Díez Sahagún, Clemente. Fuentes de Nava (Palencia), 23.XI.1861 – Paracuellos del Jarama (Madrid), 28.XI.1936. Religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OH), beato.
Nacido el 23 de noviembre de 1861 y bautizado al día siguiente en la parroquia de San Pedro Apóstol, era hijo de Víctor Díez Martín y Clara Sahagún Rodríguez.
El sacramento de la confirmación lo recibió en 1873 de manos del obispo de Palencia Juan Lozano Torreira. Frecuentó la escuela local, todavía joven empezó a trabajar en las labores del campo, donde se desenvolvía con tal soltura, que se hizo un especialista muy prestigioso entre los de su ambiente.
El servicio militar lo cumplió en Valladolid. Mientras tanto trabó especial relación de amistad con Faustino Calvo, el cual se hizo religioso hospitalario y llegó a ser general de la Orden de San Juan de Dios.
Encontró resistencia en su padre, interesado en contar con él para las labores agrícolas. Pese a todo, ingresó el 15 de abril de 1886 en Ciempozuelos. Cinco meses más tarde vistió el hábito, dando principio al noviciado.
Un año después, emitió la profesión de sus votos temporales el 1 de octubre de 1887, y el 24 de diciembre de 1893 los votos solemnes. Estaba dotado de una fuerza excepcional, de musculatura recia y estatura prócer; sin embargo, era de carácter tranquilo y bondadoso, un tanto retraído y amante del silencio, trabajador incansable, enemigo acérrimo de la ociosidad.
Su entrega a la asistencia de los enfermos siempre fue generosa y comprometida. La mayor parte de su vida hospitalaria formó parte de las comunidades en centros de psiquiatría, como Ciempozuelos, Sant Boi de Llobregat, Palencia, Santa Águeda de Guipúzcoa, Málaga e incluso Cholula (México), aunque pasó un tiempo también en el hospital de niños de Barcelona. Pero donde su entrega generosa y caridad se hizo más famosa fue en el provincial de Zaragoza, donde estuvo veinte años al frente de la sección de los enfermos agitados, desempeñando con tanto celo y caridad que la Diputación Provincial de Zaragoza colocó un retrato de fray Clemente en su salón de sesiones.
Gozó siempre de fama de religioso ejemplar, cumplidor de sus deberes religiosos y hospitalarios.
Muy caritativo con los enfermos y celoso de sus obligaciones, aún acudía cuando ya no podía hacer otra cosa, por ancianidad o invalidez, a dar de comer a los enfermos que no podían hacerlo por sí mismos.
Asimismo, sinceramente piadoso, se le veía frecuentemente, o haciendo rosarios que los regalaba para fomentar la devoción a la Santísima Virgen, o desgranando las cuentas de su rosario, devotamente recogido.
Después en la cárcel, en nada se preocupaba de las iras y malas palabras de los milicianos. Tampoco los milicianos se preocupaban mucho de él. El beato Clemente, por su parte, con su natural tranquilidad y bondad hacía caso omiso de todo, y de lo único que se preocupaba era de rezar. En su ancianidad se sentía llamado a dar testimonio de paciencia, silencio y mansedumbre soportando cualquier contrariedad, hasta su muerte, que llegó cuando el beato Clemente Díez tenía setenta y cinco años de edad y cincuenta como religioso.
Su fiesta litúrgica se celebra el 30 de julio.
Bibl.: O. Marcos Bueno, Violencias, profanaciones y asesinatos cometidos por los marxistas en los Establecimientos de San Juan de Dios: Ciempozuelos, Carabanchel Alto y Talavera de la Reina, Palencia, Editorial Hospitalaria, 1938; R. M. Saucedo Cabanillas, “Hasta el Cielo”, en Biografía y martirio de 54 Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, Madrid, ARGES, 1952; O. Marcos Bueno, Testimonio Martirial de los Hermanos de San Juan de Dios en los días de la persecución religiosa española, Madrid, Editorial Hospitalaria, 1980; M. Santiago, El Beato Clemente Díez Sahagún, Palencia, Diputación Provincial, 1992; F. Lizaso Berruete, Testigos de la misericordia hasta el martirio, Madrid, G. Ortega, 1992.
José Luis Martínez Gil, OH