Saavedra y Salamanca, José de. Marqués de Viana (II) y conde de Urbasa (II). Madrid, 4.IV.1870 – 5.IV.1927. Sumiller de Corps, montero mayor, ballestero y caballerizo de Alfonso XIII, gentilhombre de cámara del Rey, senador real, teniente coronel de Artillería, presidente del Real Aeroclub de España y de la Asociación Nacional de Olivareros, caballero del Toisón de Oro y Gran Collar de la Real Orden de Carlos III.
Hijo de los primeros condes de Urbasa, Fausto Saavedra y Cueto (1842-1880) y Fernanda Salamanca y García (1849-1877), al perder a sus padres, tanto José como su hermana Beatriz Saavedra y Salamanca (1872-1909) pasaron a la tutela de su tío Teobaldo Saavedra y Cueto, marqués de Viana (1839-1898), y de la esposa de éste, María del Carmen Pérez de Barradas y Bernuy (1828-1901). José Saavedra estudió interno en el Colegio jesuita San Luis Gonzaga, en El Puerto de Santa María (Cádiz) y desde 1885 escogió la carrera militar, en la que alcanzó el grado de teniente coronel de Artillería y fue profesor de la Escuela Central de Tiro, en Carabanchel (Madrid). El II conde de Urbasa fue designado por sus tíos y tutores heredero de sus bienes y sucedió a su tío Teobaldo en el marquesado de Viana a la muerte de éste, aunque no comenzó a titularse como tal hasta el fallecimiento de la marquesa viuda, María del Carmen, por la que sentía gran respeto y amor.
Contrajo matrimonio en 1896 con Mencía del Collado y del Alcázar, marquesa del Valle de la Paloma (1875-1933), con la que tuvo tres hijos: Carmen (1899-1967), Leonor (1901-1955) y Fausto (1902- 1980). Carmen Saavedra, marquesa de Villaviciosa, casó con Fernando Fitz-James Stuart y Falcó, duque de Peñaranda de Duero y conde de Montijo (1882- 1936), siendo su único hijo Fernando (1922-1971), apadrinado por Alfonso XIII. Leonor Saavedra, condesa de Torrehermosa, casó con el noble francés Sóstenes de La Rochefoucauld, vizconde de La Rochefoucauld (1897-1970). Y el heredero y sucesor, Fausto, casó en diciembre de 1927, ya fallecido su padre, con la noble portuguesa Sofía de Lancaster y Bleck (1904-1982).
Su vinculación con el rey Alfonso XIII comenzó en 1902 al recibir el privilegio de cubrirse ante el Rey como Grande de España y ser nombrado gentilhombre de Cámara del Rey, unos días antes del juramento del Soberano en las Cortes al cumplir la mayoría de edad para reinar (17 de mayo de 1902). En 1905 fue designado senador real y en 1906 entró al servicio de la Casa Real como caballerizo, ballestero y montero mayor, alcanzando en febrero de 1925 los cargos de sumiller de Corps y guardasellos, pasando a ser jefe superior de Palacio. Acompañó a la Corte en sus vacaciones de La Granja, San Sebastián y Santander y al Rey en viajes por España y el extranjero, oficiales como a Bélgica, o particulares como al Reino Unido o Deauville (Francia). A la hacienda del marqués de Viana en Moratalla (Córdoba) acudió Alfonso XIII, su familia y la Corte en doce ocasiones entre 1908 y 1927, para cazar o jugar al polo. El Palacio de Viana en Córdoba albergó al Rey cinco veces, la más famosa el 23 de mayo de 1921, cuando por la noche pronunció su discurso del Círculo de la Amistad, preparado por la tarde en los jardines del Palacio y que cuestionaba la validez del sistema parlamentario español.
En la semblanza que el diario ABC del 23 de noviembre de 1926 dedicó al marqués de Viana con motivo de habérsele concedido el Toisón, señala que Viana conoció a Alfonso XIII con ocasión de una visita del Soberano, aún menor de edad, a Carabanchel, “y desde entonces el cariño y la amistad con que éste le ha honrado, no se han interrumpido nunca”.
Amigo íntimo del Rey, con gran capacidad laboral, prestigio social, dotado de don de gentes y fuerte fortuna económica, el marqués de Viana fue considerado consejero áulico del Monarca y líder de una cierta “camarilla”, opinión que señala Ricardo de la Cierva, lo que le valió las críticas de los detractores de una Monarquía a la que él siempre defendió, valoración que siguen Tusell y Seco Serrano. Su círculo de amigos, con quienes coincidía en la defensa de la Monarquía en España, la propiciación de su contacto con intelectuales y artistas y la difusión de una buena imagen de ella en el extranjero, fueron el marqués de la Vega Inclán, Quiñones de León, el marqués de la Torrecilla o Emilio de Torres y Gonzalo Arnao. Con la reina Victoria Eugenia la relación de Viana no fue tan cordial, incluso Gerard Noel certifica la enemistad entre ambos, al culpar ella a Viana de fomentar ciertas aventuras extramatrimoniales del Rey, y el marqués señalar a la Reina como responsable de la entrada de la hemofilia en la Familia Real española.
El propio Noel recoge el incidente ocurrido entre los dos, cuando en abril de 1927 Victoria Eugenia, en privado y con durísimas palabras, acusó al marqués de buscar la anulación del matrimonio regio, provocando una indisposición en Viana que, casualidad o no, falleció al día siguiente.
