Moreno Lázaro, Tomás. ?, 29.XI.1880 – Melilla, 23.IV.1930. Militar, comandante de Ingenieros.
Ingresaba en la Academia de Ingenieros del Ejército de Guadalajara, el uno de septiembre de 1899, saliendo de la misma como teniente, una vez completados los estudios reglamentarios, el 12 de julio de 1905.
Destinado a Melilla, el 27 de julio de 1909 participó en varios combates en el monte del Gurugú (Marruecos) cercano a la citada plaza.
A finales de 1913 fue nombrado ingeniero de la Junta de Arbitrios de Melilla, colaborando con el también ingeniero José de la Gándara Cividades. Permaneció en Melilla en el cargo citado, hasta 1919, año en el que fue destinado, después de ascender capitán de Ingenieros, en el 2º Regimiento de Ferrocarriles de Madrid. Al siguiente año, pasaba a ser ayudante de campo del general de brigada Francisco Latorre y de Luxán, igualmente perteneciente al Cuerpo de Ingenieros.
Después de servir en la Sección General de la Administración Central, al ser promovido a comandante el 31 de enero de 1921, era destinado nuevamente como ayudante, en este caso del general de brigada Antonio Los Arcos y Miranda, jefe de la Sección de Ingenieros del Ministerio de la Guerra. Tras trabajar varios años en este destino, pasó por Murcia, Valencia o Málaga antes de regresar a Melilla.
En 1924 se tomaba la decisión de llevar a Murcia el Regimiento de Artillería Sevilla 33, con base en Cartagena. Para ello, el ayuntamiento de la capital expropiaba terrenos en la calle Cartagena y los cedía al ejército. El nuevo cuartel fue construido por Tomás Moreno Lázaro.
En 1927 la Junta Municipal de Melilla promovía un concurso público para ocupar la plaza de ingeniero (ya no estaba a cargo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército) al que se presentaba Moreno Lázaro, junto a otros cinco aspirantes. Moreno ganaba el concurso por méritos, entre los que se contaba el que hubiese desempeñado con anterioridad ese puesto durante siete años, más la realización de obras como el cuartel Jaime el Conquistador de Murcia o el Campamento Benítez en Málaga.
Moreno Lázaro era nombrado oficialmente, Ingeniero Municipal, el 16 de febrero de 1928, siendo su situación militar la de Comandante de Ingenieros en la reserva. Un año después viajó a Madrid, París y Bruselas para intentar curarse de la enfermedad que el 2 de abril de 1930 le llevaría a la muerte.
Fueron numerosas las obras realizadas en Melilla por este ingeniero, obras que podemos dividir en dos periodos, correspondientes a las dos etapas en las que estuvo destinado en la plaza citada.
En su primer período en Melilla, Moreno Lázaro centró su trabajo en los proyectos encargados por la Junta de Arbitrios a la que pertenecía. La caseta de aforos, un puesto de socorro, un comedor de caridad, el proyecto de Gota de Leche (“Establecimiento Benéfico para la Infancia”, conocido como la “Gota de Leche” y que, al igual que la “Casa Cuna”, se edificará al lado del “Comedor Popular), el planteamiento de la plaza Hernández o la urbanización de la calle General Macías, el proyecto de boulevard en la citada calle, proyecto que significaba la mejora urbana en una de las zonas más sensibles de la ciudad. Respecto al proyecto de Boulevard señalado, en 1917 se solicitaría al ingeniero Moreno Lázaro una nueva proyección urbana del Mantelete y San Lorenzo, quien planteó un bulevar desde la escalera del Pueblo hasta la plaza de España, en torno a la cual se decidió ubicar los principales edificios administrativos y oficiales, como el ayuntamiento, la comandancia general y la sede de la CEMR.
En su regreso a Melilla en 1928 (segundo periodo), sus trabajos privados ocuparon la mayor parte de su tiempo, aunque también tuvo ocasión de realizar para la Junta Municipal, el proyecto del matadero, un parque público y participar en el Plan General de Urbanismo de 1929. Los barrios trazados por Tomás Moreno Lázaro son perfectas muestras de racionalidad y de estructuras regulares, que facilitaban una ciudad abierta, de amplias calles.
En sus trece proyectos privados, Moreno Lázaro hizo alarde de un amplio conocimiento de las corrientes arquitectónicas imperantes en la época. Su estilo variado se acercó a composiciones claramente clasicistas pasando por obras de estilo modernista, pero sin dejar atrás los detalles de clara influencia neoárabe.
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Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño