González Carrasco, Manuel. Sevilla, 24.XII.1877 – ¿Madrid?, 1956 post. Militar.
Hijo de María Jesús González Carrasco y de padre ignoto. Casó primeramente, en 1903, con Clotilde Brocardo Forcades (Alcazarquivir), y de nuevo en 1925 con Adela Guijarro Jiménez (Sevilla, 16 de octubre de 1885), hija de Juan Guijarro Rinconi, oficial de Infantería, y de Milagros Jiménez Fernández. Alumno de Infantería en 1894, hizo ya, como oficial de los batallones de cazadores de Alfonso XII y de Mérida, la campaña de Cuba desde 1896 a 1898. Comandante militar de Utrera en 1899, ascendió a capitán en 1904 y sirvió en varios cuerpos hasta que en 1909 pasó a la guarnición de Melilla, y allí permaneció ya durante la mayor parte de su carrera. Comandante en 1912, aprendió el árabe, y en 1914 fue nombrado profesor de la Academia de Árabe de Alcazarquivir. Teniente coronel y sargento mayor de Cartagena en 1918, volvió a África enseguida, pues en Larache estaba ya en 1919, al frente del Grupo de Regulares de Larache. Comandante militar de Alcazarquivir en 1920, participó en todas las campañas africanas, resultando herido en 1922 —mereció por su valor el ascenso a coronel— y, de nuevo, gravemente en 1923 —ganó la Medalla Militar individual y fue propuesto para la Cruz laureada de San Fernando—. Un año después pasó al Servicio Militar de Aviación con destino en Bilbao, ascendió al generalato en 1924, y fue gobernador militar de Guadalajara en 1925. Comandante militar de Melilla en 1927, la pacificación definitiva del Rif le valió la Gran Cruz de la Orden Militar de María Cristina. General de división y gobernador militar de Ferrol en enero de 1930, y de Granada al año siguiente, pasó a la primera reserva en noviembre de 1931 por decisión del Gobierno republicano. Poco después, participó en agosto de 1932 en la “sanjurjada” monárquica, sin apenas consecuencias. Recurrida dicha decisión gubernativa, pudo volver al servicio activo por decisión judicial en enero de 1936. Actor de la conspiración militar contra el Frente Popular, fue el responsable del fracaso del levantamiento en Barcelona, y esta negligencia le costó ser condenado a muerte por los republicanos en 1936, y a ocho años de prisión por los nacionales (agosto de 1939, por sentencia de Consejo de Guerra de oficiales generales). Pero debido a sus muchos méritos de campaña y a la amistad de sus antiguos compañeros africanistas, fue indultado muy pronto, y vivió el resto de su vida retirado en Madrid. Había sido distinguido con la llave de gentilhombre de Cámara de Su Majestad (1922), la Gran Cruz de las Órdenes de San Hermenegildo (1930), del Mérito Militar con distintivo rojo (1927), y de María Cristina (1927); dos Medallas Militares individuales (1923 y 1936); la encomienda de la Legión de Honor Francesa (1927); y también con una Cruz de 1.ª Clase (1910) y otra de 2.ª Clase (1916) de la Orden de María Cristina.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Personal, leg. G-3447.
A. y L. de Ceballos-Escalera y Gila, C. García de la Pedrosa Campoy y L. F. Cercós García, Las Reales Órdenes Militar y Naval de María Cristina. La Cruz de Guerra, Madrid, Palafox y Pezuela, 2005, pág. 127.
Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, marqués de la Floresta