De Alfonso XIII recibió el marqués de Viana las dos Órdenes más preciadas de España, la de Carlos III como Gran Cruz en 1907 y como Caballero del Collar en el verano de 1926, y la del Toisón de Oro en noviembre de 1926, que se unieron a numerosas condecoraciones extranjeras: la Royal Victoria Order de Inglaterra (1906), la Orden del Mérito de la Corona Bávara (1908), la Orden Imperial Austríaca de Leopoldo (1908), la Real Orden del Sol Naciente de Japón (1911), caballero de la Gran Cruz de la Corona de Italia (1911), la Orden de San Carlos de Mónaco (1912), la Gran Cruz de la Legión de Honor de Francia (1914), la Gran Cruz de San Mauricio y San Lázaro de Italia (1915) o el Gran Cordón de la Orden de Leopoldo de Bélgica (1923). Desde 1917, el marqués de Viana era también maestrante del Real Cuerpo de Maestranza de Caballería de Sevilla.
Además de sus cargos políticos y en la Corte, el marqués de Viana fue fundador y presidente del Real Aeroclub de España, dándose la circunstancia de que fue el primer español que despegó del suelo en un aparato con motor, ocurriendo dicho acontecimiento en Le Mans (Francia), en 1908, a bordo de un rudimentario artilugio pilotado por el legendario Wilbur Wright. También fue un gran profesional de la agricultura, experimentando continuamente en el sector oleícola del que llegó a ser presidente de la Asociación Nacional de Olivareros. Precisamente, el propio rey Alfonso XIII inauguró en 1926 la Almazara de la Hacienda La Laguna, cerca de Baeza (Jaén), propiedad del marqués y una de las más grandes y adelantadas de España. Igualmente fue socio fundador de la Sociedad Hípica Española (1901) y miembro de la Hispanic Society of America de Nueva York (1913).
Aunque residente en Madrid, en la calle Duque de Rivas, el marqués de Viana habilitó su palacio en Córdoba como casa museo, adquiriendo colecciones de azulejos, cueros y cuadros y enriqueció su hacienda de Moratalla con jardines diseñados por el ingeniero francés J. C. N. Forestier entre 1914 y 1916 y construyendo un campo para jugar al polo.
El II marqués de Viana falleció tras una breve enfermedad provocada por un grave ataque de uremia, según se indicó en los periódicos, en Madrid, el 5 de abril de 1927. Su muerte tuvo gran resonancia en la prensa y el entierro, al día siguiente, se convirtió en un exponente de la importancia del marqués. En la comitiva y en representación del Rey figuraba el infante Alfonso de Borbón, le seguían el Gobierno en pleno, con Primo de Rivera al frente, y los jefes de Palacio. Representaciones civiles, militares y de la aristocracia, acompañaron a los familiares en todo el trayecto. Los Reyes y el príncipe de Asturias salieron al balcón del Palacio Real cuando pasó ante él la comitiva fúnebre camino del cementerio de San Isidro.
Fuentes y bibl.: Archivo del Senado, Exps. personales, HIS-0506-01; Archivo Histórico Viana, Sección Empleos y Honores, leg. 126, leg. 676 exp. 7, leg. 677 exp. 6, leg. 683 exp.
3, leg. 694 exp. 5, carpeta 1.2, carpeta 1.3, carpeta 1.4, carpeta 1.9, carpeta 1.11, carpeta 1.14, carpeta 1.22, carpeta 1.26; Sección Fotografías, 1 a 923; Sección Administración, leg. 688 exp. 2; Sección Partidas Sacramentales, caja 85 exp. 2.144a; Sección Planos y mapas, 1-10, 14-21, 25, 26, 28, 29.
[“Concesión del Toisón de Oro al Marqués de Viana”], en ABC, 23 de noviembre de 1926; G. Noel, Ena. Spain’s English Queen, London, Constable, 1984; J. Moreno Manzano, Guía del Palacio-Museo de Viana, Córdoba, Cajasur, 1996; J. Peña González, “Las claves de un gran discurso (1921)”, en Boletín de la Real Academia de Córdoba (Córdoba), n.º 132 (1997), págs. 203-222; R. de la Cierva, Alfonso y Victoria. Las tramas íntimas, secretas y europeas de un reinado desconocido, Madrid, Fénix, 2001; J. Tusell y G. Queipo de Llano, Alfonso XIII, el rey polémico, Madrid, Taurus, 2001; J. J. Primo Jurado, “Los Palacios de Viana”, en Revista Cajasur (Córdoba), n.º 89 (2002), págs. 38-41; “Alfonso XIII, Viana y Córdoba”, en ABC (Córdoba), 13 de enero de 2002; “Archivo Histórico de Viana: clasificación y campos de investigación”, en VV. AA., Actas del III Congreso de Historia de Andalucía, Andalucía Contemporánea (I), Córdoba, Cajasur, 2003, págs. 33-54; J. J. Primo Jurado, “La imagen de Alfonso XIII en el Archivo Viana”, en Revista Cajasur (Córdoba), n.º 91 (2003), págs. 38- 41; Memoria histórica y vida de la nobleza a través del Archivo Viana, tesis doctoral, Madrid, Universidad Rey Juan Carlos, 2004 (inéd.); “José Saavedra, el gran marqués de Viana”, en Revista Nuevo LP (Córdoba), n.º 292 (2004), pág. 22.
Juan José Primo Jurado