Martínez del Mazo, Juan Bautista. ¿Beteta (Cuenca)?, c. 1611 – Madrid, 10.II.1667. Pintor.
Hijo de Hernando Martínez, natural de Alarcón (Cuenca), y de Lucía Bueno del Mazo, Juan Bautista Martínez del Mazo nació probablemente hacia 1611 en la localidad conquense de Beteta. Es sin duda el más “velazqueño” de los pintores españoles del Siglo de Oro, y su trayectoria personal y profesional está íntimamente ligada a la de su suegro, quien desde su posición privilegiada le facilitó el acceso a la Corte.
Este hecho está directamente relacionado con los temas que va a tratar en sus pinturas. Y es que, a diferencia de la mayoría de sus contemporáneos y en consonancia con el propio Velázquez, Mazo va a pintar asuntos mitológicos, retratos y paisajes, pero no cuadros religiosos, a excepción de las copias de Tiziano realizadas para Felipe IV y que obedecen, como se verá más adelante, a un gusto muy particular de la época por la posesión de réplicas de los grandes maestros.
El primer documento conocido de Mazo es su partida de matrimonio con Francisca Velázquez el 20 de agosto de 1633. Para ayudar económicamente al joven matrimonio, Velázquez cedió a su yerno en febrero del año siguiente el cargo de ujier de cámara que ostentaba desde 1627. A partir de entonces su acceso a la Corte fue gradualmente en aumento. Aunque no existe constancia documental de ello, Mazo se convirtió en profesor de Pintura del príncipe Baltasar Carlos, al que retrató en numerosas ocasiones. Junto al heredero, viajó a Zaragoza en 1645, donde el príncipe le encargó la Vista de Zaragoza (Madrid, Museo Nacional del Prado), tan alabada por sus contemporáneos Andrés de Ustárroz (1646) y Lázaro Díaz del Valle (1657), su primer biógrafo. El mismo Díaz del Valle dio cuenta de la ejecución de sendos retratos de Felipe IV y Mariana de Austria, desgraciadamente perdidos, que fueron expuestos en la puerta de Guadalajara con motivo de la celebración del Corpus Christi y que causaron “admiración a todos, tanto por ser los primeros que se vieron de Su Majestad en esta corte, como por ser maravilla del pincel”. Los críticos no se ponen de acuerdo a la hora de fecharlos, pero lo más probable es que se realizasen en torno a 1653 y que el retrato de la Soberana fuese réplica del que se conserva en el Prado (n.º inv. 1191).
En 1657 viajó a Roma y Nápoles, emulando una vez más a Velázquez, para perfeccionar su pincel. Recién llegado a Madrid, obtuvo del Rey el cargo de ayuda de furriera, traspasando un año más tarde su antigua plaza de ujier a su hijo Gaspar. Finalmente, y como culmen de su carrera, obtuvo el título de pintor de cámara el 19 de abril de 1661, ocupando la vacante dejada por su suegro y maestro, fallecido el año anterior.
En calidad de ayudante de la furriera, Mazo participó activamente en el proceso ceremonial de los desposorios de la infanta María Teresa de Austria y Luis XIV, cuyo acto principal tuvo lugar el 4 de junio de 1660 en la isla de los Faisanes a orillas del río Bidasoa.
Entre sus quehaceres estaba el de acompañar al séquito real y disponer en cada una de las jornadas los objetos de valor —tapices, alfombras, muebles y demás— del servicio personal de los Reyes. Asimismo, facilitó a Velázquez las tapicerías más valiosas de la colección real para aderezar lujosamente el pabellón erigido para la ceremonia de entrega de la infanta a Francia.
Entre el 17 de septiembre y el 25 de octubre de 1666 realizó la tasación de los cuadros del Alcázar de Madrid para el inventario de pinturas redactado a la muerte de Felipe IV. En ese mismo año se fecha el retrato de luto de la Infanta Margarita del Prado y el de la reina Mariana de Austria viuda, del que se conocen tres versiones (Londres, National Gallery; Toledo, Museo del Greco, y Madrid, colección particular). En el retrato de la Soberana, sentada presumiblemente en el Salón de los Espejos del Alcázar y vestida con las tocas de luto, Mazo creó un prototipo que fue repetido en numerosas ocasiones por Carreño de Miranda e incluso Claudio Coello. Falleció el 10 de febrero de 1667 en la Casa del Tesoro, a la que se había trasladado tras su nombramiento como pintor del Rey, siendo enterrado en la iglesia de San Ginés.
