Merinero, Juan. Madrid, 1583 – Valladolid, 24.IX.1663. Obispo de Valladolid, religioso franciscano (OFM), Grande de España.
Aunque su familia era originaria de Soria, Juan Merinero había nacido en la Corte madrileña y estudió en la Universidad de Alcalá de Henares. A los diecisiete años ingresaba en el Convento de San Francisco el Grande de Madrid, continuando su formación y estudios en los conventos de Guadalajara, Ciudad Real y, de nuevo en Alcalá de Henares, siendo colegial del de San Pedro y San Pablo.
A partir de ahí se inició su labor docente, leyendo los estudios de Artes por espacio de cuatro años y Teología durante doce, en el Convento de San Diego en Alcalá y recibiendo el título de lector jubilado, lo que podía asimilarse al de doctor en Teología. Fue también hombre de gobierno de su religión como guardián o superior en los conventos de Nuestra Señora de la Esperanza el Real de Ocaña, además de definidor de la provincia de Castilla, ministro provincial, hasta llegar a ser general de la orden seráfica de San Francisco. Desde este cursus honorum se entiende que Felipe IV lo convirtiese en Grande de España en el turbulento año para la Monarquía de 1640, no estando libre de conflictos con el que era el valido del Monarca, el conde duque de Olivares, y con el virrey de Nápoles, Ramiro Núñez de Guzmán, I duque de Medina de las Torres.
Durante seis años gobernó a los frailes menores de San Francisco, retirándose al final de este período al convento madrileño. Pero, a partir de ahí y una vez que Olivares hubo desaparecido de la escena del poder, el monarca pensó en culminar los constantes ascensos de fray Juan Merinero. En 1645 le presentó al Obispado de Ciudad Real, pues el que hasta entonces era su titular había sido trasladado a Valladolid. Se trataba de Francisco Alarcón y Covarrubias, quien renunció a la diócesis vallisoletana, la cual no estaba considerada entre las mejores, pues su renta no era excesivamente elevada. Fue entonces cuando, en 1646, fray Juan Merinero, que lo había sido todo entre los frailes menores, fue presentado a la diócesis de Valladolid, siendo preconizado en el consistorio del 18 de febrero de 1647. Entonces vivía esta ciudad la construcción de una catedral que no se iba a concluir jamás, a cuyas obras contribuyó Merinero con donaciones como la de la reliquia del lignum crucis. Fray Juan Merinero murió como obispo de Valladolid, en septiembre de 1663; no fue enterrado, como sus antecesores, en la catedral, sino en el Convento de San Francisco.
Obras de ~: Commentarii in universam Aristotelis Dialecticam iuxta subtilis Doctoris Iaonnis Duns Scoti mentem, Compluti, Joann de Villodas, 1629 (Madrid, 1659); Commentarii in vniversam aristotelis dialecticam, Compluti, 1629; Satisfación por la Religión de S. Francisco al Manifiesto que se ha publicado, Valladolid, 1639; Cursus integer philosophiae iuxta doctoris subtilis Ioannis Duns Scoti mentem, quique voluminibus Aristotelis logicam paruam & magnam, Madrid, apud Matthaeum Fernandez Typographi Regium, 1649; Carta de su majestad el Rey Filipo IIII, a don Fray Iuan Merinero, Obispo de Valladolid y de su Consejo, Aranjuez, 1652; Respuesta a la carta de su Majestad, supra scripta, por D ~, Obispo de Valladolid y de su Consejo, y Prior proposito: dissinibilitas Articuli Immaculatae Conceptionis his temporibus pro comperto habenda est; Defensa de la Inmaculada Concepción de la Virgen, Valladolid, 1652 (en Biblioteca Universitaria de Salamanca); Commentarii in duos libros Aristotelis. De ortu et interitu rerum naturalium seu de generatione et corruptione earum, Madrid, apud Matthaeum Fernandez, 1659; Comentarii in tres libros Aristotelis De Ánima, Madrid, apud Matthaeum Fernandez, 1659; Tomus posterior commentariorum in octo libros Aristotelis de physico auditu seu auscultatione, Madrid, apud Matthaeum Fernandez, 1659; Commentariorum in octo libros Aristotelis De Physico auditu, seu auscultatione, Madrid, apud Matthaeum Fernandez Typographis Regium, 1659; Cursus Theologici, Madrid, Typographia Regia, 1668; Constituciones generales de las religiosas tanto de la primera y segunda regla de Santa Clara, como de las Concepcionistas y de la O. T., dada por el capítulo general de Roma en el año de 1639 y mandadas observar por Juan Merinero, electo ministro general de la Orden, Orihuela, 1885.
Bibl.: M. de Castro, Episcopologio vallisoletano, Valladolid, Tipografía Cuesta, 1904.
Javier Burrieza Sánchez
