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Luis Blanco y Martínez

Biografía

Blanco y Martínez, Luis. ?, 31.XII.1865 – Ribadeo (Lugo), 1898. Capitán de Ingenieros.

Ingresó en la Academia Especial de Ingenieros de Guadalajara el 1 de septiembre de 1884 y, terminados sus estudios en la misma el 17 de julio de 1890, era promovido a teniente de Ingenieros.

Después de haber prestado sus servicios en el 2° Regimiento del Arma y en el batallón de Telégrafos, embarcó para las islas Filipinas, como capitán en Ultramar el 26 de abril de 1895 (al ser destinados a Ultramar, recibían el grado inmediato superior, que perdían al volver a la Península).

Se encontraba en Manila cuando en agosto de 1897 estalló el movimiento separatista. Al frente de una compañía del Batallón de Obreros, en la que estaba destinado, operó contra los insurrectos en la columna mandada por el coronel de Infantería José Marina Vega. Posteriormente, encargado el teniente coronel Alverdi, jefe del batallón del Cuerpo, de la primera línea de defensa de Manila, reunió las escasas fuerzas de ingenieros que se hallaban en la plaza y que apenas llegaban a 100 hombres, para guarnecer con ellos los pueblos de Calvocán, Dulo y Malabón. Blanco, al mando de una compañía, permaneció practicando el penosísimo servicio que le estaba encomendado hasta el mes de noviembre, en que regresó con ella a Manila.

Al conocer Blanco a mediados de septiembre que el destacamento de Dulo, defendido por 20 ingenieros, estaba siendo atacado por numerosas fuerzas rebeldes, en su deseo de encontrarse siempre en los sitios de mayor peligro, salió solo en una máquina del tranvía de vapor de Malabón, a unirse al segundo teniente jefe del citado destacamento, con el cual logró rechazar al enemigo.

Organizadas en los primeros días de noviembre las columnas que habían de operar sobre Cavite, mandó Blanco una de las secciones de ingenieros que formaron parte de la columna del coronel Marina y asistió con ella el 9 de noviembre al asalto y toma de las trincheras de Binacayán, constituyendo, en unión de una sección de ingenieros y una compañía del regimiento 73, la extrema vanguardia. Fue promovido a capitán del Ejército por su brillante comportamiento en dicho hecho de armas, en el que recibió dos heridas de bala que le obligaron a permanecer dos meses en el hospital militar de Manila (los oficiales de Ingenieros, Artillería y Estado Mayor podían ascender en tres escalas: la de su Cuerpo, por antigüedad, y por méritos en las de grado del Ejército, y efectivo en el mismo).

No cicatrizadas aún las heridas, pidió nuevamente salir a operaciones en tiempo del general Polavieja y fue nombrado jefe del parque de Ingenieros de Balayan (Batangas).

No encontrándose conforme el capitán Blanco con tan pasivo destino, solicitó del general Jaramillo, jefe de la brigada que operaba en dicha provincia, un puesto en que tuviese más

ocasiones de distinguirse, siendo encargado de la construcción de algunas obras de campaña en la línea defensiva del Pansipit y de otras comisiones en distintos pueblos de la mencionada provincia de Batangas, todas las cuales desempeñó con lucimiento, a pesar de no disponer para los trabajos más que de trabajadores paisanos.

Atacado de la enfermedad que lentamente fue minando su robustez, pasó al hospital de Taal en el mes de abril, y de él al de Manila. Cuando se hallaba con pasaporte para Cottabatto (Mindanao), al ordenar el general Primo de Rivera que formasen parte de su cuartel general dos secciones de ingenieros al mando de un oficial técnico, se presentó voluntario, aún convaleciente, y trabajó con tanto entusiasmo y éxito, que en repetidas ocasiones tuvo la honra de ser felicitado por el general en jefe.

En la toma de Ludang, después de ímprobos trabajos para facilitar a la artillería el paso de los doce barrancos que existían en el camino de Silang a dicho punto, conocido por el

nombre de los “Doce Apóstoles”, formó parte de la extrema vanguardia en el asalto al pueblo, teniendo 17 bajas en su compañía. Asistió a todas las operaciones posteriores practicadas en Cavite, distinguiéndose notablemente en la toma de Maragondón el 11 de mayo, donde, a propuesta del general Primo de Rivera, se le formó juicio de votación para el empleo de comandante del Ejército. Afecto al cuartel general de la brigada Castilla, se integró en la expedición a Magallanes, último pueblo rebelde de la provincia de Cavite, y se dedicó después, en unión de las demás fuerzas de ingenieros de la división, a la construcción del camino militar de Naic a Silang, por Indang, hasta que en los primeros días de junio ingresó en el hospital de Manila, donde permaneció hasta fines de julio, en que embarcó para la Península en busca de clima más a propósito para el restablecimiento de su salud.

A consecuencia de larga y penosa enfermedad, adquirida en la campaña de Filipinas, falleció en Ribadeo (Lugo), siendo considerado como uno de los oficiales que más se distinguieron durante la insurrección tagala.

En ocho meses de campaña fue recompensado por sus extraordinarios servicios, con dos cruces del Mérito Militar rojas, otra de la misma orden pensionada, otra de María Cristina y el empleo de capitán del Ejército que permutó por otra cruz de María Cristina.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. Personales.

Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1855-1898; “Necrologías”, en Revista del Memorial de Ingenieros, 53, 5 (mayo de 1898), págs. 149-150; Índice Analítico del Memorial de Ingenieros (1843-1920), Madrid, 1921; W. E. Retana, Breve Diccionario Biográfico de los Ingenieros Militares que han estado en las Islas Filipinas, Madrid, Memorial de Ingenieros, 1923; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; L. de Sequera Martínez, Historial de las Unidades de Ingenieros en Ultramar (la Campaña de 1898), Madrid, Talleres del Centro Geográfico del Ejército, 1999.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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