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Fernando Norzagaray y Escudero

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Biografía

Norzagaray y Escudero, Fernando de. San Sebastián (Guipúzcoa), 29.VII.1808 – Madrid, 12.IX.1860. Militar y político.

Fueron sus padres Fernando Norzagaray Casado, sargento mayor de brigada del Cuerpo de Ingenieros, y Faustina Escudero Villanueva.

A los pocos meses de nacer quedó huérfano de padre, muerto en la Guerra de la Independencia al efectuar el 15 de febrero de 1809 la voladura del puente de Almaraz (Cáceres), por lo que en el mes de mayo de 1816 se le concedió la gracia de cadete de menor edad en el Regimiento Real de Zapadores Minadores Pontoneros, en el que en julio de 1820 comenzó a prestar sus servicios y a realizar sus estudios.

En marzo de 1823 pasó a disfrutar licencia temporal en Alcalá de Henares, a la espera de poder continuar sus estudios en la Academia de Ingenieros. No siguió a su Regimiento cuando partió para incorporarse al Ejército liberal y se ocultó en Madrid hasta la entrada del Ejército de Angulema, el 23 de mayo. Posteriormente contribuyó a la reorganización del Regimiento de Zapadores, al que se incorporó como abanderado y en el que permaneció hasta su disolución en el mes de noviembre. Pasó entonces agregado al Regimiento de Infantería del Rey y continuó sus estudios en la Real Academia de San Fernando.

En mayo de 1824 solicitó el ingreso en la Guardia Real de Infantería, en la que en enero de 1825 fue nombrado alférez, con destino en el 1.er Regimiento de Granaderos, con el que prestó servicios de guarnición en Alcalá de Henares y Guadalajara. En 1826 fue ascendido a teniente del mismo Cuerpo.

En 1827 pasó a formar parte del Ejército de Observación del Tajo y al año siguiente guarneció Barcelona, acompañando como escolta a Fernando VII desde esa ciudad hasta Madrid. Durante los años siguientes alternó sus servicios entres estas dos poblaciones.

Con motivo de la sublevación de Morella (Castellón), en el mes de noviembre de 1833 partió hacia la provincia de Teruel; fue nombrado jefe de la Plana Mayor de la columna del coronel Linares y participó al mes siguiente en las acciones del puerto de Beceite y de Calanda.

En 1834 destacó por su valeroso comportamiento en la provincia de Navarra en la acción de Lumbier, donde ganó el grado de teniente coronel, siendo recompensado en Muez con la Cruz de San Fernando de 1.ª Clase y en Erice con la Cruz Laureada de la misma Orden.

En febrero de 1835 fue ascendido a capitán; en el mes de julio intervino en el levantamiento del sitio de Bilbao y en la batalla de Mendigorría (Navarra), en septiembre en la acción de Los Arcos (Navarra) —por la que fue recompensado con el empleo de comandante—, y en octubre en las del castillo de Guevara y venta de Echevarría (Álava). Como consecuencia de su ascenso tuvo que causar baja en la Guardia Real, siendo trasladado al Regimiento del Infante.

Al año siguiente intervino en el establecimiento de las líneas de Zubiri y los fuertes de Valmaseda y del valle de Mena, lugar este último en el que se enfrentó a los carlistas en las acciones de Orrantia, Santecilla y Gijano. En mayo fue nombrado jefe de la Plana Mayor de la 2.ª División del Ejército del Norte, interviniendo a continuación en la provincia de Álava en los combates de Galarreta, Arlabán y Villarreal, en el levantamiento del sitio de Peñacerrada, y seguidamente en noviembre, en Vizcaya, en la acción del puente de Castrejana y en la retirada de Portugalete. Al mes siguiente tomó parte en el levantamiento del tercer sitio de Bilbao y en la batalla de Luchana, por lo que recibió una segunda Cruz de San Fernando de 1.ª Clase.

