Fernández de la Cueva y Girón, Francisco. Duque de Alburquerque (IV). Cuéllar (Segovia), c. 1511 – Cuéllar (Segovia), 13.X.1563. Noble y militar.
Fue hijo primogénito de Beltrán de la Cueva y Toledo, III duque de Alburquerque, y de Isabel Téllez Girón y Velasco, hija de los II condes de Urueña.
La primera noticia de relieve conduce a finales de 1534 o inicios de 1535, fecha en que Carlos V le concedió el título de marqués de Cuéllar, que en adelante distinguió a los herederos de la casa ducal de Alburquerque. Con este título López de Gómara nombra su participación en la expedición de Carlos V contra Túnez que condujo a la conquista de la plaza norteafricana, en la que también estuvieron Luis y Diego de la Cueva, hermanos de su padre.
En enero de 1539 se desposó con Constanza de Leyva, hija del general imperial Antonio de Leyva, I príncipe de Áscoli, y a su vez hermana de Luis Antonio de Leyva, II príncipe de Áscoli, un enlace propiciado por la gran dote inicialmente pactada, que alcanzó los noventa mil ducados. Ese mismo año hubo pleito por cuestión de la cuantiosa dote entre las casas de Alburquerque y Áscoli, el cual se reanudó en 1542 tras el fallecimiento de Constanza de Leyva.
En el año 1541 el marqués de Cuéllar se embarcó en la flota imperial con la que Carlos V llevó a efecto el intento, saldado con la derrota, de tomar Argel. En 1544 se encontraba en Valladolid, participando de las fiestas realizadas para el príncipe Felipe. En 1547 acompañó al príncipe Felipe a las Cortes aragonesas celebradas en Monzón. A comienzos de 1549, tras un infructuoso proyecto de casar con la hija del V duque de Braganza, el marqués matrimonió en segundas nupcias con María Fernández de Córdoba, primogénita del II marqués de Comares, que aportó noventa mil ducados de dote. Con ella tuvo un hijo varón que murió a los 40 días, el efímero II marqués de Cuéllar, y a Isabel de la Cueva y Fernández de Córdoba, único vástago que a la postre sobreviviría y que llegaría a ser VI duquesa consorte de Alburquerque.
En 1552, intervino por petición de su tío, el IV conde de Ureña, en el pleito que este mantenía con el obispo de Málaga sobre el cobro de diezmos en las villas de Archidona, Olvera y Ortejícar. Posteriormente, en 1558 y a las órdenes de su padre, a la sazón virrey de Navarra, el marqués de Cuéllar integró la hueste que atacó y quemó San Juan de Luz con visos a prevenir una hipotética invasión francesa de Ultrapuertos, en el contexto de la guerra entre Felipe II y Enrique II Valois.
Tras la muerte de su padre el 11 de febrero de 1560 se convirtió en el IV duque de Alburquerque. Su gobierno al frente de la casa fue breve y de poca implicación en la política del reino, limitándose a la gestión de los intereses patrimoniales y familiares. En este sentido, inició algunos pleitos con villas de su señorío como Mombeltrán por cobro de rentas y nombramiento de cargos, sondeó la posibilidad de establecer un colegio jesuita en Cuéllar y orquestó, en tanto que pater familias, el matrimonio de su hermano Gabriel de la Cueva con Juana de la Lama. Asimismo, es el responsable de la construcción de una imponente escalera en el castillo-palacio de Cuéllar.
Falleció el 13 de octubre de 1563 en el castillo de Cuéllar, sucediéndole en el mayorazgo el citado Gabriel de la Cueva, tras proceso judicial iniciado el 29 de noviembre de 1563 y dirimido en el Consejo de Castilla el 1 de diciembre de 1565, pues al ser el mayorazgo instituido por el I duque de Alburquerque de rigurosa agnación, la hija del IV duque, Isabel de la Cueva, estaba excluida de la sucesión.
Fuentes y bibl.: Archivo Casa Ducal de Alburquerque (ACDA), 10, nº 32; ACDA, 11, nº 4; ACDA, 165 nº 87; Archivo Histórico de la Nobleza (AHNob), Osuna, C. 6, doc. 1-2; Archivo General de Simancas (AGS), Cámara de Castilla, Div. 39, doc. 28; Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (ARCHV), Registro de Ejecutorias, c. 1060, doc. 46; Archivium Romanum Societatis Iesu (ARSI), Hispania, vol. 97, f. 416r; Biblioteca Real, Memorial del pleyto del señor príncipe de Ásculi con el marqués de Cuéllar, II/2237, fols. 76r-77v.
A. Santa Cruz, Crónica de Emperador Carlos V, ts. 3, 4 y 5, Madrid, Real Academia de la Historia (RAH), 1922, 1923 y 1925; F. Idoate, Esfuerzo bélico de Navarra en el siglo XVI, Pamplona, Excma. Diputación Foral de Navarra, 1981; F. López de Gómara, Guerras de mar del Emperador Carlos V, M. Á. Bunes Ibarra y N. Edith Jiménez (ed. y estudio), Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2000, págs. 161 y 213; F. Fernández de Béthencourt, Historia genealógica y heráldica de la Monarquía española, Casa Real y Grandes de España, t. X, Sevilla, Fabiola de Publicaciones Hispalenses, 2003, págs. 250-252; J. M. Soler Salcedo, Nobleza: grandeza inmemorial, 1520, Madrid, Visón Libros, 2012, págs. 76-77; M. Soares da Cunha, “Preocupaciones señoriales del ‘principal senhor destes reynos’. El legado de Teodósio I, V duque de Braganza”, en Cuadernos de historia moderna, 42, 1 (2017), págs. 9-36.
Diego Pacheco Landero