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Eusebio Sempere Juan

Biografía

Sempere Juan, Eusebio. Onil (Alicante), 3.IV.1923 – 10.IV.1985. Pintor, escultor y serigrafista.

Su padre, republicano y anticlerical, no poseía estudios superiores pero sí cierta cultura autodidacta. Su madre procedía de una humilde familia de labradores y era modista de profesión. El matrimonio fundamentó sus ingresos en un pequeño taller de costura que estableció en su domicilio, y en una modesta fábrica de muñecas que montaron en cooperativa su padre y un primo de éste, José Tortosa.

Su infancia estuvo condicionada por una anomalía en la visión del ojo derecho conocida como “ojo perezoso”, que no afectó a su temprana inclinación por el color y el dibujo. La relación familiar con su tío Vicente Sempere, tenor de cierto renombre, le acercó a las artes escénicas, siendo su prima Teresa Tortosa quien le proporcionó su primera caja de pinturas.

Durante la Guerra Civil, la ocasional transformación de la fábrica familiar en taller de reparación de aviones del ejército republicano le dio ocasión de pintar numerosos emblemas y retratos de fallecidos en la contienda.

Estudió Bachillerato en los institutos de Alcoy (Alicante) y Valencia, y el último año en una conocida academia privada, al tiempo que asistía a la Escuela de Artes y Oficios. Compaginó el estudio con el diseño de etiquetas en una pequeña empresa, y colaboró con su familia confeccionando muñecos en su nuevo domicilio de Valencia (1940).

Con un cierto interés por la medicina, asistió a clases de disección en el Hospital Provincial de Valencia, donde más que decidirse por continuar esos estudios empleaba su tiempo en hacer dibujos y pintar sobre lienzo algunas composiciones que él mismo preparaba.

Puede considerarse que su más rigurosa formación comienza y se encauza definitivamente con su ingreso en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos (1941- 1942), donde cursa estudios de manera regular. En ese período las técnicas y soportes que utiliza son los habituales para la época (óleo, acuarela, dibujo, grabado, lienzo, papel...), de tradicional uso en el reducido número de asignaturas que se cursaban, y con unas tendencias expresivas que todavía mantenían como referente al pintor Joaquín Sorolla. Cultiva una línea representativa que le lleva a realizar algunas obras, en dibujo y grabado principalmente, que alcanzan cierta resonancia en los diarios locales al mencionarse su nombre en las crónicas de las exposiciones de arte universitario en las que participa. Esa línea figurativa se verá influida por los pintores que tiene ocasión de descubrir en París —Matisse, Braque, Klee, Kandinsky y otros— gracias al disfrute de una beca del Sindicato Español Universitario (1948), lo que dio lugar a sus primeras incursiones en la abstracción con técnicas diversas y unos primeros collages de telas pegadas y pintadas. A su regreso a Valencia expondrá sus primeras obras abstractas en la Sala Mateu (1949), que no serán bien acogidas por la prensa y el público, a consecuencia de lo cual destruirá todo lo que había presentado.

En su vuelta a París, en 1949, vivirá gracias a los escasos ingresos que le proporcionan modestos trabajos que realiza —entre ellos, tarjetas de felicitación serigrafiadas—, y pintará poco; pero en lo que hace, alterna el uso de lienzo y papel en la realización de abstracciones con referencias figurativas, recurriendo a la técnica de la acuarela, y al óleo en menor medida.

Los resultados no le satisfacen y se suceden nuevas destrucciones de obras.

Una drástica decisión le lleva a abandonar toda figuración en su nueva senda expresiva, renunciando a técnicas, soportes e instrumentos utilizados antes, para trabajar de modo exclusivo con gouache y tiralíneas sobre cartulina o papel de color en abstracciones geométricas que tienen como referente los escritos teóricos de Kandinsky. Nunca más volverá a la referencia figurativa salvo en contadas ocasiones, y no para modificar la trayectoria creativa que había elegido: un retrato de su madre (dibujo previo de fotografía, y pintura, 1966), dibujos de estudio para la escultura múltiple Cabeza de Azorín (1974), dos retratos de Abel Martín (1974), Retrato de Dora Borges —óleo—, y dos dibujos de las hijas de la retratada realizados con carboncillo (1981), junto con una serigrafía de una de ellas.

