Fontbona Ventosa, Emili. Barcelona, 9.V.1879 – 30.IX.1938. Escultor.
Se formó en la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad natal (1889-1892), y luego con Eduard Pagés, pero sobre todo con Eusebi Arnau —que dejó de él algunos retratos de juventud— y en la Academia de Pere Borrell. Allí conoció a Marian Pidelaserra, Pere Ysern y Xavier Nogués. Participó en la Exposición General de Arte de Barcelona de 1894, con una obra sobre papel, y en esta época realizó un Ángel en bajorrelieve (¿1896?, Barcelona, Reial Academia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi). Con Pidelaserra —que lo retrató en varias ocasiones— e Ysern integró el grupo de El Rovell de l’Ou, y con ellos dos marchó en abril de 1899 a París, donde asistió a la Academia Colarossi, descubrió las nuevas tendencias y trabajó para orfebres.
En verano de 1901, al marchar sus compañeros, entró en contacto, aún en París, con Pablo Picasso, con quien tuvo una relación intensa hasta fin de año, momento en el que ambos regresaron a Barcelona. Aquí Picasso, en 1902, se inició en la escultura en casa de Fontbona, y éste se integró en las tertulias de Els Quatre Gats, donde Picasso lo dibujó en más de una ocasión.
Realizó un medallón en homenaje a la poesía de Jacint Verdaguer (1902, colección familiar). Expuso en la Sala Parés en 1902 y en 1905, esta vez en una ambiciosa colectiva de jóvenes reivindicativos, junto a Pidelaserra, Ysern, Torres García, Sebastià Juñer Vidal y Xavier Nogués, con quien compartía taller. Trabajó un tiempo en las obras de la Sagrada Familia, pero lo dejó al no congeniar con el concepto escultórico de Antoni Gaudí. Poco después, en 1906, se agudizaron los problemas mentales que arrastraba de antiguo y tuvo que ser ingresado en un centro psiquiátrico, del que ya no saldría.
Tras una primera época en la que se mostró reacio al pujante Modernismo, en París se convenció, en la estela de Gauguin —cuya obra seguramente conoció a través de Paco Durrio—, de la importancia de buscar el camino regresando a los orígenes. Defendió así un arcaísmo que queda patente en la intensa simplicidad de sus bustos Dona d’Amposta y Mariner de Tarragona (1902, colección familiar) y en el rudo barbarismo de su alabastro Cap de faune (1905, colección familiar), obras que suponen una alternativa insólita al delicuescente art nouveau imperante entonces en la escultura catalana, y que le valieron elogios del emergente crítico Eugeni d’Ors.
Obras de ~: Ángel, ¿1896?; Dona d’Amposta, 1902; Mariner de Tarragona, 1902; La poesia èpica i la poesia mística, 1902; Cap de gitana i cap de nen, 1903-1906; Cap de faune, 1905.
Bibl.: C. Juñer Vidal, “La ‘obra’ del escultor Fontbona”, en El Liberal, Barcelona, 13 de diciembre de 1902, pág. 1; F. Elias, L’escultura catalana moderna, Barcelona, Barcino, 1926 y 1928, 2 vols.; J. Palau i Fabre, Picasso i els seus amics catalans, Barcelona, Aedos, 1971; F. Fontbona, “La escultura postmodernista: Emili Fontbona”, en Estudios Pro Arte (Barcelona), 1 (1975), págs. 10-30; La crisi del Modernisme artístic, Barcelona, Curial, 1975; P. Navascués Palacio, C. Pérez Reyes y A. M.ª Arias de Cossío, “Del Neoclasicismo al Modernismo”, en R. Buendía (dir.) y C. Álvarez de Miranda (coord.), Historia del Arte Hispánico, vol. V, Madrid, Alhambra, 1979; F. Fontbona y F. Miralles, “Del Modernisme al Noucentisme 1888-1917”, en Història de l’Art Català, vol. VII, Barcelona, Edicions 62, 1985; T. Camps Miró, “El nostre primitivisme”, en L’avantguarda de l’escultura catalana, catálogo de exposición, Barcelona, Generalitat de Cataluña, Departament de Cultura, 1989, págs. 18-43; P. Vélez y N. Rivero, Emili Fontbona, 1879-1938. Escultor, Barcelona, Museu Frederic Marès, 1999; VV. AA., Picasso. Maestros y amigos españoles, Málaga, Junta de Andalucía-Unicaja, 2002; T. Camps, “L’escultura postmodernista”, en F. Fontbona (dir.), El Modernisme, vol. IV, Barcelona, L’Isard, 2003.
Francesc Fontbona de Vallescar