Ariño, Juan Francés de. Señor de Osera y Figueruelas. Zaragoza, c. 1531 – 1588. Noble, administrador.
Juan Francés de Ariño, señor de las baronías de Osera y de Figueruelas, ha sido recordado por la historiografía por su férrea defensa de los fueros de Aragón en las décadas previas al estallido de las “alteraciones” aragonesas de 1591. Su carrera política se dio inicio hacia 1558, cuando, en pleno enfrentamiento entre el concejo de Zaragoza y el justicia de Aragón por la jurisdicción inquisitorial, se le encomendó por parte de los diputados aragoneses la defensa de los privilegios de los moriscos encomendados a sus señores. Un año después, tras el asesinato de varios miembros del Santo Oficio en extrañas circunstancias, se dictaminó el desarme general de la población morisca en Aragón; los señores de moriscos, en defensa de sus vasallos, organizaron una comisión conformada por varios procuradores, entre los cuales descollaban Martín de Gurrea y Aragón, duque de Villahermosa, Lope de Francia, señor de Bureta, y Juan Francés de Ariño, quienes se obligaron a evitar que tal medida regia tomase efecto.
La reacción de Felipe II y del Santo Oficio fue tajante: aprovechando un litigio jurisdiccional entre varios aristócratas (que armaron a sus moriscos), los comisionados Ariño y Francia se enfrentaron a la Inquisición zaragozana; ésta dio inicio a dos procesos penales contra éstos, cuya resolución provocó su encierro en la Aljafería, un destierro temporal de Zaragoza y el establecimiento de sendas penas pecuniarias.
En 1562 finalizaron los castigos para estos nobles “fueristas”, sin que su influencia, al menos en el caso de Juan Francés de Ariño, se viera debilitada; durante la década de 1560, el señor de Osera poseyó diversos cargos representativos dentro del brazo aristocrático del consistorio y protegió desde su alta posición política al cronista Jerónimo Zurita. Según la correspondencia cruzada entre ambos, Ariño proporcionó documentación genealógica e histórica al cronista, además de mediar con la diputación aragonesa por los pagos de sus emolumentos como cronista oficial e interesarse por el proceso de gestación de sus Empresas y ligas del Rey Católico, la Historia del Rey Católico y los famosos Anales de la Corona de Aragón —en especial, la segunda parte, publicada en 1579—.
Paralelamente mantuvo un duro proceso judicial con el duque de Villahermosa por la posesión de la baronía de Figueruelas y sus agregados, Cabañas y Acuer, en la que el fallo judicial le fue favorable (1561).
Después de un viaje a la Corte en 1570 para presentar los respetos de Aragón a la reina Ana de Austria, y de otra “jornada” a Madrid bajo la protección del II conde de Chinchón (1575), la última aparición “política” de Juan Francés de Ariño tuvo lugar en las Cortes de Monzón de 1585, en donde “con la autoridad que él acostumbrava” leyó el Modo de proceder en Cortes del cronista Jerónimo de Blancas. Tres años después, el señor de Osera fallecía, sin llegar a ver las graves tensiones de las denominadas “alteraciones de Aragón” de 1591.
Bibl.: J. Zurita, Segunda parte de los Anales de la Corona de Aragón, Zaragoza, en la oficina de Domingo de Portonarijs y Ursino, 1579; J. de Blancas, Coronaciones de los sereníssimos reyes de Aragón, Zaragoza, Diego Dormer, 1641; J. I. Gómez Zorraquino, “La Inquisición y los moriscos de Aragón en la segunda mitad del siglo xvi”, en Revista Zurita, 37-38 (1980), págs. 35-55; M. S. Carrasco Urgoiti, “El trasfondo social de la novela morisca del siglo xvi”, en Dicenda. Cuadernos de filología hispánica, 2 (1983), págs. 43-56; J. Á. Sesma Muñoz y J. A. Armillas Vicente, La Diputación de Aragón. El gobierno aragonés, del Reino a la Comunidad Autónoma, Zaragoza, Ediciones Oroel, 1991; J. Gascón Pérez, “Introducción al estudio de la oposición política y las redes de poder en Aragón durante la segunda mitad del siglo xvi”, en Revista Zurita, 75 (2000), págs. 75-105.
Roberto Quirós Rosado
