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Rodrigo de Moscoso

Biografía

Moscoso, Rodrigo de. ?, p. m. s. XIV – Santiago de Compostela (La Coruña), 26.IV.1382. Arzobispo de Santiago de Compostela.

Hijo de Sancho López de Moscoso y de su mujer, María Fernández, quienes encabezaron la línea de sucesión del linaje forjado en la segunda mitad del siglo xiii a partir de Pedro Vidal, “cibdadano” compostelano.

El personaje, por tanto, era hermano de Sancho Sánchez de Moscoso, de Alonso Sánchez, al cual sucedió en el arzobispado de Santiago, así como de Lopo Pérez, I señor de Altamira, Gonzalo Pérez, arcediano de Reina también en la Iglesia de Santiago, y María López —o “Mayor Fernández”—, casada con Fernán Becerra de Cances y en cuya descendencia continuaría la gran casa de Altamira.

Nada se sabe respecto a su trayectoria eclesiástica anterior a 1367. Lo único que consta es que, a comienzos de este año, fue promovido al arzobispado de Santiago, desde el cual se apresuró a favorecer la causa del rey Pedro I, participando activamente en la guerra civil. Al término del conflicto se sometió a Enrique II y en 1372, siguiendo indicaciones regias, entregó al conde Pedro, sobrino del nuevo Monarca, la pertiguería mayor de Santiago, que hasta entonces había ejercido Fernando de Castro, el gran defensor del petrismo. Durante su pontificado, Enrique II favoreció reiteradamente al prelado y Cabildo compostelanos, confirmando viejos privilegios —entre ellos, el del voto de Santiago o el del señorío de la propia ciudad— y otorgando otros nuevos. Consta, por otra parte, que Rodrigo de Moscoso se posicionó ante el Cisma producido tras la muerte de Gregorio XI, acaecida en 1378, manifestándose a favor de Clemente VII, lo que alejó definitivamente a la Iglesia de Santiago de sus sufragáneas portuguesas, que se inclinaron a favor de Urbano VI.

Los últimos años de gobierno de Rodrigo de Moscoso no fueron tranquilos. El motivo estuvo en su incapacidad para refrenar las graves intromisiones de su pertiguero mayor, el conde Pedro, que se incrementaron a la muerte de Enrique II: usurpación de casas y fortalezas, actos de jurisdicción, recaudación e imposición de tributos, atropellos y violencias... En 26 de abril de 1382, el mismo día de su muerte, otorgó su testamento, ordenando su entierro ante la puerta principal del coro de la catedral, pese a que en este mismo instrumento dejaba fundada la capilla llamada dos ferros, en el trascoro de la misma iglesia.

 

Bibl.: A. López Ferreiro, Historia de la Iglesia de Santiago, vol. VI, Santiago, Seminario Conciliar Central, 1903, págs. 182-216, y apéndices 154-159; F. Menéndez Pidal de Navascués y E. Pardo de Guevara y Valdés, “A propósito de un nuevo sello medieval gallego. El obispo don Gonzalo, de Mondoñedo, y los orígenes de la Casa de Altamira”, en Anuario de Estudios Medievales, 29 (1999), págs. 803-834; “La Casa de Altamira y sus linajes en la Baja Edad Media. Viejas noticias y nuevos documentos”, en VV. AA., Actas do Simposio de Historia da Costa da Morte, La Coruña, Asociación Neria, 2000, págs. 261-282; Los señores de Galicia. Tenentes y condes de Lemos en la Edad Media, La Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza, 2000, 2 vols. (col. Galicia Histórica); “Parentesco y nepotismo. Los arzobispos de Santiago y sus vínculos familiares en los siglos xiv y xv”, en R. Yzquierdo Perrín (ed.), Los coros de catedrales y monasterios: arte y liturgia. Actas del simposio organizado por la Fundación Pedro Barrié de la Maza en A Coruña, 6-9 de septiembre de 1999, La Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza, 2001, págs. 75-82 y 115.

 

Eduardo Pardo de Guevara y Valdés