Arredondo Mioño, Agustín. Madrid, 15.II.1779 – 8.X.1845. Brigadier de las Reales Guardias de Infantería, participante en los memorables sitios de Zaragoza en la Guerra de la Independencia y caballero de la Orden de Calatrava.
Nació en Madrid, recibiendo las aguas bautismales en la parroquia de San Sebastián el 16 de febrero de 1779, en el seno de una familia militar. Era el segundo hijo del matrimonio formado por Josefa Rosa Mioño Bustamante y Nicolás Antonio Arredondo y Pelegrín, que alcanzó el grado de teniente general de los Reales Ejércitos y fue virrey de la Plata, cuya vocación militar también siguieron sus hermanos Manuel Antonio de Arredondo y Mioño, III marqués de San Juan de Nepomuceno, que fue gobernador de Huachorí y mariscal de campo de los Reales Ejércitos, y José de Arredondo y Mioño, caballero guardia marina de la Real Armada. Por lo que respecta a la carrera militar de Agustín Arredondo Mioño, ésta se inicia en el mes de febrero de 1791, desde la clase de cadete. A partir de esta fecha, hasta su separación voluntaria del Cuerpo, en 1821, Arredondo sirvió en el 1.º Regimiento de Reales Guardias de Infantería, en Madrid. En 1819, a la edad de cuarenta años, contrajo matrimonio con Josefa Mioño Quevedo.
Entre 1793 y el 2 de julio de 1794, en que fue promovido a alférez, interviene, en la guerra contra Francia, en cuantas acciones tuvo su batallón en la campaña del Rosellón, que termina en 1795 con la Paz de Basilea y que tan desastrosos resultados tuvo para España.
El 10 de marzo de 1799, Carlos IV le concede el Hábito de Caballero de la Orden de Calatrava, que recibió en el convento de la Orden de Montesa, en Valencia. Interviene en la Guerra de las Naranjas contra Portugal, desde el 20 de mayo de 1801 hasta su conclusión con el Tratado de Badajoz. Esta campaña fue vertiginosa, pues duró escasamente quince días, y aunque Godoy en sus Memorias trata de magnificar las batallas que tuvieron lugar y el esfuerzo que hubo que hacer para la toma de las ciudades en el otro lado de la frontera, en realidad apenas hubo enfrentamientos, ya que las tropas portuguesas rehuían el contacto y dejaban el campo libre a los invasores. Arredondo participó en la ocupación de los pueblos portugueses de Barba y Villaviciosa.
Al empezar la Guerra de la Independencia, en 1808, partió con su batallón desde Barcelona para socorrer a Zaragoza; antes de entrar en la ciudad, se encontró, el 5 de agosto, con la acción que sostuvieron contra los franceses al paso del río Gállego.
Durante este primer sitio, realizó servicios en puestos avanzados. El 23 de noviembre, por su destacada participación en la batalla de Tudela y por la salida realizada por la Puerta del Portillo, el 31 de diciembre, el capitán general de Aragón le concede el distintivo de una cinta encamada al pecho.
En septiembre de 1808 es promovido al empleo de coronel. En el segundo sitio, el 2 de enero de 1809, participa en la defensa de las tapias del convento de San José y, del 28 al 30 del mismo mes, al mando de cincuenta hombres de su batallón, en la defensa de los ataques y asaltos de los franceses a las brechas del convento de Santa Mónica, en los que muchos de sus hombres quedaron heridos y sepultados entre las ruinas del edificio, que súbitamente se derrumbó. El 8 de febrero se encuentra, con doscientos hombres a su cargo, en la defensa y retirada del convento de Jesús. Asimismo, interviene, el día 17 del mismo mes, en el ataque de la huerta y el claustro del convento de San Lázaro, así como en diversas acciones que se sucedieron durante el referido sitio, hasta que el día 21 de febrero fue hecho prisionero con la rendición de Zaragoza, siendo conducido a Francia. En esta situación permaneció hasta la finalización de la guerra, en 1814. De vuelta a España, hace constar que mientras estuvo en Francia se comportó con la conducta y el honor propios de su clase, por lo que Su Majestad, con fecha 20 de junio de 1814, le rehabilita en el ejercicio de su profesión con el abono de sus sueldos devengados y el destino a la 2.ª compañía, 5.º batallón, del Regimiento de sus Guardias Reales de Infantería.
El 20 de diciembre de 1814 se le otorga el uso de la cruz concedida a los que participaron en el segundo sitio de Zaragoza. En 1809 alcanza el empleo de brigadier.
El 22 de junio de 1819 contrajo matrimonio en Reinosa (Cantabria) con su prima Josefa de Mioño y Quevedo, de cuya unión nació en Madrid, el 19 de octubre de 1824, su único hijo, Manuel de Arredondo y Mioño, que sucedió en la merced de marqués de San Juan de Nepomuceno, al fallecer en 1842 su tío Manuel Antonio de Arredondo Mioño sin descendencia.