En cuanto a su vida familiar, tras la muerte de su primera esposa volvió a contraer matrimonio, en fecha desconocida, con Francisca de la Vega, que aparece junto a los hijos de Mazo en el famoso cuadro de La familia del pintor de Viena, fechado hacia 1660.
De su numerosa prole se conocen muchos datos; basta decir que Gaspar ostentó, aparte del cargo de ujier cedido por su padre, el de conserje del Real Sitio de Aranjuez, y que Juan obtuvo el puesto de mozo de frutería de palacio. Queda la duda de saber si es Velázquez o él mismo el pintor que, al fondo de la sala, ultima un retrato de la infanta Margarita.
El tratadista Antonio Palomino relata cómo Martínez del Mazo “en copiar fue tan único, y especialmente en las cosas de su maestro, que es casi imposible distinguir las copias de los originales”. En efecto, su capacidad para adaptarse a la técnica de Velázquez resulta sorprendente; no es de extrañar, por tanto, que algunas piezas suyas se hayan catalogado como originales del sevillano hasta fechas relativamente recientes y que otras sigan presentando dudas. Buen ejemplo de esta capacidad de mimetismo son los numerosos retratos del príncipe Baltasar Carlos que se conservan en museos como el Prado o el Rijksmuseum de Ámsterdam. A ellos se suman los de Adrián Pulido Pareja de la National Gallery de Londres, el de Dama del Louvre (n.º inv. 2037) o la réplica de Felipe IV en Fraga de la Dulwich Picture Gallery. Todos ellos ponen de manifiesto sus excepcionales dotes como retratista.
Junto a éstos, destacan sus réplicas de los maestros italianos y flamencos de las colecciones reales. Sobresalen las de Diana y Acteón y Diana y Calixto de Tiziano, que guarda el Prado; éstas, pintadas por Mazo para el palacio de El Pardo y no para el Alcázar, como hasta ahora se venía diciendo, pasaron por originales del veneciano durante todo el siglo XVIII y buena parte del XIX. Más recientemente, y esta vez en sentido inverso, se ha restituido a Rubens el cuadro de Hércules matando al dragón de las Hespérides, también del Museo del Prado (MNP) y hasta entonces atribuido al español. El valor y la estima que alcanzó este tipo de obras en vida del pintor se refleja en el amplio número de ellas que realizó para el Alcázar madrileño.
A él se deben casi todas las pinturas del Cuarto del Príncipe, cuya “Pieza Principal” sirve de escenario a Las Meninas de Velázquez. En este ámbito palaciego Mazo reprodujo muchos de los cuadros pintados por Rubens y su taller para la Torre de la Parada, así como la Tela Real de Velázquez, que también perteneció al palacete de caza. Como aportación propia, si bien dentro de la estética del conjunto, realizó la Cacería del Tabladillo en Aranjuez (Madrid, MNP). También pintó para el oratorio bajo el coro de la Real Capilla de palacio sendas copias del Entierro de Cristo y del Ecce Homo y la Dolorosa de Tiziano, todas ellas perdidas en el incendio de 1734. Estas mismas pinturas aparecen en el inventario de bienes redactado en 1653 a la muerte de su primera mujer.
También coleccionó este tipo de obras el valido real Luis de Haro, marqués del Carpio. Entre su amplísima colección de pinturas, se encuentra el retrato de Felipe IV a caballo, conservado hoy en la Galería de los Uffizi de Florencia, réplica del original perdido que Rubens había pintado para el Salón de los Espejos del Alcázar en 1628. Además de éste, poseyó sendas réplicas de Diana y Acteón, Diana y Calixto y Venus y Adonis de Tiziano, cuyos originales decoraban por entonces las famosas “bóvedas del Tiziano” del Alcázar madrileño.
En relación al género del paisaje, queda fuera de toda duda su maestría. No hay más que ver la Vista de Zaragoza del Prado o el escenario que se abre como telón de fondo en el retrato del Niño Cardenal del Museo de Toledo (Ohio). Sin embargo, hasta fechas muy recientes su fama en este género se ha basado principalmente en una serie de pinturas conservadas entre el Museo del Prado y Patrimonio Nacional, entre las que se encuentran piezas tan conocidas y representativas como La Calle de la Reina en Aranjuez, La fuente de los Tritones o el Arco de Tito. Investigaciones muy recientes han documentado esta importante serie, compuesta por un total de treinta y tres cuadros que fueron pintados para la Galería de Paisajes del Palacio Real de Aranjuez hacia 1664. Estos estudios ponen en tela de juicio la autoría de Mazo, inclinándose más bien hacia su discípulo Benito Manuel Agüero (c. 1620-1668). Quizás haya que pensar en una colaboración entre ambos artistas; lo que sí es cierto es que en este grupo de obras se distinguen dos manos diferentes, especialmente a la hora de pintar las pequeñas figuras que pueblan los lienzos. Algunas están resueltas a base de pinceladas más densas y están más perfiladas, mientras que otras han sido realizadas con toques muy ligeros de pincel, hasta el punto de resultar casi incorpóreas.
