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Juan José García-Carrasco y Gómez-Benítez

Biografía

García-Carrasco Gómez-Benítez, Juan José. Conde de Santa Olalla (I). Cáceres, 15.VII.1799 – 16.VIII.1851. Hacendado y político.

Fue bautizado con los nombres de Juan José Enrique María del Carmen. Su familia era originaria de Montenegro, en la provincia de Soria. Cuando su padre tenía diez años, la familia había trasladado su residencia a Cáceres, en donde fue ascendiendo socialmente hasta adquirir una gran fortuna y casarse con María Catalina Gómez-Benítez Merino, hija de un abogado de la Audiencia. El matrimonio tuvo varios hijos. El mayor, Juan José, desarrolló una importante carrera política, siendo diputado en numerosas ocasiones; su hija Teresa contrajo matrimonio con Juan Donoso Cortés.

El padre fue nombrado caballero supernumerario de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III (20 de octubre de 1819).

Juan José contrajo matrimonio en 1817 con María Teresa Ladrón de Guevara y Blázquez, de quien tuvo dos hijas y un hijo llamado Hipólito, que fue diputado por Cáceres en 1857.

Al finalizar la Guerra de la Independencia su padre le envió a estudiar ciencias en el Real Seminario de Vergara (23 de marzo de 1814-20 de julio de 1816), formación que completó posteriormente en el extranjero, en especial en Inglaterra, de donde regresó en 1817. De dicho país, además de su formación económica, trajo un nítido compromiso político con el liberalismo, de forma que, tras la victoria de los liberales en 1820, se convirtió en uno de los principales líderes de dicha ideología en Extremadura. Con sus propios bienes sufragó parte de los gastos de puesta en marcha de la Milicia Nacional.

En 1823 intentó organizar la defensa de Extremadura frente a las tropas francesas del duque de Angulema, pero cayó prisionero. Tras conseguir escapar, se dirigió a Portugal, de donde se trasladó a Inglaterra, iniciando un corto exilio.

Las notables relaciones económicas, y en consecuencia políticas, de su familia condicionaron que su exilio fuese bastante liviano, a pesar de la vigilancia a la que estaba sometido. De Londres se trasladó a Fráncfort, y de allí llegó a París (25 de septiembre de 1824), acompañado de sus amigos José Félix Muñoz y Marcos Marín y Venegas. Pocos días más tarde (9 de octubre de 1824) se trasladaron a Londres. A principios de 1826, la policía francesa dio cuenta (31 de marzo de 1826) de que regresó a España, el mismo año que su hermano Rufino, de quien se informó que tenía una estrecha amistad con Yandiola. En los años sucesivos realizó diversos viajes a Francia (1829 y 1830), sin duda por motivos comerciales.

Tras su llegada a España, se instaló en Madrid, mientras que su hermano lo hacía en Cáceres, actuando de forma complementaria en la empresa familiar. Tras los sucesos de julio de 1830 en Francia y los intentos militares de los liberales españoles, Fernando VII adoptó una serie de medidas represivas, entre las que figuraba el destierro de García-Carrasco, a quien se fijó residencia en Manzanares. Dicha medida fue levantada al poco tiempo.

Tras la muerte de Fernando VII, parece que ambos hermanos tuvieron un importante papel en Madrid y Extremadura en la consolidación del trono de Isabel II y en la del Partido Liberal. Baroja los menciona en diversas ocasiones en su obra La Isabelina, asignándoles un papel importante en las posiciones más radicales del liberalismo.

Tras la aprobación de la Constitución de 1837, fue elegido diputado por Badajoz, acompañando en las Cortes a su hermano Rufino. Su acceso al escaño se produjo por la renuncia de Antonio González, quien optó por el Senado. En el ejercicio parlamentario defendió los intereses de Extremadura e intervino principalmente en cuestiones económicas. Asimismo apoyó todas las medidas destinadas a finalizar la guerra en el plazo más breve posible, incluida la intervención de tropas francesas. En estos momentos era ya apreciable su reubicación política en el moderantismo.

En 1840 fue elegido senador por Badajoz, resultando reelegido tanto en 1843 como en 1844, y poco después fue nombrado senador vitalicio (15 de agosto de 1845). En el período de sesiones iniciado en 1841 ocupó el puesto de primer secretario. Durante estos años, de la mano de su cuñado Donoso, inició una intensa relación con la reina María Cristina, llegando a actuar de transmisor de noticias con el Gobierno durante los sucesos de octubre de 1841.