Así, en 1953 comienza la que será la base de toda su obra posterior, emergiendo en ella el artista maduro que, aun sabiendo que elige un camino en soledad, siente que está compartiendo un momento de cambio en el arte, como el que se vivía en el París de los años cincuenta, donde el Constructivismo iba abriendo nuevas vertientes entre las que podría situarse el Cinetismo que preconizaba Vasarely y al que Sempere, en ese momento, se sentía afín. Con una obra realizada en Madrid (1963-1964) titulada Móvil —de 80 por 55 centímetros, en hierro— participaría en The Responsive Eye (“El ojo sensitivo”), la gran exposición que recogía bajo la denominación optical art todas las manifestaciones artísticas del momento que tenían como objeto el movimiento visual o físico en el contexto pictórico.

Puede afirmarse que con los Gouaches de París (1953- 1960) establece las bases de todos los fundamentos teóricos, artísticos y formales de su creación posterior que le dará nombre como artista. Las líneas que emplea en los gouaches de su segunda época en París —que en sus gradaciones, anchuras y superposiciones evidencian posibilidades espaciales y corpóreas que no tardará en acometer con los móviles metálicos—, y en las delicadas transiciones tonales que consigue, apuntan un singular lirismo que se acentuará con los años, buscando la luz como un valor más, determinante, en cualquiera de sus obras. Esas dos constantes, y la adopción más tardía de una paleta de color que entronca con la tradición de la mejor pintura española, serán una característica permanente en toda su pintura sobre tabla, que comenzará en 1960-1961, y que cultivará hasta el fin de sus días.

Los relieves luminosos constituyen una original aportación de Sempere al Cinetismo, y un claro precedente en la incorporación de medios técnicos a la obra de arte. Utiliza luz eléctrica en su primer relieve luminoso (1955), con el que estará presente en el 10.º Salon des Réalités Nouvelles, y completará la serie —unos dieciocho— con Maqueta para el Concurso del Ábside de la Basílica de Aránzazu (1962), si bien realizará más tarde un encargo para la central hidroeléctrica de Puente Bibey/Saltos del Sil (1964- 1965). Pirámide luminosa móvil (1967) y Ley de la buena forma (1968) serán las últimas obras realizadas con los conceptos y medios propios de los relieves luminosos. Recurriendo a dibujos sintéticos, bocetos, croquis y descripciones, comienza ya a contar con otras personas para la realización de los relieves.

En 1964-1965, empleando cartulinas y papeles metálicos y de color, realiza una serie de veinte obras, aproximadamente, conocidas y expuestas como collages, que nada tienen en común con ninguno anterior.

Éstos son más bien estructuras en dos o tres planos superpuestos —a modo de celosías— que preludian los móviles de dos planos en acero inoxidable o hierro.

Los realiza en un período en que, disfrutando de una beca de la Fundación Ford, viaja por los Estados Unidos, y presenta en numerosas exposiciones internacionales.

Con su obra escultórica Sempere es uno de los primeros artistas de su tiempo que adopta el método “proyectual” como hecho creativo, delegando la realización completa de sus obras en profesionales o artífices que, bajo su dirección, las materializan. Sus esculturas comienzan en 1963 y se producen hasta poco tiempo después de su fallecimiento, al culminar varios proyectos que estaban en curso de realización.

Dibujos y planos para su obra tridimensional se nutren de su experiencia pictórica y, algunas de ellas, de los resultados en serigrafía —realizadas tomando como modelo dibujos y composiciones previos—, de ahí también que en su producción artística tridimensional, la luz, el movimiento virtual o mecánico, y los reflejos del ambiente, sean valores que se acojan en un nuevo soporte evidenciando su coherencia formal y creativa. Construidas las primeras en hierro (cromado o pintado en esculturas de los primeros años sesenta), Sempere adoptó el acero inoxidable como metal más acorde con sus propósitos, si bien en algunas obras —como la realizada para el aeropuerto de Alicante (1983)— experimentó con aluminio pulido anodizado; del mismo modo en que, hacia 1977, habría realizado al menos un encargo en hierro recubierto con pan de oro. Cuando son pintadas, los colores negro, azul y gris —con menor frecuencia— son los más utilizados.