Al comenzar el año 1820 se había creado en España un clima de desconfianza en contra de Fernando VII, al que contribuyeron el ambiente de crisis política, el marasmo económico y hacendístico y las conspiraciones militares. El 1 de enero de 1820, Rafael de Riego se subleva en Cabezas de San Juan (Sevilla) y proclama la Constitución de 1812. El Rey, angustiado por conservar el trono, anuncia, el 7 de mayo, que aceptará la Constitución. Con la apertura de las cortes y el juramento de Fernando VII, el 9 de julio de 1820, se inicia el período de Monarquía constitucional conocido como el Trienio Constitucional (1820-1823). En agosto de 1820, Riego es eliminado políticamente al ser desterrado a Oviedo bajo la acusación de sublevación republicana. En este ambiente de inestabilidad, que contará durante esos tres años hasta con cuatro gobiernos diferentes, Arredondo Mioño, el 21 de febrero de 1821, solicitó y obtuvo de Su Majestad la separación del servicio activo al no estar de acuerdo con los principios que dominaban aquella época; en su nueva situación, fue destinado al Regimiento Castilla la Nueva, en Madrid, por ser ésta su ciudad natal y encontrarse en ella su anciana madre. Del 30 de junio al 7 de julio de 1822 fracasa la conspiración apoyada por el Rey para derrocar la experiencia liberal. La sublevación partió de los batallones de la Guardia Real, en la que tantos años había servido Arredondo, los cuales, tras haberse refugiado en El Pardo, iniciaron su avance hacia Madrid.
La desunión e improvisación de los sublevados explican su derrota. El 7 de abril de 1823 entran en España las tropas francesas al mando del duque de Angulema: los llamados Cien Mil Hijos de San Luis.
El gobierno de San Miguel quiso resucitar los instrumentos de la victoria en la Guerra de la Independencia: la resistencia popular y la ayuda inglesa, pero no hubo tal ayuda, ya que los franceses entraban como aliados del Rey y sin el propósito de conquista. El 31 de diciembre de 1823, al ser abolido el sistema constitucional y declarado nulo lo realizado durante aquella época, Agustín Arredondo solicitó su rehabilitación.
En su petición hizo constar que sólo la necesidad fue lo que le hizo pedir, en el año 1821, su separación del servicio activo al no poder sufrir las opiniones de la revolución que oprimían la persona del Rey. Esta solicitud fue aprobada en noviembre de 1825, sin perjuicio del resultado de la “purificación” de su conducta política durante esos años. Por Real Decreto de 17 de enero de 1826 fue declarado “purificado”.
Desde la conclusión de la Guerra de la Independencia, la salud de Agustín Arredondo Mioño quedó muy mermada como consecuencia de padecer un reumatismo gotoso. En este sentido y al considerar que el cambio de clima mejoraría su enfermedad, se aprueba su solicitud de traslado a Valladolid, en 1826. Por el mismo motivo, se le destina a Valencia el 6 de marzo de 1830. En esta ciudad fue nombrado, en 1831, vocal de la Comisión Militar, desempeñando también los cargos de comandante militar interino, vocal de la Junta de Clasificaciones y, hasta febrero de 1835, presidente de la Comisión Militar.
En 1832 se dirige a Su Majestad para que, en atención a los méritos que contrajo con su país a lo largo de su carrera militar, se le concediera a su hijo, Manuel Arredondo Mioño, la gracia de ser subteniente supernumerario de Infantería, a fin de que, imitando a su padre y abuelo, pudiera ser útil algún día al rey y a su patria. Esta solicitud no fue aceptada. En 1839, la regente durante la minoría de edad de Isabel II, María Cristina, aprueba su traslado a Madrid al no resultar positiva para su salud la experiencia de cambios de destino.
En 1841 se le conceden cuatro meses de licencia en Caldas (Santander), con el objeto de tomar aguas termales para el restablecimiento de su salud y, en mayo de 1842, con la misma finalidad, en los baños de Arnedillo (Logroño). Tres años después, falleció en Madrid, inscribiéndose la partida de defunción en la parroquia de San Sebastián, el 8 de octubre de 1845.
Agustín Arredondo Mioño estaba en posesión de la Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Exp. Personal.
VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, vol. VI, Barcelona, José Espasa e Hijos Editores, 1909; Estado Mayor Central del Ejército, Campaña en los Pirineos a finales del siglo xviii: Guerra de España con la Revolución Francesa, 1793-1795, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1949-1959; M. Zabala Menéndez, Historia Española de los Títulos Concedidos en Indias, vol. III, Madrid, Editorial Nobiliaria Española, 1994, págs. 1121-1124; R. Sánchez Mantero, “Godoy el pacificador”, en La Aventura de la Historia, n.º 32 (junio de 2001).
Emilio Montero Herrero