Tras intervenir en 1837 en la toma de Oriamendi y de las líneas de Hernani (Guipúzcoa), combatió en Ausejo (La Rioja) y en el levantamiento del sitio de Lodosa (Navarra). En el mes de octubre se le encomendó la misión de trasladarse a Madrid para informar al Gobierno del lastimoso estado en que se encontraba el Ejército del Norte a consecuencia de la falta de recursos, que había provocado el asesinato de algunos generales (Sarsfield, Ceballos-Escalera) y otros desórdenes; durante el viaje corrió graves peligros, al encontrarse con la expedición en retirada del pretendiente.

En enero de 1838 fue nombrado subinspector de Cuerpos Francos de Navarra; se encargó de la organización de dos compañías de infantería y una de caballería, pasando al mes siguiente al Cuerpo de Estado Mayor. En abril intervino en la provincia de Navarra en la acción de Cizur y en la voladura del puente de Asiaín, por lo que fue recompensado con el ascenso a teniente coronel. En julio combatió a la cabeza de las tropas que derrotaron y causaron la muerte del cabecilla Osma, y se dedicó a continuación a preparar el sitio de Estella. Antes de finalizar el año fue ascendido a coronel, causando baja en el referido cargo de subinspector y concediéndosele el mando del Regimiento de Soria.

Permaneció durante 1839 de guarnición en Pamplona y desempeñando el cargo de jefe de Estado Mayor de Navarra. En el mes de marzo fue promovido a brigadier y seguidamente nombrado subsecretario del Ministerio de la Guerra, cargo desde el que intervino en importantes gestiones que se hicieron para llegar a la firma del Convenio de Vergara. En el mes de mayo fue designado secretario de Su Majestad el Rey.

En el mes de abril de 1840 desempeñó interinamente en tres ocasiones el cargo de ministro de la Guerra, sustituyendo al general Francisco Narváez, por dimisión, y al conde de Clonard por enfermedad y por acompañar a Sus Majestades las Reinas en su viaje a Barcelona. Al producirse el 1 de septiembre el pronunciamiento de Madrid, expuso la situación al ministro de la Guerra, general Azpiroz, que se encontraba en Valencia, lo que motivó que el Gobierno provisional que se formó en Madrid pidiese su prisión y le destituyese, decisión que fue aprobada por Espartero.

En octubre de 1841 se vio envuelto en los pronunciamientos del día 5, por lo que se decretó su ingreso en prisión, que no se pudo efectuar al haberse ocultado; dos días después, sin embargo, fue apresado y conducido al palacio de Buenavista, donde se le incomunicó, hasta comparecer el día 18 ante un Consejo de Guerra que le condenó por sedición a ser privado de su empleo y sus condecoraciones y confinado en las islas Marianas por un período de seis años. Conducido el 30 de octubre a Cádiz, fue internado en el castillo de Santa Catalina. Habiendo solicitado su defensor que en lugar de ser confinado en las Marianas lo fuese en Cuba o Puerto Rico, dado su mal estado de salud, y estando de acuerdo con ello los fiscales militar y togado, fue rechazada la petición por Espartero, por lo que en el mes de junio de 1842 embarcó hacia Filipinas; llegó a Manila en el mes de noviembre y fue internado en la fortaleza de Santiago.

Al estallar en Manila, en enero de 1843, la rebelión de la guarnición del fuerte de Santiago, se presentó a la autoridad militar para ofrecerle sus servicios, formando parte de la fuerza que asaltó dicho fuerte. En el mes de agosto le fue aplicado el Decreto de amnistía del 26 de mayo y se ordenó que fuese puesto en libertad, pudiendo embarcar hacia España en el mes de marzo de 1844. La travesía fue muy accidentada; atravesó el canal de Suez y se vio obligado a arribar a Inglaterra, de donde se trasladó a Francia para luego pasar a España, adonde llegó en el mes de octubre, estableciendo su residencia en Madrid en la situación de cesante del cargo de subsecretario.

En febrero de 1846 fue ascendido a mariscal de campo y, en abril, nombrado capitán general interino de Extremadura, consiguiendo evitar que se propagase a este distrito la revuelta progresista de Galicia.