Obras de ~: Retrato del príncipe Baltasar Carlos, Amsterdam, Rijksmseum, c. 1634; Retrato del príncipe Baltasar Carlos, Budapest, Szépmüvészeti Múzeum, c. 1635 (atrib.); Retrato del príncipe Baltasar Carlos, Museo Nacional del Prado (MNP), 1635-1637; Retrato del príncipe Baltasar Carlos, Museo de La Haya, c. 1640; Retrato del príncipe Baltasar Carlos, Amsterdam, Rijksmuseum, c. 1640 (atrib.); Retrato del príncipe Baltasar Carlos, Hampton Court, Colección Real Británica, c. 1640 (atrib.); Retrato de Felipe IV en Fraga, réplica de Velázquez, London, Dulwich Picture Gallery, c. 1644 (atrib.); Retrato de la infanta María Teresa, New York, The Metropolitan Museum of Art, c. 1645; Retrato del príncipe Baltasar Carlos, Madrid, MNP, 1645; Felipe IV a Caballo, copia de Rubens, Firenze, Galleria Palatina, Palazzo Pitti, c. 1645; Vista de Zaragoza, Madrid, MNP, 1646-1647; Vista de la ciudadela de Pamplona, London, Wellington Museum, c. 1646-1647; Reunión de personajes, Paris, Musée du Louvre, c. 1647; Medio cordero con vísceras, Madrid, Fundación Lázaro Galdiano, c. 1650 (atrib.); La familia del Pintor, Wien, Kunsthistorisches Museum, 1660; Retrato de Luis Martínez del Mazo, London, Dulwich Picture Gallery, 1660; Pernil colgando y perdiz sobre la mesa, Madrid, Fundación Lázaro Galdiano, c. 1650 (atrib.); Retrato de caballero, ¿Juan Bautista Martínez del Mazo?, New York, The Metropolitan Museum of Art, c. 1650 (atrib.); Retrato de Mariana de Austria, copia de Velázquez, Sarasota, John and Mable Ringling Museum of Art, c. 1652-1653 (atrib.); Las Meninas, réplica de Velázquez, The National Trust, Kingston Lacy, c. 1656 (atrib.); Retrato de la infanta Margarita en traje verde, Budapest, Szépmüvészeti Múzeum, c. 1659 (atrib.); Retrato de dama, Paris, Musée du Louvre, c. 1660 (atrib.); Mujer con niño en los brazos, San Petersburgo, Museo del Hermitage, c. 1660 (atrib.); Retrato de la infanta Margarita, Madrid, MNP, 1666; Retrato de Mariana de Austria, London, National Gallery, c. 1666; Retrato de Adrián Pulido Pareja, London, National Gallery; Diana y Acteón, copia de Tiziano, Madrid, MNP; Diana y Calixto, copia de Tiziano, Madrid, MNP; Demócrito, copia de Rubens, Madrid, MNP; Retrato de Dama, Madrid, antigua colección Payá; La Tela Real, Madrid, MNP; Cacería del Tabladillo en Aranjuez, Madrid, MNP; Vulcano, copia de Rubens, Madrid, MNP; Apolo vencedor de Pan, copia de Jordaens, Madrid, MNP; Pelea de perros y lobos, copia de Snyders, Madrid, MNP; Decaulión y Pirra después del diluvio, copia de Cossiers, Madrid, MNP; Dido y Eneas, copia de Rubens, Madrid, MNP; Niño cardenal, Toledo, Ohio, Museum of Fine Arts; Mercurio, copia de Rubens, Madrid, MNP; Caballero de Santiago, York City Art Gallery; Retrato del conde duque a caballo, New York, The Metropolitan Museum of Art (atrib.); Fragmento de una cacería, Düsseldorf, Landschaftsverband Rheinland (atrib.).
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Ángel Rodríguez Rebollo