Su actividad en el Senado se centró lógicamente en las cuestiones económicas, pero al mismo tiempo se convirtió en adalid de la Reina Gobernadora, restando legitimidad al gobierno de Espartero. Especialmente emotivas fueron sus intervenciones sobre la renuncia de María Cristina, que comparó con las de Bayona forzadas por Napoleón o sobre la tutoría de Isabel II.

Tras la expulsión de Espartero, formó parte del primer gabinete netamente moderado que se creó bajo la presidencia de Luis González-Bravo para sustituir al progresista de Olózaga. En dicho Gobierno ocupó la cartera de Hacienda (10 de diciembre de 1843 - 3 de mayo de 1844). En los escasos meses en que se mantuvo en el cargo dictó importantes disposiciones. Entre ellas cabe mencionar la anulación de la suspensión aprobada en 1841 de la asignación concedida a la Reina Gobernadora, o la creación del Banco de Isabel II. Un importante número de sus disposiciones estaban destinadas a acelerar la venta de los bienes desamortizados.

Castro, en su obra sobre los ministros españoles, considera que “más que verdadero hacendista de experiencia y fecundo en recursos, era un arbitrista empírico, incapaz de sacar a la nación del estado de postración en que se hallaba”.

Tras dejar el ministerio, se trasladó a Francia a reponer su salud.

En 1850 unas operaciones de bolsa le llevaron a la ruina, que le provocó la locura. Su familia le llevó a Extremadura, en donde falleció poco después.

Por Real Decreto de 12 de enero de 1836 se sirvió Su Majestad la Reina Gobernadora hacer merced de la gracia de Cruz Supernumeraria de la Distinguida Orden Española de Carlos III. Unos meses más tarde fue nombrado secretario de Su Majestad, honor al que renunció por haber sido elegido diputado. Tras su paso por el ministerio, recibió (29 de marzo de 1844) el título de conde de Santa Olalla para agradecer sus servicios prestados a la Reina y muy especialmente “en tiempos difíciles a mi muy cara y augusta madre”.

Contaba además con la Gran Cruz de Cristo de Portugal y el título de gentilhombre de cámara con ejercicio.

García-Carrasco tenía diversas propiedades en Extremadura, algunas de las cuales fueron adquiridas durante el proceso desamortizador.

 

Fuentes y bibl.: Archives Nationales (Paris), F7 12.045 y 12.047; Archivo General Militar (Segovia), Célebres, caja 61, exp. 2; Archivo Histórico Nacional, Consejos, leg. 8981, año 1844, n.º 10; leg. 8984, año 1853, n.º 342; leg. 12109, n.º 31; Diversos Títulos y Familias legs. 3376, 3412, 3520 y 3539; Estado, Orden de Carlos III, exps. 1776 y 2323; Órdenes Militares, Alcántara, exps. modernos, 167 y 168; Archivo Histórico de Protocolos, legs. 25307 y 25380; Archivo-Museo don Álvaro de Bazán (El Viso del Marqués, Ciudad Real), Cuerpo General, exps. personales, 448/8515 y 8516; Archivo del Senado, sign. His 0430-03; Servicio Histórico Militar, exps. personales, Rollo 24.

M. Muñoz de San Pedro, “La esposa de Donoso Cortés (los García-Carrasco)”, en Revista de Estudios Extremeños, IX (1953), págs. 375-449; J. Martínez Ruiz, Filiación de los seminaristas del Real seminario Patriótico Bascongado y de Nobles de Vergara, San Sebastián, Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País, 1972; V. Herrero Mediavilla (dir.), Archivo biográfico de España, Portugal e Iberoamérica, Múnich, Saur [1986-2005], I microficha 372 n.os 76-81; II microficha 379, n.os 10-11 y 19; F. J. Mayans Jofre (dir.), Gran enciclopedia extremeña, vol. V, Mérida, Edex, 1989-1992, págs. 124 y 125; A. Rull Sabater, Diccionario sucinto de Ministros de Hacienda (siglos XIX y XX), Madrid, Ministerio de Economía y Hacienda, 1991; A. Gil Novales (dir. y coord.), Diccionario biográfico del Trienio Liberal, Madrid, El Museo Universal, 1991; F. Suárez, Vida y obra de Juan Donoso Cortés, Pamplona, Ediciones Eunate, 1997; Ministros de Hacienda, de 1700 a 2004: tres siglos de historia, Madrid, Ministerio de Hacienda, Subdirección General de Información, Documentación y Publicaciones, Centro de Publicaciones [2003].

 

José Ramón Urquijo Goitia

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