Un año después recibió en propiedad el mencionado empleo, haciéndose cargo en el mes de mayo del mando de una brigada que debía operar en el Alentejo en cooperación con el Ejército Expedicionario a Portugal. En el mes de agosto se le confió la Capitanía General de Aragón, consagrando los años siguientes a combatir a las partidas montemolinistas hasta conseguir restablecer el orden en su distrito, tras lo cual se dedicó en 1849 a la pacificación de Cataluña, siendo recompensado en el mes de noviembre con el empleo de teniente general por su destacada actuación.

En octubre de 1850 fue trasladado a la Capitanía General de Castilla la Nueva, al año siguiente a la de Sevilla y en 1851 a la de Puerto Rico, ocupando esta última hasta el mes de enero de 1855. Regresó entonces a la Península, donde recibió en el mes de octubre de 1856 el nombramiento de gobernador capitán general de las islas Filipinas.

En 1859 dimitió por motivos de salud y regresó a España, pasando a la situación de cuartel en Madrid, donde falleció al año siguiente como consecuencia de la disentería contraída en su último destino.

Dejó buenos recuerdos en su paso por Puerto Rico y Filipinas. En la primera de estas islas su apellido y el de su esposa dan nombre a sectores de la población de San Sebastián del Pepino, mientras en la segunda, donde diseñó un plan completo de carreteras de primer y segundo orden, uno de sus pueblos recibió el nombre de Norzagaray, como también una de las calles de Manila.

Estuvo casado con María de la Concepción Urrejola y Olaguer-Feliú.

Poseía las Grandes Cruces de Isabel la Católica (1844), San Fernando (1847), Concepción de Villaviciosa (1847), Carlos III (1849) y San Hermenegildo (1856). Fue gentilhombre de cámara de Su Majestad (1845) y gran oficial de la Legión de Honor (1851). Desempeñó el cargo de senador en la legislatura de 1853 y con carácter vitalicio a partir de 1860.

 

Obras de ~: Discurso que el día 2 de enero de 1854, en la solemne apertura de la Real Audiencia de Puerto Rico dijo su presidente ~, Puerto Rico, Imprenta Márquez, 1854; Diario de la Navegación que hizo el Brigadier Don Fernando de Norzagaray y que da comienzo al salir de Manila el día 17 de marzo de 1844 del calendario de España ó 16 de dicho mes contando por el de Filipinas, ed. de Í. Sainz de Baranda, Madrid, 2003.

 

Fuentes y bibl.: Instituto de Historia y Cultura Militar (Madrid), Célebres, caja 117, exp. 1, exp. personal de F. de Norzagaray y Escudero; Archivo General Militar (Segovia), Hoja de Servicios del teniente general F. Nozargaray y Escudero.

P. Chamorro, Estado Mayor General del Ejército español, Madrid, 1850-1858; J. Montero Vidal, Historia general de Filipinas, t, III, Madrid, Est. Tipográfico de la Viuda e Hijos de Tello, 1895; A. Pirala, Historia Contemporánea, Guerra Civil, Anales desde 1843 hasta el fallecimiento de Alfonso XII, t. VI, Madrid, Felipe González Rojas, 1895; R. Labra y J. M. Jover, El siglo XIX en España: doce estudios, Barcelona, Planeta, 1974; V. Palacio Atard, La España del siglo XIX, Madrid, Espasa Calpe, 1981; A. Molina, Historia de Filipinas, t. II, Madrid, Mapfre, 1985; R. Carr, España, 1808-1975, Barcelona, Ariel, 1985; A. Ubieto, J. Reglá, J. M. Jover y C. Seco, Introducción a la Historia de España, Barcelona, Teide, 1986; G. Bleiberg, Diccionario de historia de España, Barcelona, Alianza, 1986; L. E. Togores, Extremo Oriente en la política exterior de España, Madrid, Biblioteca Universitaria Prensa y Ediciones Iberoamericanas, 1997; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Actas, 1998; A. Castellanos, Cuarteroni y los piratas malayos, Madrid, Sílex, 2004.

 

José Luis Isabel Sánchez

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