Serrano Batanero, José. Cifuentes (Guadalajara), 1879 – Madrid, 24.II.1940. Abogado.
Inició el ejercicio de la abogacía, como penalista, en Madrid en 1910. Adquirió notoriedad muy pronto, al asumir la defensa del capitán Manuel Sánchez López, sentenciado a pena de muerte en un Consejo de Guerra por delitos de robo y homicidio. La prensa dedicó muchas páginas a la lucha llevada a cabo por Serrano Batanero para impedir la ejecución, convirtiéndose desde aquel momento en un ferviente activista contra este castigo del Código Penal. Actuó en los casos más importantes de las décadas 1920 y 1930, como el del asesinato de Eduardo Dato en 1921, y fue abogado de Pablo Iglesias, cuando éste fue acusado por la prensa reaccionaria de tener relación con el asesinato de José Canalejas. Casi desde los comienzos de su carrera asumió la defensa de los trabajadores, con poderes otorgados por varias sociedades de la Casa del Pueblo madrileña. Esta vinculación con la sindical socialista la mantuvo a lo largo de toda su vida profesional y en esta condición actuó ante los tribunales militares que procesaron y juzgaron a los integrantes de las milicias socialistas madrileñas, organizadas durante los sucesos del mes de octubre de 1934.
En cuanto a su otra vocación, la política, su trayectoria no fue muy distinta de la de su amigo Manuel Azaña, inicialmente en el seno del sistema de la Restauración, en las filas del Partido Liberal, y dentro del mismo en el sector que representaba el conde de Romanones. Durante la dictadura de Primo de Rivera, se incorporó al grupo liderado por José Giral y Manuel Azaña, Acción Republicana, y representó al mismo en la Junta madrileña de la Alianza Republicana.
Proclamada la República fue elegido diputado para las Cortes Constituyentes, por la provincia de Guadalajara. Su actividad durante la legislatura fue importante, en parte por el escaso número de diputados de Acción Republicana y también porque sólo tres de los integrantes del grupo —Mariano Ruiz- Funes, Luis Fernández Clérigo y el propio Serrano Batanero— eran juristas. Por esta condición le fue encomendado por Manuel Azaña el difícil papel de dirigir los trabajos de la Comisión de Responsabilidades.
Perdido en 1933 el poder por las izquierdas, volvió al ejercicio de la abogacía, así como a la participación en diversas entidades culturales madrileñas, como era la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, de la que llegó a ser vicepresidente. En 1934 jugó también un destacado papel en la creación del partido Izquierda Republicana, organización de la que fue una de las figuras más respetadas. Fue compromisario para la elección de Manuel Azaña como presidente de la República, acto que tuvo lugar el 10 de mayo de 1936.
Durante la Guerra Civil permaneció en Madrid, al frente de diversos cargos, como el de presidente del Comité Nacional de Cajas de Ahorro, dada su condición de presidente del Consejo de Administración del Monte de Piedad. Fue también consejero de Estado y concejal del Ayuntamiento de Madrid. La figura elegante de Serrano Batanero, con impecable traje y pajarita, destacaba en el paisaje urbano del Madrid en guerra, poblado de milicianos con indumentaria obrera. Ejerció de anfitrión de las delegaciones internacionales, mostrándoles las tareas de protección del Museo del Prado o la labor del Ayuntamiento en lo concerniente a la educación o la sanidad.
Al terminar la contienda no quiso marchar al exilio y, encarcelado y juzgado, resultó condenado a muerte.
Asumió su propia defensa frente al Consejo de Guerra que lo juzgó. Consciente de que no iba a haber generosidad alguna por parte de los vencedores, y dirigiéndose siempre al tribunal como “señores rebeldes”, pidió para sí la pena de muerte, con arreglo a las nuevas leyes, en las que los defensores de la legalidad republicana pasaron a ser reos de “auxilio a la rebelión”. Fue fusilado en el Cementerio del Este en la madrugada del día 24 de febrero de 1940. De sus últimas horas y de la entereza con la que acudió al martirio han quedado testimonios, entre ellos el del periodista y escritor anarquista Eduardo de Guzmán. En todos los casos hay coincidencia en cuanto a la dignidad y valentía con que enfrentó el último trance, con lo que, como el maestro del célebre dibujo de Castelao, también dio su última lección.
Obras de ~: Informe leído ante el Consejo de Guerra de Oficiales Generales el día 16 de septiembre de 1913 por José Serrano Batanero, Madrid, Establecimiento tipográfico de José Izquierdo, 1913.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico de Defensa, (Madrid), Procedimiento sumarísimo de urgencia n.º 10040/1939 [Ejército Español, plaza de Madrid. Procesados: Escolástico García, Soledad García, Victoriano Fernández, José Serrano Batanero y Ángel Alfredo Calvo Borreguero]; Archivo Histórico de Izquierda Republicana, (Madrid), serie Personajes republicanos; Centro Documental de la Memoria, (Salamanca) PS, Madrid 220/1741, Expediente personal n.º 23, leg. 736, Tribunal Especial para la represión de la Masonería y el comunismo. n.º 25562; PS Barcelona 300; Archivo particular de don José Miguel Díaz Serrano, Madrid; Archivo de la Universidad Complutense, Facultad de Derecho, Expediente del alumno don ~; Colegio de Abogados de Madrid, Expediente del letrado don ~; Consejo de Estado, Expediente del Consejero don ~.
La Crónica. Periódico liberal, (Guadalajara) 21 de febrero de 1918; A. Mori, Crónica de las Cortes Constituyentes de la Segunda República Española, Madrid, M. Aguilar Editor, 1932, 12 vols; La Vanguardia Española, (Barcelona) 26 de agosto de 1939; J. L. Fernández-Rua, 1931. La segunda República, Madrid, Tebas, 1977; M. Azaña, Memorias políticas y de guerra, Barcelona, Editorial Crítica, 1978; E. de Guzmán, “Después del 1 de abril de 1939. Un millón de presos políticos y doscientos mil muertos en España”, en Tiempo de Historia, nº. 41, (abril 1978); E. Espín, Azaña en el poder. El partido de Acción Republicana, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 1980; J. Avilés Farré, La izquierda burguesa en la II República, Madrid, Espasa Calpe, 1985; J. Moreno Luzón, Romanones: caciquismo y política liberal, Madrid, Alianza Editorial, 1998; I. Herreros, “José Serrano Batanero (Cifuentes 1879-Madrid 1940)”, en Cuadernos Republicanos, n.º 75 (invierno 2011).
Isabelo Herreros