La técnica serigráfica que había aprendido en el taller de Wifredo Arcay —París, alrededor de 1955— no la utiliza Sempere para hacer obra seriada hasta 1960, cuando, recién llegado a Madrid con su amigo y colaborador Abel Martín Calvo [Mosqueruela (Teruel)], acepta realizar serigrafías para Lucio Muñoz, Manuel Millares, Antonio Saura, Emilio Vedova y otros. Con su primera carpeta, Las cuatro estaciones (1965) —con textos de Pedro Laín Entralgo—, inicia una serie en la que siempre incluirá poemas o textos de autores como Julio Campal, Luis de Góngora, José Miguel Ullán, Edmond Jabés, Gabriel Miró, Gerardo Diego, San Juan de la Cruz —incluyendo casidas arabigoandaluzas en la carpeta La Alhambra (1977)—, textos extraídos de la Biblia —en La Luz de los Salmos (1980)—, y una carta personal de Vicente Aleixandre en Cántico Espiritual (1982). Con numerosas obras formando series o sueltos, la serigrafía será una técnica de creación que utilizará hasta sus últimos días.

La presencia de Sempere en grupos como Los Siete, Parpalló, Grupo de Cuenca, El Paso, Constructivistas de Madrid, u otros con los que ocasionalmente exponía, nunca supuso para él una asunción de los mismos presupuestos artísticos; en general, condujo su obra y trayectoria desde una cierta y callada distancia. Interesado en otros campos de conocimiento, colaboró en proyectos con Cristóbal Halffter, Luis de Pablo, José Antonio Fernández Ordoñez, Fernando Higueras y Julio Campal, entre otros (artistas plásticos incluidos), que no siempre pudieron verse culminados.

El pintor Francisco Echauz, a comienzos de 1970, recabó la presencia de Sempere en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, en la cual, y hasta final de curso, desempeñó el papel de profesor, como así consta en las actas del centro.

Respetuoso con la libertad de expresión, conoció en 1971 los calabozos de la Dirección General de Seguridad por protestar contra la suspensión de un acto en homenaje a Picasso. En junio de 1983, la coherencia de su obra fue reconocida con la concesión del Premio Príncipe de Asturias de las Artes, así como del Premio Alfons Roig en septiembre de ese mismo año.

En enero de 1984 fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Alicante, y al mes siguiente nombrado académico de honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia.

Fallecido sin descendencia, su villa de nacimiento, Onil, le nombró hijo predilecto en abril de 1984, y la Diputación Provincial de Alicante, hijo predilecto de la provincia, donde un recuerdo permanente de Sempere queda en la generosa donación que hizo de su colección de arte, que dio lugar, en 1977, al Museo de la Casa de la Asegurada.

Eusebio Sempere fue, en suma, precursor de la abstracción geométrica en España y de la incorporación de la luz eléctrica a la obra pictórica en armonía con otros valores plásticos, y pionero en la adopción de nuevos métodos en la autoría de la obra artística.

 

Obras de ~: Gouache, 1961; Paisaje, 1962; Sectores del círculo positivo-negativo, 1967; La Mezquita, 1976; A Teresa de Ávila, 1977; Ciudad, [1957]; Cuadrado tomado de Albers, 1964; Las montañas, 1964; con C. Halffter y J. Campal, escultura móvil musical para la empresa IBM (sólo en estado de proyecto), 1967-1968; con J. Antonio Fernández Ordóñez, barandilla del puente entre las calles de Eduardo Dato y Juan Bravo, y Museo de Escultura al aire libre, Madrid, 1970-1972; El órgano, Fundación Juan March, Madrid, 1977.

