento tiene fecha de 15 de marzo y su cese, de 25 de abril de 1823.
Su participación en la política del Trienio Liberal le obligó a exiliarse. En 1830 se encargó de remitir desde Gibraltar fondos para la preparación de sublevaciones liberales en el sur de España.
Tras el fallecimiento de Fernando VII empezó a recuperar su situación. El 14 de abril de 1835 se le nombró ministro togado suplente del Tribunal Supremo de Guerra y Marina, y una semana más tarde se le reconoció su condición de auditor de Guerra con antigüedad de 1820.
A principios de 1836 (elecciones de 26 de febrero) fue elegido diputado por Cádiz junto a algunas de las personalidades políticas más importantes del momento.
La representación gaditana estaba integrada por Antonio Alcalá Galiano, Juan Álvarez Mendizábal, Francisco Javier Istúriz y Bartolomé Gutiérrez Acuña. Su acta fue aprobada sin problemas y juró el cargo el 23 de marzo.
Formó parte de la Comisión de Gracia y Justicia.
En la discusión del Discurso de la Corona tomó parte para apoyar que se hiciesen los mayores esfuerzos en pro de acabar con la guerra. Pero al mismo tiempo, junto con sus compañeros de diputación por Cádiz, tuvo un duro enfrentamiento con Mendizábal por cuestiones relacionadas con las facultades que concedía el voto de confianza. Tras la disolución de las Cortes fue nuevamente elegido por Cádiz para unas Cortes que no llegaron a constituirse por haber sido disueltas tras la sublevación de los sargentos en La Granja. Un mes más tarde (28 de septiembre de 1836) fue cesado del cargo de ministro togado del Tribunal Supremo de Guerra y Marina.
Tras el regreso de los moderados volvió a ocupar puestos de relevancia. Se presentó a las elecciones del Senado por la provincia de Sevilla y figuró en la terna de propuestos. El 7 de noviembre de 1837 fue elevado a la condición de ministro del Tribunal Supremo de Guerra y Marina, y unos días más tarde (13 de noviembre de 1837) el Gobierno lo nombró senador por Sevilla.
Su admisión en la Cámara Alta fue postergada en tanto no demostrase estar en posesión de los requisitos económicos previstos por la legislación. Se mantuvo en la Cámara hasta 1840, pero su presencia en ella no fue muy notable. Formó parte de comisiones muy diversas (justicia, educación, actas, administración de justicia, hacienda, etc.) y sólo intervino en dos ocasiones con motivo del discurso de la Corona, para aclarar cuestiones relacionadas con el Tribunal del que era miembro.
No hay datos sobre su paso a la condición de cesante, que debió de coincidir con la regencia de Espartero.
El 28 de diciembre de 1843 fue repuesto en el Tribunal por un Gobierno que presidía Luis González Bravo y en cuya cartera de Guerra se encontraba Manuel Mazarredo. Se mantuvo en el puesto hasta el momento de su muerte, que tuvo lugar el 28 de marzo de 1846.
Sus albaceas testamentarios fueron Francisco Javier Istúriz y Cristino Juille. Durante toda su vida mantuvo una estrecha relación con Istúriz, quien en el testamento es mencionado como “mi íntimo amigo”.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Sección 1.ª, leg. F-1186; Archivo Histórico Nacional, Consejos, leg. 11990 exps. 19 y 31, 12156, n.º 90; Estado, leg. 884; Fondos contemporáneos, Ministerio del Interior, Personal, leg. 173; Archivo Histórico de Protocolos (Madrid), 25.290; Archivo de la Universidad de Salamanca, caja 142, exp. 10; Archivo del Senado, exps. personales, sign. HIS-0160-03; Archivo del Congreso de los Diputados, Serie Documentación electoral, 12, n.º 10.
P. Janke, Mendizábal y la instauración de la monarquía constitucional en España (1790-1853), Madrid, Siglo XXI, 1974; A. Gil Novales (dir. y coord.), Diccionario biográfico del Trienio Liberal, Madrid, El Museo Universal, 1991; V. Herrero Mediavilla (dir.), Archivo biográfico de España, Portugal e Iberoamérica, München, Saur [1986-2005], II, microficha 340, n.º 180.
José Ramón Urquijo Goitia