Hurtado Miró, Amadeo. Villanueva y Geltrú (Barcelona), 28.I.1875 – Barcelona, 11.II.1950. Jurista y político.
Finalizó la carrera de Derecho en la Universidad de Barcelona en 1896. Fue un jurista de prestigio. Participó en numerosos procesos de significación social o política. Actuó como consejero legal de importantes empresas. En 1912, participó en la municipalización del servicio de aguas de Barcelona. Ese mismo año, fue miembro de la Junta del Colegio de Abogados de Barcelona, de la que fue elegido decano en 1922; dos años más tarde dimitió, después del golpe de estado de Primo de Rivera.
En 1906 fue uno de los promotores de Solidaritat Catalana. En 1907 fue diputado, como republicano sin partido, por el distrito de Tarrasa en el Congreso, donde presentó el programa del grupo. Disuelta Solidaritat, se retiró de la política activa.
En el campo del periodismo, en 1914, reorganizó el diario La Publicidad, de Barcelona, de tendencia aliadófila, junto con un grupo de jóvenes periodistas. Acabada la guerra, el gobierno francés le nombró caballero de la Legión de Honor. En 1922 fue el inspirador de los diarios madrileños El Liberal y Heraldo de Madrid. En 1929 fundó en Barcelona el semanario Mirador, que sirvió como modelo para un determinado estilo de periodismo.
En 1930 participó en la comisión que llevó a cabo la codificación del derecho catalán, como apéndice del Código Civil Español.
El 1931, al triunfar la República, se encargó de una misión confidencial para encauzar las relaciones entre los gobiernos provisionales del Estado y de la Generalitat de Cataluña, antes de la aprobación del Estatuto de 1932 —en cuyo proceso de elaboración y tramitación intervino en los aspectos jurídicos—. Fue diputado en las Cortes Constituyentes y miembro de la Delegación de España en la Sociedad de Naciones. En octubre de 1931, tuvo una intervención notable en el debate en las Cortes sobre la cuestión religiosa. Defendió que en un Estado no confesional como España, según la nueva Constitución, las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado no se habían de basar en aspectos dogmáticos, sino en el hecho de que la mayor implantación de la religión católica la diferencia de cualquier otra confesión religiosa; seguía la doctrina establecida en Francia por Waldeck-Rousseau.
Después de los hechos ocurridos en Barcelona el 6 de octubre de 1934, coordinó la defensa de algunos políticos procesados. En junio de 1934 fue elegido presidente de la Academia de Jurisprudencia y Legislación de Cataluña; organizó y presidió el Congrés Jurídic Català de 1936. En julio de 1936 fue elegido presidente del Ateneo barcelonés, pero no llegó a tomar posesión a causa del levantamiento militar.
En agosto de 1936 se estableció en París con su familia, donde mantuvo algunas entrevistas de alto nivel, aprovechando su condición de antiguo delegado en la Sociedad de Naciones, en un intento de influir en el cese de las hostilidades en España. Hacia 1938, colaboró en París en la fundación de la asociación La Tercera España (ni republicanos ni franquistas). Al comenzar la Segunda Guerra Mundial se instaló en Perpiñán. En 1949 regresó a Barcelona para pasar los últimos meses de su vida.
Obras de ~: Quaranta anys d’advocat, vols. I y II, México, Xaloc, 1956 y 1958, y vol. III, Barcelona, Ariel, 1967; VV. AA., Pensament polític i social, Barcelona, Ariel, 1977.
Bibl.: F. X . Puig Rovira, Amadeu Hurtado i Miró (1875- 1950), Vilanova i la Geltrú, Ajuntament, 1999; Diccionari biogràfic de Vilanova i la Geltrú, Vilanova i la Geltrú, Ajuntament, El Cep i la Nansa editors, 2003.
Francesc X. Puig Rovira