Escritos: “Del cubismo a la pintura abstracta”, Universidad de Valencia, 1954 [en Reüll: informació d›art i cultura visual, 4 (febrero de 1984), pág. 7]; “Primer salón de escultura abstracta”, en Levante (Valencia), 30 de enero de 1955; Manifiesto (publicado en París, el 8 de julio de 1955, con motivo del 10.º Salón de “Réalités Nouvelles”, y entregado en mano a la entrada de la exposición), en Levante, octubre de 1955; “Yo veo el arte en 1956, así”, en Levante, 1 de octubre de 1956; “Dos tendencias actuales de la pintura abstracta”, en Publicación del Movimiento Artístico del Mediterráneo, Valencia, 1958; texto reproducido en el catálogo de la exposición del Grupo Parpalló, “Homenaje a Don Diego Velázquez de Silva”, Valencia, Sala Mateu, febrero de 1961; Les artistes ont la parole, Bruselas, Les Beaux-Arts, 17 de marzo; texto autobiográfico, c. 1970 (inéd.) (en Archivos del Instituto Valenciano de Arte Moderno); texto reproducido en el catálogo de la exposición “Generación Automática de Formas Plásticas”, Madrid, Centro de Cálculo de la Universidad Complutense, junio-julio de 1970; “Texte polemique lu au cours d’un Seminaire au Centre de Calcul de Madrid (juin 1971)”, en Chroniques de l´art vivant (París), 25 (noviembre de 1971); “Arte y Técnica”, en Tropos (Madrid), 3 y 4 (abril-septiembre de 1972); texto para el catálogo de su exposición en la Sala Pelaires, Palma de Mallorca, junio de 1974; texto para el catálogo de su exposición en la Galería 42, Barcelona, 19 de noviembre de 1974; Manifiesto, 1975 (reprod. en I. Julián y A. Tàpies, Diálogo sobre arte, cultura y sociedad, Barcelona, Icaria, 1977]; “Vasarely, en Madrid”, en Guadalimar (G) (Madrid) 2, (5 de mayo de 1975); “En memoria de Roberta González”, en Batik (Barcelona), 28 (1976); “Sempere y la familia del escultor”, en G, 14 (10 de junio de 1976); “Epílogo”, en A. Trapiello, Conversación con Eusebio Sempere, Madrid, Rayuela, 1977; Encuentros, ‘Georges Braque’, Madrid, Rayuela, 1977 (Cuadernos Guadalimar, 1); Encuentros, ‘Jean Arp’, Madrid, Rayuela, 1977 (Cuadernos Guadalimar, 1); Encuentros, ‘Josef Albers’, Madrid, Rayuela, 1977 (Cuadernos Guadalimar, 1); Encuentros, ‘Victor Vasarely’, Madrid, Rayuela, 1977 (Cuadernos Guadalimar, 1); “Lo más real”, en G, 21 (marzo de 1977); “La lección de las cosas”, en E1 País (Madrid), 27 de septiembre de 1979; Otra dimensión, texto para el catálogo de la exposición del mismo nombre, Madrid, Theo, 1979; “E1 arte del pasado y del futuro”, en Diario 16 (Madrid), 13 de diciembre de 1979; “Julio González, prototipo del genio español ignorado”, en El País, Madrid, 20 de enero de 1980; “Forma, movimiento, comunicación”, en F. Soria y J. M. Almarza-Meñica (dirs.), Arte contemporáneo y sociedad, Salamanca, Editorial San Esteban, 1981.

 

Bibl.: C. Popovici, Sempere, Valencia, Servicio de Publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia, 1972; A. Bernabeu, Eusebio Sempere, Madrid, Rayuela, 1975; J. Meliá, Sempere, Barcelona, Ediciones Polígrafa, 1976; A. Trapiello, Conversación con Eusebio Sempere, Madrid, Rayuela, 1977; J. Gallego, Sempere, Madrid, Theo, 1980; F. Silio, Sempere. Obra gráfica, Madrid, 1982; F. Soria Heredia, Eusebio Sempere, Alicante, Caja de Ahorros del Mediterráneo, 1988; A. Fernández García, La obra de Eusebio Sempere desde una investigación visual de la pintura, tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, 1989; VV. AA., Eusebio Sempere. Una antología, 1953-1981, Valencia, Instituto Valenciano de Arte Moderno, 1998.

 

Antonio Fernández García

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